El comienzo

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—La tercera prueba pondrá al límite todas tus capacidades. —El anciano hizo que entraran tres monjes, y los puso frente a mí. —Estos tres hombres son sospechosos de un crimen contra el templo y de deshonrar nuestras tradiciones, solo uno de ellos es culpable, yo por supuesto se cual de ellos es, pero la prueba consiste en que tú lo descubras, puedes usar el método que quieras, y tomarte el tiempo que necesites. —Después de pensarlo un poco y observar a los tres hombres, dije al anciano; —Solo necesito la urna con la serpiente.— Intrigado, el anciano pidió que me la trajeran. —¿Ahora que vas a hacer? —Pregunto. —Quiero que cada monje meta la mano en la urna y que sea la serpiente quien nos revele al culpable. —El anciano aceptó el reto, y el primer monje metió su mano, después de un momento la retiro ileso. Luego el segundo monje hizo lo mismo y no sufrió daño alguno. Llegó el turno del tercer monje, pero este se rehusó aterrado, de inmediato concluí que el era el culpable, y se lo dije al anciano quien sorprendido aplaudía. —Estoy impresionado, y te damos la bienvenida serás uno de nosotros. —Con eso, regrese a mi habitación

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