Ciclos

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Llegamos al patio donde se había formado a aquellos adolescentes.
Algunos estaban temblando por el frío de la mañana, con solo una playera reglamentaria y pantalones cortos, Pues después de la charla, darían unas cuantas vueltas al patio.
—¡Buenos días estudiantes!
Exclamé fuertemente.
—Permítanme presentarles a un amigo muy especial.
Su nombre es radon, y es solo uno de los cinco guardianes que noche tras noche, vigilan nuestra institución.
Después de usar el silbato, ordené a radon..
—¡Saluda!
El enorme perro ladró fuertemente en dos ocasiones, y luego se quedó inmóvil sentado sobre sus patas traseras.
—Si alguno de ustedes tiene la brillante idea de querer escapar, le pido que no lo haga, no al menos que quiera convertirse en la presa de radon, y de sus amigos.
—Radon ¡intimida! Le ordene después de haber tocado el silbato.
El animal tomó una actitud furiosa y se jalaba con fuerza de las manos de Gerard, quien de vez en cuando dejaba que se acercara a los alumnos.
Estos por supuesto retrocedían aterrados, radon ladraba furiosamente, mostrando sus afilados colmillos, y babeando con furia descontrolada.
Después de silbar nuevamente... ordené.
—Quieto. El perro volvió a sentarse sobre sus patas, adoptando ahora una actitud calmada y pacífica.
—Gracias Gerard, ya puedes llevarte a radon.
El guardia se retiró con su aterradora mascota.

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