Revelaciones

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─Hace doce años, en una carretera solitaria a las afueras de las vegas. Un idiota en una motocicleta se estrello contra el lujoso auto del señor Lucius Carrigan. ─¿Ha oído hablar del señor Lucius Carrigan?

─¡Claro! es enemigo de Harry Potter.

─¡Muy gracioso! El señor Lucius es un importante empresario. Y  volviendo a la historia, tanto el como su chofer salieron ilesos. No fue así para el tipo de la motocicleta, el sujeto quedó en coma. Y de no haber sido por que el señor Lucius en su filantropía decidió cubrir todos los gastos, ese hombre habría muerto. Durante todo el tiempo que estuvo en coma, lo visitaron los mejores fisioterapeutas y recibió los mejores tratamientos para que sus músculos no se atrofiaran. Doce años después el hombre despertó solo para meterse en más problemas.

─Dígame,  ¿Esa historia le parece familiar?

─¿Espera que me crea ese cuento? 

─¿Suena más creíble su historia de que es un combatiente veterano? ─ Déjeme decirle algo señor Braxton. No hay ningún registro de usted en ninguna agencia o departamento del gobierno. No tiene numero de seguro social, no paga impuestos, no tiene permiso para conducir.

─ Está claro que eliminaron todo para que su plan de hacerme ver como un enfermo mental tenga credibilidad.

─Lo que si tiene credibilidad es esta carta que encontré en su historial académico. La leo para usted. ─El muchacho interrumpió de nuevo la clase gritando que los arboles querían atraparlo, y que las plantas estaban vivas. Siempre está distraído he inventando historias locas y sin sentido, hemos sido muy pacientes con el, sin embargo no nos queda más remedio que recomendarlo a una escuela especial. ─Su profesora fue la primera persona en diagnosticar su enfermedad señor Braxton. Usted padece esquizofrenia y delirio, cualquier persona que lo vea por un minuto se dará cuenta de eso.

─ ¡Quieren que crea eso, pero es mentira¡  estuve en el colegio militar, debe haber registro de eso.

─ Usted estuvo en una escuela especial para niños con capacidades diferentes, ahí se le permitió ser lo que siempre quiso ser en un ambiente seguro. ─ Mire esta fotografía.

─¡Son mis amigos! Fuimos campeones ese año en eventos deportivos.

─¿Eventos deportivos? No señor Braxton, mírelos bien. Todos ellos son chicos con enfermedades, ese día es su graduación.

─¡Es imposible! grité mientras me levantaba de la silla. Al instante entró mi gracioso amigo el agente a cargo, acompañado de otro oficial. Me colocan de nuevo en mi silla.

─ La ley establece que mi cliente no es responsable de sus acciones debido a su enfermedad, razón por la cual no puede detenerlo aquí.

─ Su cliente causo muchos daños, y lesionó a dos elementos de la policía, es un peligro para los demás y para si mismo.

─Sera trasladado a un hospital psiquiátrico hasta el juicio, hasta entonces no tenemos nada más que hacer en este lugar.

─ Esta es mi jefatura, aquí yo decido quien se va y quien se queda, y ningún niño bien vestido va a darme ordenes.

─ Tiene razón, en unos minutos recibirá una llamada con alguien con menos gusto para la moda, pero con mas autoridad. Le pedirá que nos traslade de inmediato al lugar del que le he hablado.

Un segundo después de que el abogado dejó de hablar, una mujer le da aviso de la llamada.

Pasaron unos minutos, y el agente regresa a la sala de interrogatorios, claramente muy molesto.

Dirigiéndose a los oficiales que me custodiaban, les ordenó.

─ ¡Saquen as estas dos celebridades de aquí!

De nuevo me esposaron y salimos al estacionamiento.

TransicionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora