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La mañana se volvió interesante cuando Jay demostró tener un talento natural para jugar Tourney, y más para hacer enfadar a Chad, el molesto hijo de Cenicienta. Por otro lado, Carlos no parecía tener demasiada habilidad en el deporte, pero no había sido impedimento ello para que Ben insistiera al entrenador que lo aceptara en el equipo.

Thomas caminó junto a Ben, su hermana y Chad por los pasillos de la preparatoria luego de terminada la práctica de Tourney, manteniéndose en silencio. Odiaba a Chad, y era algo que Ben tenía bastante claro, aunque de todas formas el contrario parecía olvidarlo cuando terminaban caminando junto a él, sintiéndose bastante incómodo en el trayecto.

—Ben, esos chicos son malos—Habló Chad cuando se detuvieron en una intersección que daba a los casilleros de los nuevos estudiantes, donde los hijos de los villanos dejaban sus cosas en este momento.

—¿Qué pasa, Chad?—Cuestionó Ben—. No exageres...

—No puedes tachar a las personas de malvadas solo porque uno de ellos es mejor que tu en los deportes, Chad—Habló Tom, con aburrimiento en su voz, apoyando a Ben con sus palabras.

—Eres demasiado crédulo, Benny-Boo—Exclamó Audrey—. Si tu madre se enamoró de una bestia que resultó ser un príncipe, no significa que todos tengan ese final feliz. Mi madre solo tuvo a una bruja mala que efectivamente era mala. Y era la madre de ella—Audrey miró a Mal, antes de dar media vuelta e irse con Chad en un apresurado paso que dejaba entrever su molestia.

—Yo no soy rencoroso—Prosiguió Tom, frunciendo su ceño cuando notó la mirada dudosa de Ben sobre él, imaginando muy bien lo que pasaba por su cabeza—. No tengo el incrédulo pensamiento de Audrey, no le hago justicia a mi madre si soy mala persona con ellos. No tienen la culpa de lo que han hecho sus padres, y es lo único que deberías tener en cuenta en vez de dudar de tus decisiones por culpa de las palabras del idiota de Chad y las de mi hermana.

—Tienes razón, Tommy—Murmuró el chico—. Gracias... Eres el único que me ha apoyado en todo esto sin quejarse.

—Soy... Tu mejor amigo, ¿Lo olvidas?—Tom sonrió, sintiendo una punzada en su pecho al mencionar su amistad—. Nos vemos más tarde, tengo que ir a mi taller de Arte.

[...]

Cuando la hora de almuerzo llegó, para Tom no fue difícil encontrar a los chicos de la Isla, porque los de Auradon no habían dudado en dejar todo el perímetro que les rodeaba vacío, sin tardar en ir con ellos con su bandeja con comida en sus manos.

—¿Qué tal el primer día?—Habló Tom, sentándose junto a Mal—. Jay, Carlos, felicidades por entrar al equipo de Tourney, seremos compañeros ahí.

—Ha sido interesante—Respondió Mal. Evie no habló, manteniendo fija la mirada en una mesa a unos metros de ellos, mirando a Chad—. ¿Puedo hacerte una pregunta, Tom?

—Claro que sí—Respondió el chico, dirigiendo su mirada a la pelimorada.

—La coronación de Ben se acerca—Comenzó la chica, mirándole con interés—. ¿Es cierto que estamos invitados?

—Toda la escuela está invitada—Habló Tom—, ustedes son parte de la escuela, pero pueden no asistir si lo desean.

—¡Asombroso!—Los ojos verdes de la chica brillaron por un segundo—. ¿Crees que nos permitan sentarnos en primera fila, junto al Hada Madrina, para que... Se nos pegue la bondad?

—¿Bondad? Se dormirán si pasan más de dos minutos hablando con ella—Tom soltó una risita—. En primera fila solo estará Ben, sus padres, mi hermana y yo. Podría llegar a mi pareja si tan solo tuviera una.

Mal se levantó de un salto de la mesa luego de unos minutos de comer en silencio y mirar un antiguo libro entre sus manos, y al mismo tiempo lo hicieron los tres chicos, como si estuvieran todos conectados y pensando lo mismo.

—Muchas gracias por responder mis preguntas, Tom—Habló Mal—, pero olvidamos que tenemos tarea para Bondad Correctiva que debemos hacer. ¡Nos vemos!

Tom quedó solo terminando su almuerzo cuando se despidió de los chicos de la Isla, pero su soledad duró un par de minutos antes de que alguien más se sentara frente a él, alzando la mirada solo unos segundos para saber de quien se trataba, volviendo a su postura desinteresada.

—¿Audrey te dejó solo?

—Tiene que probarse su vestido para la coronación—Respondió Ben.

—Lleva viendo ese vestido hace tres meses—Tom rodó los ojos—, mamá ya no quiere darle dinero para que haga cambios innecesarios de los que se arrepiente a los dos días.

—¿Y tú ya tienes tu traje?—Prosiguió Ben, llevando comida a su boca mientras mantenía la mirada en el contrario—. Después de todo, estarás en primera fila.

—Aún me queda tiempo para verlo—Negó Tom, levantándose de la mesa y estirándose, soltando un jadeo de cansancio—. Estoy derrotado. Iré a mi habitación por si necesitas.

El chico tomó su bolso, comenzando a caminar.

—¡¿No tienes clases en unos minutos?!—Oyó Tom que Ben le gritaba, estando aún en la mesa a unos metros de él.

—¡Claro que sí, pero prefiero ir a dormir una siesta!

Una de las cosas que Aurora le había heredado a su primogénito habían sido las altas horas de sueño que necesitaban para funcionar, y Thomas siempre le había echado la culpa a los restos del maleficio que Maléfica le había hecho a su madre, por lo que la mayoría de las veces no era castigado por saltarse las clases, aunque de vez en cuando sí lograban atraparle saltándose clases para jugar videojuegos en su habitación.

Y esperaba que hoy no le atraparan.

MY FAVORITE THINGS ━━ descendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora