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Estoy aburrida, no puedo levantar la cabeza e incluso rodar por mi misma

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Estoy aburrida, no puedo levantar la cabeza e incluso rodar por mi misma. He intentado ejercitar mis piernas en vano ya que aún soy muy débil.

— ¡¿Cómo no vas a saberlo...?!

¿Qué sucede afuera? Abro los ojos para darme cuenta que no estoy en casa, parece un cuarto de hospital pero también mi cama es cómoda.

— Le juro que la pequeña Ameera está en perfectas condiciones. Mi coronel debe creerme le estoy diciendo la verdad.

— La verdad es que no eres un doctor competente. — Escucho como recarga su arma — Debería matarte.

— Se lo ruego. Créame por favor tenga piedad de mi. — Escucho rogar al médico.

Por un momento tuve lastima pero no es mi problema y mejor no me meto. Estoy bien así como estoy.

— ¡PIEDAD! — Grita mi padre — ¡Mi hija no llora ni ríe! ¿Qué mierda se supone que le sucede? — Entonces es por eso. — Tiene que tener una enfermedad incluso un trastorno.

— Le juro que no es así, la revise y no he encontrado nada fuera de lo común.

¿Va a matar a alguien solo porque no he llorado? Ya le he dado dos sonrisas el codicioso seguro quiere una carcajada.

El primer disparo suena por lo que me cubro la boca. No manches si le disparó.

¡La próxima vez no voy a fallar! — Grita mi papá.

No lo mates. Estoy bien de salud idiota. No seas bestia.

¡BUAHHH!

Jamás pensé que escuchar su llanto se sintiera tan reconfortante, guardo mi arma y entro a la habitación encontrando a mi albóndiga con las mejillas y nariz roja

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Jamás pensé que escuchar su llanto se sintiera tan reconfortante, guardo mi arma y entro a la habitación encontrando a mi albóndiga con las mejillas y nariz roja.

— Ven aquí — La tomo en brazos y disfruto escucharla llorar desconsolada.

Sus pequeñas manos se hacen puños sosteniéndose de mi uniforme, limpio sus lágrimas con mi pulgar cuando sus grises se hacen presentes desgarrando mi pecho.

Soy una...¡¿Bebé?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora