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Observo la nueva mansión que mando a construir papá, camino por los largos pasillos con el chupon en mi boca pues hasta ahora lo sigo encontrando cómodo

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Observo la nueva mansión que mando a construir papá, camino por los largos pasillos con el chupon en mi boca pues hasta ahora lo sigo encontrando cómodo.

— Señorita Morgan — Una criada me hace reverencia y observo detrás de ella a la que deje con quemaduras.

— ¿Dónde está mi león? — Mi pronunciación sigue siendo mala.

— Está en el jardín siendo entrenado. — No levanta la cabeza en ningún momento.

— ¿Y nani?

— Lamentablemente la señorita Nani ha sido destituida de su puesto y han pedido que regrese la señorita Gloria. — Me señala con su mano a la sirvienta quien tiembla en su lugar.

— No te preocupes, Gloria. Tú y yo vamos a jugar mucho... — Me acerco con lentitud y veo como se pone tensa — Tenemos un juego pendiente ¿recuerdas? Chichis puede jugar con nosotros.

Sus ojos se cristalizan pero no levanta la cabeza para enfrentarme, me aburro pero solo sonrio para ir al jardín.

— ¡He dicho que me lo devuelvas! — Chichis pelea con un Lobo.

— ¿Zeus? — Levanto la voz.

El lobo de papá levanta las orejas y mueve la cola completamente emocionado, corre hacia mi y se me viene encima lamiendo mi rostro.

— ¡Mi hermanita! Mira como haz crecido. Te he extrañado. — Se acuesta encima de mi y me remuevo.

— ¡Quítate de encima! — Chichis lo empuja pero cae de pompis pues es muy pequeño y tiene poca fuerza.

— ¿Qué pasa gato? No te haz comido todos tus vegetales. — Se burla Zeus.

— ¡Voy a comerte, maldito peludo lame retretes! — Chilla Chichis.

— ¿Por qué puedo entenderte Zeus? — Lo pellizco y chilla quitándose de encima.

— ¡Mi pobre piel carisima! — Chilla lamiendo el lugar. — ¡¿Qué te sucede?! Sabes lo que cuesta mantener mi belleza.

— Yo valgo más que tú. Soy hija de mi papá y porto tres apellidos. — Me cruzo de brazos sentada en el césped.

— Pff. ¿Qué importa el apellido? Lo que importa es la raza, yo soy un lobo. Tendré que enseñarte a vivir como un buen cachorro de clase.

— ¡Nosotros somos de clase! — Se queja chichis.

— ¿Clase? — Niega Zeus — ¡Ja! Llamarse chichis no es de clase.

— Yo le puse el nombre. — Aprieto mi puño.

— Es de gente finisima, de la realiza. De alcurnia. — Alaga. — Para responderte pequeña humanita que ahora es mi hermana pequeña, puedes hablar conmigo tal como lo hacía tu mamá, la gran amita y madre de nosotros dos.

Soy una...¡¿Bebé?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora