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Por fin salimos del hospital militar, observo todo acomodada en el pecho de mi papá mientras mi abuelo limpia mi chupon rojo

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Por fin salimos del hospital militar, observo todo acomodada en el pecho de mi papá mientras mi abuelo limpia mi chupon rojo.

— ¿Vas a hacer algo hoy? — Christopher parece tomar la iniciativa al hablar y veo como mi abuelo oculta una sonrisa.

— No, pero planeaba pasar todo el día con mi nieta. — Me acerca el chupon y abro la boca para recibirlo.

— Iremos a Higth Garden más tarde, tengo que ir por cosas de Ameera al penthouse. Solo lo necesario para que pueda dormir comida ahí.

— ¿Van a quedarse a dormir? — Mi abuelo lo observa sorprendido.

— Quita esa cara, solo lo hago para que Saeeda me deje trabajar mientras está contigo. — Bufa. — Últimamente es muy molesta en las noches.

¡Oye, sigo aquí! — Aprieto mi puño con enfado.

— Ministro. Coronel. — Me giro para ver a un hombre musculoso de cabello negro.

Dios bendiga los hombres chichones. ¡Que rico! — Lo repaso de pies a cabeza y abro la boca sin dejar de examinarlo — Cargame hombre guapo. Espera a que sea legal y tómame. — Un sonido me saca de mis pensamientos, mi padre y mi abuelo me miran completamente horrendos.

— ¿Acabas de dejar caer el chupon solo para ver a Parker? — Mi papá tiene la mirada oscura pero se nota como se marcan sus venas.

— ¡Mmm! — Extiendo mis brazos a la ricura que tengo aquí, le sonrió al tal Parker abriendo y cerrando mis manos para poder tocarlo. Me imagino recostada encima de él sintiendo esos músculos.

— Ni hablar. — Mi abuelo me arrebata de los brazos de mi padre y hago un puchero.

No. No. No. ¡No me alejen del hombre rico!

Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. Tengo que hacer esto, todo sea por sentir a Parker.

¡BUAHHH!

Parker, hijo de puta

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Parker, hijo de puta. ¿Cómo se atreve? ¿Cómo se atreve ese negro a seducir a mi hija?

Saeeda llora como si le estuvieran arrancando un órgano vital, Alex intenta consolarla pero solo empeora las cosas, la tomo yo para calmarla y camino con ella hacia mi oficina con el humor del demonio pero mi hija ahora mueve su cuerpo con furia sin parar de llorar.

Soy una...¡¿Bebé?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora