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Mi albóndiga

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Mi albóndiga. Mía. La fotografía de Ameera reluce en mi mclaren un amago de una sonrisa aparece y solo puedo doblar hacia Higth Garden.

La conferencia seria pronto por lo que tuve que arreglar la seguridad para que no le sucediera nada a mi hija e incluso mandé a patrullar absolutamente todo con francotiradores y cámaras en cada maldito rincón.

— Svetlana — La reja de la mansión se abre con mi voz por lo que entro y bajo del coche.

— ¡Búsquen por todos lados! — Escucho gritar a Marie por lo que frunzo el ceño entrando esperando ser recibido por mi albóndiga.

— ¿Qué es todo esto? — Me desconcierta que ella no me reciba. Todos me miran entrando en pánico. Alex sale de su oficina junto a Sara quien se acomoda la ropa con rapidez haciendo que ruede los ojos.

— ¿Qué es todo esto? — Regina baja las escaleras con un vestido pequeño y rojo en sus manos.

— La señorita Ameera...no la encontramos señor. — Marie baja la cabeza temblando.

Mis oídos pitan, todo se vuelve un caos. No escucho nada y mis puños se aprietan. Me voy contra Alex tomándolo de las solapas.

— ¡DONDE MIERDA ESTABAS! — Lo sacudo.

Su boca se mueve pero no oigo nada. Lo suelto y me llevo las manos a la cabeza subiendo las escaleras con mi corazón en la garganta. — ¡Ameera! — Volteo la cuna, giro las camas, tiro los armarios y solo puedo despeinarme jalando mi cabello con ira y preocupación.

Entro a la habitación de juegos y volteo la maldita mesa después de revisar que no está ahí. — ¡SVETLANA! — Grito abriendo muebles y pateando todo a mi paso e incluso volteo el sillón.

Bajo las escaleras empuajando a Sara y Regina en el camino sin importarme las quejas. Voy al sótano, al jardín, al la alberca lleno de pánico de que mi hija se pudo ahogar.

Volteo la casa completa que me acerco al mclaren lleno de furia golpeando el auto con mis puños hasta abollarlo.

— ¡ES TU CULPA! — Señalo a Alex cuando se me acerca — ¡TENIAS QUE CUIDARLA MIENTRAS ARREGLABA TODO!

— Christopher no es culpa de nadie...

— ¡ES TUYA. DE TODOS USTEDES! ¿PARA ESO LA QUERIAS CUIDAR? DEJANDOLA SOLA MIENTRAS TE COMES A SARA. — Lo señalo.

— Christopher revise las cámaras y no te va a gustar nada. — Mi abuela me extiende la tablet y se la arrebato.

Adelanto las cámaras y me emociono un poco al verla gatear por primera vez, no puedo evitar sonreír al verla tomar potencia. Me río un poco pero la misma muere al ver como se detiene en el portón.

Unos enmascarados frente a ella. Maldigo. Diablos que maldigo cuando Ameera le extiende los brazos.

— ¿¡No sabe que no debe irse con extraños!? — gruño molesto. Lanzo la tablet cuando ya no hay más. Me lleno de frustración e ira que abro el mclaren sacando una granada.

Soy una...¡¿Bebé?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora