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Tener cuatro meses es una sensación nueva, debo admitir que nisiquiera pensé que la pasaría tranquila

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Tener cuatro meses es una sensación nueva, debo admitir que nisiquiera pensé que la pasaría tranquila.

— ¡MUEVAN ESA MIERDA!

Y ahora esta es mi vida. Llevo escuchando estos gritos desde que salieron a la luz videos de papá cargando a una bebé; osea, yo. Armando una conferencia de urgencia para presentarme como animal en exhibición.

Me balanceo hacia delante y hacia atrás en la manta con mis juguetes, busco con la mirada a Christopher para planear mi fuga y gateada primeriza.

Las niñeras están recogiendo mi cuarto pues últimamente me la he pasado lanzando cosas ya que disfruto ser malcriada por primera vez.

— Esto es un gran gateo para la humanidad, esto es una evolución a todos esos bebés que una vez tardaron más de seis meses en hacerlo. — Muevo mi trasero hacia los lados como si fuera un coche. — Aquí vamos.

Extiendo mi mano y mi rodilla derecha hacia adelante, me preparo para seguir con la izquierda y me emociono llendo más rápido.

— ¡Lo logre! — Intento ir hacia la puerta en busca de mi libertad — ¡YA PUEDO GATEAR, EN TU CARA DESARROLLO HUMANO NORMAL! — Aprieto el chupon que hay en mi boca con fuerza sin importarme en ensuciar el mameluco rojo.

Paso debajo de las mesas agradeciendo que todos estén muy ocupados como para notarme, papá no se encuentra, mis abuelos están dentro besándose, la vieja Regina está viendo mi ropa que usaré y mi niñera pronto va a ser despedida.

— ¡Aquí voy, el sabor de la libertad! Puedo sentir el olor, la adrenalina pura. ¡Esto es lo mejor del...! — Me quedo quieta en el portón de la mansión de mi abuelo. — ¿Acaso sabían de mi fuga? Ustedes fueron enviados por mi papá ¿verdad? — Me tomó mi tiempo de sentarme ante la mirada de todos.

Un hombre con máscara se acerca guardando sus armas. — Mira nada más, parece que no será necesario ir dentro.

— Me rindo. Papá resultó ser más listo que yo. — Le extiendo mis brazos completamente rendida.

— El Boss se va a divertir cuando sepa que su sobrina salió por si sola. — Me apega a él quitándose la máscara dejándome ver a un rubio.

¿Boss? ¿Entrar? ¿Divertir?

— ¿Abu? — Me quito el chupon y el rubio solo lo vuelve a poner.

— No hagas ruido. ¡Vamonos! — Nos subimos a la camioneta y miro por la ventana la mansión.

Espera. Si papá no los mandó y este rubio bonito dijo que el Boss se iba a divertir y que hoy salí por mi sola.

— No la chingues — Me llevo las manos a la cabeza — ¡ME SECUESTRARON! — Grito dejando caer el chupon.

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Soy una...¡¿Bebé?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora