— ¿Qué le sucede? Desde que dijo sus primeras palabras no ha dicho nada. — Alex acaricia mi espalda con delicadeza.
— Esto no es normal. Ya pasaron ocho meses y mi hija no dice ni una palabra, no llora, no quiere gatear e incluso se niega a jugar.
He estado aplicando la flojera de día, hablar me cuesta mucho esfuerzo que incluso me avergüenza no poder hacerlo bien. En las noches me he enfocado en poder aprender a gatear encima de la cuna e incluso por otro lado estoy enfadada con Parker. No me viene a ver, no me mira, lo veo pasar con Angela y eso me llena de ira. Que tenga su total atención cuando debería ser para mi es insoportable.
Me dan ganas de asesinarla, arrancar cada dedo de sus manos y borrarle esa maldita sonrisa de mustia roba chichones con dueña. Voy a enseñarle.
— Ella se encuentra perfectamente, coronel, ministro. Es una bebé sana, debe ser debido a su desarrollo temprano, normalmente se debe haber agotado hace tiempo pero ahora pasa factura.
— Mi pobre nieta — Mi abuelo besa mi mejilla y solo volteo mi rostro abrazándolo por el cuello observando mi pulsera de esmeraldas.
— Abelo — Me digno a hablar y jadea sorprendido, Christopher se da la vuelta poniéndose delante de mi.
— ¿Qué sucede, Svetlana? — Papá me acaricia mi mano.
— Quelo casa — Suspiro con cansancio.
— Si me disculpan, creo que es mejor que la pequeña permanezca en observación.
— Ni hablar, mi nieta quiere irse a casa, es mejor irnos. — Le extiendo los brazos a mi papá quien me toma de inmediato a regañadientes de mi abuelo.
Me consienten pero me aburro muy rápido, quiero causar desastre, deseo ver el mundo arder más no arder en él. Si ese es el caso entonces debo volver a acercarme a Parker y Angela.
Voy a a enseñarles. Voy a enseñarles.
Observo a Christopher durmiendo pacíficamente en la cama, me agarro de los barrotes con fuerza intentando pararme.
— Voy a enseñale — Hago fuerza con los barrotes de la cuna — Voy a...
— ¿Ameera? — Me giro completamente sorprendida. Christopher me observa sentado en la cama. Me dejo caer en la cuna maldiciendo en mi interior.
Mis sentimientos me abruman, me pongo a llorar sin poder evitarlo, me agarro el cabello y él me toma en brazos colocando el chupon en mi boca.
— ¿Qué te sucede? No tiene nada de malo que sepas caminar. Eres mi hija, una digna hija mía. — Besa mis mejillas limpiando mis lágrimas.
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Soy una...¡¿Bebé?!
FanfictionAkin Romanov se metió con la hermana de Braulio Mascherano quien dio a luz a una hermosa niña con ambas sangres convirtiendose en la heredera de ambos imperios. Christopher Morgan Harts y Akayla Romanov Mascherano se involucraron íntimamente por lo...