CAPÍTULO 44.

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Paso un mes desde que vi a Emilio. Un mes desde que me enviaron la maldita cabeza de Santiago. Un mes y sigo teniendo algunas pesadillas sobre todo cuando estoy muy estresada o cansada.

El día que pasó todo no me puse a pensar que mamá no estaba, olvidé por completo que había tenido que salir de la ciudad, pero en cuanto se enteró regresó y casi asesina a papá por no haberle dicho antes.

Al final entendió que no había nada más que hacer y me abrazó durante una eternidad. La verdad es que lo necesitaba.

A diferencia de papá, mamá no importa que este en su trabajo como agente, lo separa y se convierte en nuestra madre, sin importar quien este ahí o que este haciendo. Papá necesita esperar, solucionar el problema y en ese momento viene a ser nuestro padre.

Santiago hizo un excelente trabajo ocultando su verdadero nombre. Si papá se hubiera dado cuenta de inmediato hubiera dicho algo, pero no fue así. No ocultaría una información de gran relevancia como esa. No tengo idea a que edad se cambió el nombre, pero el punto es que Hugo Villalobos no existe en los registros de la DEA, o al menos eso creo.

Ha pasado un mes desde que no he visto a Emilio y la verdad es que me estoy comenzando a volver loca. Lo único que hago es ir a la universidad, a los cuarteles de la DEA para entrenar; y se ha vuelto una tortura, cada vez son más cansados y complejos.

Armas, explosivos, peleas, circuitos, correr no sé cuantos kilómetros. Y finalmente, llegar a mi casa.

Luis sigue siendo mi sombra, lo veo más a él que a cualquier miembro de mi familia pues siempre está detrás de mí y sigue conmigo en los entrenamientos.

A mis casi veinte años finalmente soy francotiradora de la DEA y estoy orgullosa de mí misma. Papá se tomó demasiado en serio que supiera defenderme mil veces mejor en caso de ser necesario. No sé cómo es que no me he muerto del cansancio.

Aún me duele el cuerpo por el esfuerzo de día tras día. Mi abuela sigue sin estar de acuerdo, pero es esto o ponerme en bandeja de plata y eso nadie lo va a hacer.

Aunque la verdad mi físico ha mejorado mil veces más debido al intenso entrenamiento y de eso no me quejo en lo absoluto. En este último mes he ganado más masa muscular que en años en el gimnasio.

Hace una semana papá me obligó a pelear con un asesino loco ruso y me asusté. Pensé que ese día sería el día de mi muerte. Tenía a mucha seguridad rodeando la escena y si intentaba atacarme en serio él sería hombre muerto.

Según sus propias palabras su droga favorita es patearles el trasero a agentes de la DEA.

Lleva diez años en una prisión de máxima seguridad. Y sí, al inicio le tuve mucho miedo.

• ¿Y quién no? Papi casi nos mata de un infarto. •

Es un hombre intimidante y la primera vez no logre vencerlo, pero no me sentí mal pues es un puto asesino experto.

Le pedí a papá que lo volviera a traer pues a mí no me gusta que me derroten y aunque me costó, lo convencí.

— Krasivyy. — Saluda en su idioma natal.

Krasivyy: Hermosa.

Me sigue dando miedo. En una semana no dejo de ser un asesino peligroso.

Su "apodo" es triturador, pero en ruso, es difícil decirlo así que no lo digo. No hay que pensar mucho en cómo asesino a las miles de personas que hay en su lista.

Triturador: Izmel'chitel'.

— Es un placer verte de nuevo.

— Silencio. — Le ordena uno de los guardias y pone los ojos en blanco.

DIGNO PECADO. (TP #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora