CAPÍTULO 9.

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Como se lo dije a Emilio. Esa misma noche me arrepentí de lo que hice, él me besó, pero yo provoqué el resto y por eso terminamos follando en un puto baño de un centro comercial.

Durante la noche no pude dejar de pensar en cómo entró y salió sin que nadie lo viera, no parecía preocupado porque eso pasará. O sea, es un centro comercial, un lugar demasiado público en Miami y él uno de los capos colombianos que todo el mundo está buscando, incluido papá y yo me lo folle.

• Cada vez estamos peor. Extraño a tatuajitos. •

Resoplo. Otra de las razones por las que aún no puedo sacarme a Stephen de la cabeza es porque mi maldita conciencia no me lo permite. Sigue recordándomelo en cada oportunidad.

• Es que yo aún lo amo y sé que tú también. •

Aunque quisiera no hacerlo. Sigue en mi mente cada momento que pasa y no ayuda que yo siga yendo al penthouse, durmiendo con sus camisetas, abrazando sus cazadoras y demás. Ya me resigné a que simplemente no quiero soltarlo, no me atrevo a hacerlo y no sé si algún día podré olvidarlo por completo.

Aunque supongo que en algún momento dejará de estar en mi mente y quizá no vaya a darme cuenta. Tiene que pasar.

Hoy Jackson regresó a casa después de casi nueve meses fuera y por supuesto vamos a cenar todos juntos, Mike también está aquí. Yo no quise salir y preferí quedarme con mis hermanos. Isamar si salió y sospecho para qué, solo espero esta vez sí haya hablado con Diego. Desde hace muchos días es momento de que lo haga de una vez por todas.

Aunque quizá no fue la mejor idea. Jackson regresa después de nueve meses, estresado como es natural y quizá quiera liberarlo asesinando a Diego. Mike nos dijo que justo ayer termino un operativo importante, así que viene con la adrenalina de balas y golpes. Quizá los repita con Diego.

— Bella. — Eliam entra a mi habitación con una sonrisa victoriosa en el rostro.

— ¿Qué hiciste? — Alzo una ceja y me pasa su celular.

Ha estado hablando por WhatsApp con Alexa y mañana se van a ver. Lo miro con absoluta sorpresa. Quizá después de todo si es bastante mojigata, una mojigata virgen. Aunque tampoco la puedo culpar Eliam es demasiado guapo y supongo que fue difícil resistirse a los encantos de un Küchle.

— Obvio nadie se me puede resistir. — Suelto una carcajada, de eso no tengo la menor duda.

— Promiscuo. — Ambos nos reímos.

— Te lo dije, hace mucho que no me tiro a una virgen y es el momento perfecto. — Me encojo de hombros.

A decir verdad, no me interesa con quién se meta Eliam. Yo siempre seré su favorita, ninguna de sus novias o de las que se folla me van a quitar mi lugar, yo soy su hermana y eso vale más que le abran las piernas. Jamás he dudado de las ''habilidades'' de persuasión de mi hermano, pero esta vez me sorprendió.

Por supuesto leí casi toda la conversación y a este punto tiene a Alexa comiendo de su mano sin haberla conocido. Le diría algo sino supiera que Eliam siempre les deja claro que lo único que quiere es sexo. Mi hermano no necesita flores, miles de promesas falsas y mucho menos palabras bonitas para conseguir sexo.

Mientras Isamar y Mike llegan salgo al jardín con los perros hasta que el portón se abre y un auto entra mucho más rápido de lo normal. Aún desde el jardín logró escucharlo y prácticamente corro hasta la entrada principal en donde veo a Diego bajando del auto e Isamar sollozando detrás de él. Supongo que ya le dijo.

— ¡Quiere decirle a papá! — Me grita y abro la boca.

— ¿¡Estás loco!? — Detengo a Diego antes de que haga una estupidez.

DIGNO PECADO. (TP #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora