CAPÍTULO 15.

28 2 0
                                    

A la mañana siguiente me llevó una enorme sorpresa cuando llegó al restaurante en que quedé de verme con Steph. No viene sola. Su papá viene con ella y se me revuelve el estómago.

— ¡Hola! — Me sonríe con cariño y luego me abraza.

Sigo teniendo esa sensación de sentir a Stephen conmigo cuando la abrazo. Aunque justo ahora, no sé que tanto me agrada eso.

— Buenos días. — Me siento muy incómoda con su padre aquí. No pude volver a verlo a los ojos después del funeral de Stephen.

— No quiero incomodar, solo vine a entregarte algo. — Tomo asiento muy confundida mirando a Steph.

— ¿Qué cosa? — Trago saliva cuando de la silla libre frente a mi toma una enorme caja que no había visto.

— Mi hijo había dejado esta caja en mi casa, pero lo olvidé hasta que ayer Steph y yo la encontramos en una de las habitaciones. — Trago saliva.

— Ábrela. — La mano me tiembla un poco mientras abro la caja gris oscuro.

Hay una tela de seda, pero me llama la atención el estampado, son armas, auriculares de protección, letras S y M en toda la tela. Al retirarla se me llenan los ojos de lágrimas al ver lo que hay dentro. Es un cuadro bastante grande con la silueta de un arma, pero dentro hay fotografías nuestras y mías solamente pero no recuerdo que me haya tomado ninguna de ellas. Todas las que yo tengo en la carpeta en mi laptop están aquí y muchas más.

Eres el único pecado por el cual estoy dispuesto a pasar una eternidad en el infierno.

Algunas lágrimas caen por mis mejillas cuando leo lo que está grabado en el marco gris.

— Por si aún dudabas que mi hermano te amaba. — Todas las emociones posibles se hacen nudo en mi garganta.

— Disculpen. — Me pongo de pie dejando mi bolso sobre la mesa e intento cubrirme el rostro mientras literalmente corro al baño.

Mi pecho vuelve a doler como el día en que desperté en el hospital cuando él murió. ¿Por qué tenía que volver de esa manera?

— ¿Cómo mierda pretendes que te olvide si cuando lo intento regresas? — Aprieto los labios y la mandíbula con mucha fuerza para no llorar, pero de nuevo fracasó. — No quiero olvidarte. — Sollozo.

— Bella. — Cuando veo a Steph todo se vuelve peor. — También lo extraño demasiado. — Le tiembla el labio inferior y dos segundos después ambas estamos sollozando en el baño de un restaurante.

— Voy a estar bien. — Me lo digo más a mí misma que a ella. De verdad tengo que convencerme de ello.

— Vamos a estar bien. — Afirma.

Después de arreglarnos volvemos a salir y me dice que su papá prefirió irse para que no me sintiera incómoda. La caja está en la silla y de verdad es un cuadro hermoso, pero aún me duele ver fotografías nuestras.

Quisiera no verlas, eliminar esa carpeta con fotografías nuestras de mi laptop y de la misma manera eliminar cualquier recuerdo suyo de mi mente. Vaciar tanto la papelera de mi laptop como la mía interna y que así no quedé nada.

Desayunamos, terminamos pidiendo dos postres cada una mientras hablamos, caminamos por la playa, volvemos a comer algo e incluso le cuento sobre el embarazo de Isamar y que Jackson va a retirarse de la Marina para casarse.

— Yo voy a mudarme aquí solo tengo que terminar algunas cosas en Londres y viviré con mi papá a ambos nos va a venir muy bien.

— Se nota lo mucho que lo quieres. — Sonríe.

DIGNO PECADO. (TP #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora