CAPÍTULO 4.

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Isamar no fue capaz de decirle a Diego que estaba embarazada y me dijo que aún no le diría nada a mis papás. No estuve de acuerdo, pero es su decisión. No pienso meterme u obligarla a que les diga y mucho menos hacerlo yo.

Ambas sabemos que no va a poder ocultarlo mucho tiempo, el embarazo va a comenzar a notarse en algún momento y la bomba va a explotar. Toda la familia trabaja para corporaciones, su trabajo es interrogar criminales, lo que más odian mis papás es que les mienta y si Isamar lo oculta por más tiempo del prudente, van a sentir que les estuvo mintiendo o burlándose de ellos en su cara, aunque no fuese así y mucho menos la intención de mi hermana.

Isamar se encuentra entre la espada y la pared. No la puedo culpar por estar asustada.

Entre las bombas y la pared, mejor dicho.

Al día siguiente si voy con Irina al centro comercial y se nos une Valeria. Ella me recuerda un poco a Olimpia en su forma de ser. Comemos juntas, compramos ropa, zapatos, maquillaje y todo lo que se nos ponía enfrente. Amamos gastar el dinero de papi.

— ¿Vamos al spa? — Pregunta Irina.

Valeria inmediatamente responde, pero yo acabo de quedarme en shock al ver a alguien que podría jurar era Stephen. Dejo de caminar y casi creó que de respirar.

— Bella. — Ignoró por completo a Irina.

Lo observo fijamente, sus brazos tatuados y el corazón se me acelera. Irina sigue mi mirada y se queda igual que yo. Esto no puede ser posible. Yo vi cuando la cabaña explotó. No puede ser Stephen. Antes de que pueda darme cuenta que estoy haciendo me acerco a él tirando de su brazo para que se gire.

— Lo siento, te confundí con alguien más. — Me sonríe amablemente.

— Tranquila. — Asiente y se va.

• Era imposible. •

Resoplo. Sé que era imposible y aun así quise aferrarme a esa pequeña esperanza. Estoy volviéndome loca.

Valeria, Alexa y Emiliano no saben absolutamente nada de Stephen, quise dejarlo en mi pasado y que nadie más supiera lo que pasó entre nosotros — si es que paso algo — solo le dijimos que lo confundimos con un amigo que hace mucho tiempo no veíamos.

Necesitaba dejar de pensar y no dude ni un segundo en ir con ellas al spa. Bobbie me arregló el cabello y no perdió oportunidad de preguntarme sobre Eliam. Sigue teniendo la esperanza de que Eliam Küchle un día despierte y ya le gusten los hombres, o, mejor dicho, que le guste precisamente él.

Ayudo, pero al llegar a mi casa no podía dejar de pensar en que Stephen estuviera vivo. Es estúpido, obvio no es el único hombre con tatuajes en el mundo y no puedo confundirlo con cualquiera que los tenga. Estoy volviéndome loca. Sigo sin saber si realmente no puedo soltarlo, no quiero o hizo muy bien su trabajo metiéndose en mi cabeza. Comienzo a creer que son las dos últimas razones.

El resto de la semana transcurre igual. La universidad, ocultar el embarazo de Isamar e insistir en que al menos hable con Diego. Siempre tengo la misma respuesta: aún no es el momento. Pero sigo preguntando cuando será el momento para ella. Papá tuvo que viajar a Virginia por órdenes del director general de la DEA y eso es un punto a su favor, pero no estará para siempre allá.

En los últimos nueve meses papá ha capturado a mafiosos, incautado toneladas de droga y comienza a dar de que hablar, no sólo dentro de Miami o Florida, ni siquiera sólo en el país, estamos hablando internacionalmente y no sé qué tanto me gusta. Solo es más riesgoso para él. De hecho, no me gusta para nada.

DIGNO PECADO. (TP #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora