—Ella se ganó mi atención con esa inocencia tan poco común, me ayudó a afrontar un momento bastante difícil y todo con mucha ternura, pero tú... Tú me recuerdas a un mundo que no sentía o tal vez nunca he sentido. Lejos de todo cuanto se dice de mí, y tal vez es justo en este momento cuando entiendo la verdadera razón de llamarme Aarón. Hoy me gustaría, tal vez no ser una persona común, pero sí una persona comprendida, comprendida como tú lo haces en este momento, no reniego de mi fama, quizá porque en el fondo me gusta sentir toda esa atención sobre mí, todas esas personas diciendo mi nombre, gritando como he cambiado su vida o cuánto me aman me hacen sentir especial, me agrada sentir que el mundo sería muy diferente sin mí, o creer en dejar una huella en la historia del mundo, de la humanidad, e incluso con todos esos pensamientos o esas personas no dejo de ser un misterio para cada chica enamorada de mis apariciones en el pantalla. Ellas no me entienden, quieren hacerlo y no sucede, me escuchan con claridad, solamente eso, lo hacen si canto, si hablo, si grito, y escuchar no es lo mismo que oír, lo sabes, ¿Cierto?
Me robó el aliento, sin saberlo elevé una de mis manos con suma delicadeza antes de dejarla caer contra mi pecho intentando localizar el latido de mi corazón si continuaba ahí o se había parado en seco al escuchar sus palabras tan ciertas arrancarme la razón.
—Tenemos más en común de lo que podía esperar —terminé por responder bajando la mirada deseando volver a llenar mi copa de vino para eliminar el nudo en mi garganta, sin vino para contra arrestar los efectos de nuestra charla terminé tomando aire antes de dejarme caer contra con los pies hormigueando por todo ese tiempo de pie, emocionalmente cansada, y ligeramente incompleta—. Es raro —reí un poco sin poder evitarlo —el rey del rock and roll se encuentra en la sala de mi casa, y en lugar de pedirle un autógrafo o una fotografía quiero verle marcharse con una sonrisa en el rostro —no pude evitar acariciar mi labio inferior marcando la trayectoria de una sonrisa como si pudiera dibujarla en su rostro—. Lo siento —me disculpe, por no tener el tacto suficiente para llevar la situación—. No quiero... no quiero lastimarte o hacerte daño, solamente quiero terminar esto de la mejor manera posible.
—Claro, es parte de tu naturaleza bondadosa.
—No soy bondadosa.
—Lo eres, y no admitirlo es parte de ese encanto escondido. No eres solamente una cara bonita, eso es el realidad un marco, dices más de ti en cada gesto de lo que puedes imaginar. Conocerte es un experiencia comparada con estar en el mar, encantado por las aguas claras dejando a la marea llevarte a un destino desconocido.
—En realidad siempre comparé el conocerme a algo parecido a nadar en agua mala.
—No es así. En realidad la experiencia se acompaña de algunos escalofríos cuando puedes parecer interesante antes los ojos de alguien que de hecho es bastante interesante.
Escuchar su voz a mis espaldas evito dejar al descubierto el par de lágrimas rodando por mis mejillas mientras intentaba mantener la cordura y no pedirle quedarse, tener algo verdadero, ser parte de la vida del otro, algo completamente imposible, lejos de cualquier entendimiento.
—Gracias —respondí con una voz baja, apenas audible intentando parecer serena acariciando el filo de mi copa de vino completamente vacía sin tener verdaderamente cuando se acabo el vino en su interior—, persona si no comparto la idea del todo, o puedo creerte de inmediato. Mi narcisismo no es suficiente, no me permite creerme algo diferente a una belleza de aparador.
—... lo lamento, y no por eso dejas de ser alguien excepcional.
—Todo el mundo lo lamenta.
Me atreví a bromear. El silencio se sentó junto a mí tomando mi mano mientras él sedaba el tiempo para rodear el sillón volviendo a su primera postura se quedó de pie frente a mí y entonces murmuró.
—Tendré una hija, lo sabía, podría nacer pronto y deberías entender a donde voy con esto —su argumentó prosiguió mientras tomaba una de mis manos antes de deslizarla entre sus dedos.
Me puse de pie retirando la copa de vino de su mano y posicionando ambas en la mesa de centro vertiendo el vino de nuevo en su interior manteniendo la serenidad comprendiendo por completo a dónde iba con todo eso.
—Es hora de decir adiós, todo fue fantástico, tu compañía y ese nuevo mundo donde podía andar sin preocupaciones.
—Lo sabía —le di la copa de vino de nuevo, ambos bebimos hasta dejarla vacía una vez más—, es difícil asumirlo a pesar de tenerlo presente —baje la mirada acariciando la copa de nuevo sin lograr continuar con mi discurso—. Espero verte pronto —le dije apenas mi voz logró salir—. Espero verte pronto, escuchar sobre ti algún día y continuar con nuestras vidas... solamente te deseo lo mejor.
—Me alegra estar aquí, ahora, estoy feliz por ser parte de tu vida, al menos en este momento.
—Ha sido un gusto ser parte dela tuya.
—Debo irme..., mi hija puede nacer en cualquier momento y no podría perdonarme por perder un momento como ese.
—Lo entiendo, suerte y felicidades.
Me estrecho entre sus brazos dejando un beso en mi frente.
—Puedes llamarme —dije tomando su copa entre mis dedos—, si necesitas una desconocida en quien confiar. Cuídate Aaron, es decir, Elvis.
—Adiós, Liney —me dedico una sonrisa bajando la mirada. Se fue dejando la puerta a un lado ya la luz del pasillo ilumino su silueta mientras se alejaba de la oscuridad de mi departamento.
El momento había terminado, todo había terminado, no volvería a ver aquellos ojos azules quedándome solamente con la ilusión de no estar alucinando como si todo fuera real, todo fue real. Cada sentimiento entre nosotros era parte de la realidad sin importar si habíamos disfrazado el mundo o no. ¿Estábamos enamorados? Claro, para enamorarse no hace falta mucho, no para él, no par mí y temo decir a ese niño de ojos azules que ame su soledad tanto o más de lo que le ame a él.
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Ojos azules
FanficMe acabo de topar con esos ojos azules, tan bellos, tan radiantes como descarados, esa sonrisa envolvente, oh cariño, si solamente no estuvieras terriblemente comprometido, si pudiera decir todo cuanto siento. ♦ Marie ha trabajado en aquella boutiqu...