Capitulo 10: Mi persona.

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—Has estado muy callada, ¿pasa algo?

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—Has estado muy callada, ¿pasa algo?.—Victoria acarició mi mano.

Habíamos venido a un restaurante muy lindo, me sentía bien estando con ella, solo no podía dejar de pensar en lo que escuché horas atrás.

—Estoy bien.—Sonreí para tranquilizarla, pero Victoria me conocía más de lo que yo pensaba.

—¿Pasó algo con Gabriela?.—Su mano seguía acariciando la mía suavemente.—Puedes contarme si quieres.

—Después, ahora solo quiero estar contigo.—Acaricie su mejilla.— ¿Iremos a la playa?

—¿Ya quieres ir? Solo estaba esperando que terminaras de comer, comes muy lento, amor.

—Ya terminé.—Le molesté mi plato casi vacío.— Me muero por ir al mar, hace mucho que no voy.

—¿Porque no? Queda muy cerca de tu casa.

—No lo sé, mi mamá no tiene tiempo y no me gusta ir sola.—Hablé un poco bajo. No quería que se diera cuenta de que me afectaba no pasar tiempo con mi mamá.

—Desde hoy iremos siempre que podamos.—Se puso de pie, obligándome a seguirla cuando tomó mi mano.— Me muero por velte en traje de baño.

—Dios, Victoria.–Mi cara se calentó sacándole una risita. Amaba dejarme en vergüenza.

Pagamos la cuenta, o bueno, Vicky la pagó. Esa era una regla que nos teníamos. La que invitaba pagaba. Si ambas teníamos la idea, pagábamos la mitad cada una, aunque ella a veces quiere pagar todo.

Caminamos con nuestras manos entrelazadas por la arena, mientras hablábamos de algunos temas sin sentido que salían de la nada. Ambas teníamos nuestros zapatos en las manos libres, para caminar más cómodas. La vista era hermosa, gracias a la chica linda que tenía a mi lado y un poco gracias al atardecer que se aproximaba.

Victoria detuvo nuestro paso y me tomó de la cintura. Se inclinó un poco y me besó, obviamente se lo seguí, ¿quien podría negarle un beso a esta belleza de mujer?

Sus manos me acariciaban lentamente por encima de la tela de mi vestido rosa, era bastante delgado, perfecto para la playa. Me llegaba un poco arriba de las rodillas.

—El agua se ve deliciosa.—Comentó cuando nos separamos después de unos segundos.— ¿Trajiste...

—Sí, lo tengo todo acá.—Moví mi hombro, mostrando la mochila que colgaba en el. Sacamos un par de toallas y las pusimos en la arena. Dejé la mochila sobre estas y comencé a quitarme el vestidos que cubría mi traje de baño. La mirada de Victoria se concentró en mis piernas.—Mis ojos están acá arriba.

—Uno ya no puede disfrutar la vista a gusto.—Bromeó. Dejó sus cosas sobre las toallas al igual que yo y también comenzó a deshacerse de su ropa. Traía un traje de baño de dos piezas, blanco. Dios.

Contigo {Youngmiko}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora