Hi babyssss, disculpen si el capitulo no concuerda mucho con la history, solo quería regalarles otro momento más de esta linda pareja inexistente.💞🫶🏻
Espero les guste y disculpen por no actualizar, estuve enferma estos días, pero ya tamo readyyyyy 💖💖💖
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—¡Riri! ¡Quítate de encima!.—Quise empujarla lejos de mí, pero no podía dejar de reírme ni dejar de retorcerme en mi lugar. Quise cubrirme con mis rodillas , pero la rizada subió sus piernas sobre las mías dejándome incapaz de moverme.—¡Basta, basta!
—Si sigues molestándola contará como homofobia Ri.—Se burló Mauro.
—Uh, está bien. Llorona.
Riri se alejó de mí y porfin pude tomar aire y respirar con normalidad. Nos habíamos reunido para estudiar, según nosotros, pues ninguno de los tres se esforzaba un poco por hacerlo.
Nos distraíamos con cualquier cosa, como justo ahora. Riri me atacó con cosquillas mientras Mauro nos grababa. Los odio.
—Oye, Miko, ¿esperas a alguien?.—Miré a la rizada quien se asomaba por la ventana y negué.— Creo que tocan la puerta, ve a abrir.
—¿Y porqué no vas tú?.—Me crucé de brazos acomodándome mejor sobre mi sofá rosita en la esquina de mi habitación.
—¡Porqué me da miedo! Esto siempre pasa en las películas de terror. Ya saben, tres adolescentes solos en una casa, y después...¡Muere la más linda! No me pienso arriesgar. Vas Mauro.
—Ni en pedo, me da flojera, que vaya Victoria, es su casa.
—Par de cabrones, yo no quiero...
—¡AH, LO VEN!.—Gritó mi mejor amiga cuando se escucharon pasos en la parte de abajo. Saltó lejos de la venta y se pegó a Mauro.
Okey, esto ya daba miedo, alguien había entrado a mi departamento.
—Cálmate, loca, tal vez sea la señora Evelyn.—Mauro mantenía sus brazos alrededor de Riri, se veía realmente asustada, tanto que me dio risa.
—¡Cuando suba y nos mate no te dará tanta risa!
—Shh, seguro no fue nada.—Intenté calmar.— Este lugar es pequeño, tal vez sea...¡Mierda!
La puerta de mi habitación se abrió lentamente, los tres nos mantuvimos quietos en nuestros lugares quedando detrás de la puerta. Mi corazón comenzó a latir más rápido y mis sentidos se activaron el doble.
—¿Victoria?
Joder, que susto. Carolina apareció en mi vista mandando a la mierda mi plan de supervivencia. Me puse de pie y caminé hacia ella.
—Joder, amor, casi nos matas de un susto.—Me quejé cerrando la puerta detrás de nosotras.—¿Que haces aquí? No me dijiste que vendrías.
—Me quiero quedar contigo toda la vida.—Abrazó mi cintura con bastante fuerza, escondiendo su rostro en mi pecho.
