Capitulo 3: Secret.

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Sentía su mirada sobre mí

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Sentía su mirada sobre mí. Llevaba todo lo que va del día así. Por más que intentaba esquivar su mirada penetrante, terminábamos mirándonos directamente a los ojos. Ella embozaba una pequeña sonrisa que yo no podía rechazar.

—¿Me estás escuchando?.—La voz de Lucía me sacó de mi pequeña burbuja. Aparté mi vista de Victoria y la miré.

—No, lo siento.

—Dios, dame paciencia.—Miró hacia arriba.— Digo que deberíamos ir a esa fiesta.

—¿Que fiesta?.—La miré confundida. Ni ella ni yo éramos tan amantes de las fiestas.

—La de Riri, siento que es momento de intentar cosas nuevas. Ya no quiero seguir siendo parte del club "Niñas buenas"

Me reí ante el estupido nombre que nos puso.

—Nadie nos llama así.

—¡Claro que si! Pero bueno, iremos a esa fiesta y nos daremos a conocer. Seremos la sensación del lugar.

—Bien.

—Creí que iba a ser más difícil convencerte.—Me encogí de hombros. La verdad yo ya había decidió ir, por las súplicas de Victoria, pero eso era algo que no podía contarle a mi amiga.

(...)

En esta última clase no me tocaba con Victoria, ella estaba en el salón de al lado, lo cual agradecía porque era una distracción muy grande para mí.

Ya llevábamos 10 minutos de clase, realmente la maestra se esforzaba en volver mi clase favorita en una aburrida perdida de tiempo.

Tres golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos. La profesora abrió la puerta, pero no había nadie detrás, eso se me hizo extraño, pero lo ignoré.

No pasaron ni 10 segundos cuando volvió a suceder lo mismo. No sabía porque, pero creía que Victoria estaba detrás de esto. Me levanté de mi lugar y pedí permiso para salir al baño.

—Si ya terminó los ejercicios, puede ir.—La profesora me miró seria. Mostré mi cuaderno con todo terminado y sonrió.— Adelante.

Salí del salón directo hacia el de Victoria, me asomé por la puerta un poco, y vi su lugar vacío, también había salido.

—¡Buh!

—¡Victoria!.—La regañé en un fuerte susurro por asustarme. Ella apretó sus manos en mi cintura mientras reía, me dio la vuelta y juntó nuestros labios sin previo aviso.—¿Que haces? Pueden vernos. —La separé, poniendo mis manos en sus hombros para alejarla un poco.

—Ven.—Entrelazó su mano con la mía y comenzó a correr por los pasillos. Parecíamos niñas pequeñas escapando de algún adulto.—Te extrañé mucho.

Sonreí. Amaba este lado de Victoria, era tan linda. Su boca formó un pequeño puchero y me abrazó por la cintura una vez llegamos al baño. Pegó mi espalda contra la puerta de uno de los cubículos y se pegó a mí.

Contigo {Youngmiko}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora