Capitulo 11: En cuerpo y Alma.

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Sus labios húmedos besaban mi cuello con delicadeza, apenas sentía el roce

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Sus labios húmedos besaban mi cuello con delicadeza, apenas sentía el roce.

Si alguien me hubiera dicho hace 5 meses que hoy estaría aquí entregándome en cuerpo y alma a María Victoria, probablemente me hubiera reído de ese mal chiste. Pero ahora me siento la mujer más afortunada del mundo y me siento muy segura de lo que estamos apunto de hacer.

Sus labios llegaron a los míos para casi arrancármelos. Eran movimientos fuertes pero deliciosos. Me sentía cada vez más húmeda.

Saber que yo la podía tocar a mi antojo, besarla, mirarla, sentirla, todo porque era mía y yo suya. No hay mejor sensación que esta, yo se que Victoria me desea tanto como yo a ella.

—Eres tan hermosa.—Su voz aplastada por estar con su cara entre mis tetas, ¿como podía decir algo lindo en un momento así? Casi reí de la situación.— ¿Estás segura de eso?.–Tomó los tirantes de mi vestido y comenzó a bajarlo, dejando a la vista mis pechos. El sostén que tenía era el de traje de baño, y me lo quité antes de venir.

—Muy segura.—Gemí cuando su boca comenzó a devorarme el pezon izquierdo, mientras con una mano masajeaba el derecho. Joder, se sentía tan bien.—Victoria...

—Que rico suena mi nombre cuando lo dices así.

Sus dos manos apretaron mis pechos haciéndome soltar un suspiro de alivio, eso se sentía liberador.

Mis ojos se encontraron con los suyos, azules intensos y profundos. Su voz ronca solo me excitaba más. Lentamente fue terminando de quitar mi vestido, hasta que quede solamente con mis bragas, una delgada tela rosada. Su color favorito.

—Mierda.—Victoria pasó su vista por todo mi cuerpo, de pies a cabeza, haciéndome sentir un poco tímida, nunca había estado así con nadie, pero con ella me sentía bien. Segura.—Iré lento, puedes decirme si quieres que pare cuando quieras, ¿okey?—Asentí mordiendo mi labio inferior, no iba a negar que me sentía muy nerviosa.

Cerré los ojos al sentir sus manos tomar las tiras de mis bragas, jalándolas hacia abajo, pasando por mis muslos, mis rodillas y finalmente mis pies. Victoria las tomó entre sus dedos, dejándolas colgadas ahí. Dios, eso era más excitante. Bajó su torso, su cara quedando entre mis piernas, ella tomó ambas y las colocó sobre sus hombros , una de cada lado.

—Te voy a comer toda, tu solo encárgate de disfrutar, ¿si?.—Su aliento caliente chocó con mi entrada cuando habló. Asentí algo desesperada al escuchar su voz tan ronca, se rió.— ¿Te sientes bien si hago esto?.—Dio una larga lambida a mi entrada. Arquee mi espalda, sintiendo todo el placer correr por mi cuerpo. Era como estar en las nubes.

—Joder, sí.—Gemí, mis manos enterradas entre las sabanas de la gran cama. Dio una lambida más profunda esta vez, juro que sentí que casi me venía.

—Bien.—Me sonrió.—te amo, mami.—Dejó un pequeño beso sobre mi muslo y volvió a lo que estaba. Su lengua ahora estaba dentro de mí, se movía de un lado a otro haciéndome retorcer de placer. Llevé una mano a su cabeza, hundiéndola más y guiándola un poco a donde quería que tocara.

—Más rapido, amor, porfavor.—Las palabras salían solas, juro que no las planeaba.— Sigue...así. Ahh.—Mi mano libre se dirigió a uno de mis pechos y lo apreté inconscientemente, pero me gustó.

—Que rico sabes, chula.—Miré su cara llena de mi lubricación, su boca brillosa por lo mismo. Abrí mi boca soltando un jadeo, se veía tan sexy desde ahí.

—Sigue-e.—Pedí y no tardó nada en obedecerme. Su lengua hacia un muy buen trabajo, se movía con rapidez y tocaba los lugares correctos. Por eso mismo no tardé mucho en sentir mis piernas temblorosas.— ¡Oh, Dios! Esto es muy bueno, vic.—Apreté mas mi agarre en su cabeza, impidiendo que se alejara en cualquier momento.

Victoria subió sus manos a mis muslos y los separó, evitando que yo cerrara mis piernas involuntariamente, cada vez estaba más cerca del clímax.

Solo necesité un par de lambidas mas para lograr venirme en su boca. Todo mi cuerpo tembló. Victoria parecía una gatita lambiendo su comida, aún después de venirme no dejó de lamberme y chuparme.

—¿Todo bien?.—Preguntó mientras movía delicadamente mis piernas y las dejaba sobre el colchón.

—Demasiado.—Puse mi mirada en ella y no pude evitar sonreír, realmente era lo que necesitaba.

Victoria sonrió igual y se acercó para besarme, mi sabor en sus labios hizo que me calentara de nuevo. Sus manos a cada lado de mi cuerpo acariciaban lentamente mi cintura. Bajó sus besos hasta mi cuello y siguió hasta mi hombro.

—Eres lo más lindo que me pasó , ¿sabes?.—Susurró contra mi piel algo cubierta de sudor.—Gracias por dejarme ser la primera.

—Es la mejor noche de mi vida, Vicky.—Acaricié su brazo. Sonrió contra mi cuello después de morderlo un poco.—Victoria.—Mi voz salió ahogada esta vez. Subí mis manos a su espalda y enterré mis uñas en ella cuando dejó su rodilla entre mis piernas, presionando mi centro.

—Carolina.—Devolvió del mismo modo. Sus ojos me miraban con deseo. Puso una mano contra el respaldo de la cama, mientras la otra evitaba que su peso cayera sobre mí. Subí mi rodilla, dejándola entre sus piernas, vi como mordió su labio inferior, evitando gemir.—No tienes que hacer nada si aún no te sientes list-Ahh.—Gimió muy alto cuando hice mayor presión en esa parte, ¿era de placer o dolor?

—¿Te lastimé?.—Pregunté preocupada, un poco agitada.

—No, no, eso se sintió bien.—Se agachó un poco para besarme tiernamente. Sonreí contra sus labios y solté un suspiro cuando su rodilla volvió a moverse. Victoria comenzó a moverse de arriaba hacia abajo, encargándose de que su rodilla me llenara de placer y obviamente lo logró. Bajé mi pierna, dejándola sentada sobre mi muslo, en el cual se restregaba conforme se movía. Con su mano en el respaldo se daba fuerza y se sostenía para mantener el ritmo que ambas queríamos.

Se detuvo un momento para sacar su ropa. Pasó su blusa sobre su cabeza, dejándola por algún lugar de la habitación, y continuó con la demás ropa. Mojé mis labios con mi lengua. Necesitaba verla así más seguido.

Volvió a la misma posición, pero ahora poniendo una de mis piernas sobre su hombro, dejando a nuestros centros tocarse  y siguió con sus movimientos. De arriba hacia abajo sin parar. Se podía escuchar el choque de nuestras pieles mojadas por el sudor  al igual que el choque de el respaldo contra la pared. La habitación se llenó de jadeos y una que otra maldición por parte de Victoria. Tomé su cadera para ayudarla con los movimientos, ambas disfrutando de vernos y sentirnos.

¿Como fui capaz de sobrevivir sin esto?

Después de varios minutos ambas llegamos al delicioso orgasmo. Victoria se tiró a mi lado, intentando al igual que yo, regular su respiración.

 Victoria se tiró a mi lado, intentando al igual que yo, regular su respiración

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PERDÓN  SI HAY ALGUNOS ERRORES, MAÑANA CORRIJO BIEN 🙏

MADY. :)
.(.

Contigo {Youngmiko}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora