creo que me estoy enamorando de una niña, pero aún no lo sé. Es muy linda, pero después de lo que me pasó me da un poquito de miedo. 😭😭
Enfin, tengan un hermoso día, babys 💖💖
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—Estoy cansadísima, necesito dormir unas 5 horas seguidas.—Victoria se veía demasiado agotada. Su cabello estaba atado en una coleta alta, como siempre que tenía que hacer algún deporte. Acababa de volver de un entrenamiento con su equipo favorito y apenas tuvo tiempo de llamarme.—¿Tú cómo estás, mami?
—Mal, te extraño.—Acomodé mi teléfono sobre mi escritorio para poder darle un buen ángulo mientras anotaba unas cosas en mi cuaderno. Seguía estudiando para los exámenes.— Mañana es tu cumpleaños.
—Yo también te extraño.—Me sonrió mientras se movía en camino al baño. Colocó el teléfono frente a un espejo y se dio la vuelta para cerrar la puerta con seguro. —No sé que haré mañana, Mauro quiere que salgamos a festejar con los del equipo, pero no se si tendré ganas.
Me desconcentré un poco cuando comenzó a desvestirse frente a mí. Mi vista viajo por sus pechos, su abdomen y finalmente sus caderas, no podía ver más gracias a la altura.
Dejé de escribir en mi cuaderno para ponerle más atención.
—Amor, ¿sigues ahí?
—¿Eh? Ah, si si.—Victoria me miraba preocupada con su cuerpo levemente inclinado hacia al frente. ¿Siempre tuvo las tetas así de lindas? .— Deberías salir con Mauro, para que te distraigas y te diviertas.
—No lo sé, igual tengo tiempo para pensarlo.—Se encogió de hombros y desató su cabello, dejándolo caer sobre sus hombros. Se veía demasiado sexy así.—Me daré un baño rápido, puedes irme contando como te está yendo con los exámenes.
—Me dieron ganas de bañarme contigo.—Hice un puchero y Victoria sonrió.
—A mí me encantaría que estuvieras aquí, pero si te sirve de algo, puedo dejar que me veas mientras lo hago.—Hizo un mohín con su boca y desvío la mirada, haciéndose la inocente. Me quiere matar.
—Vicky...
—Dime, mami.
—Quiero verte.—Admití algo nerviosa, no era la primera vez que hacíamos esto, pero aún lograba ponerme de aquella manera. Sus ojos brillaron y se oscurecieron un poco, haciéndome temblar.
—Soy toda tuya, puedes verme todo lo que quieras.—Me guiñó un ojo antes de abrir la puerta de la ducha para meter la mitad de su cuerpo y regular la temperatura del agua.
Su culo se veía increíble desde ese ángulo, mi centro comenzó a apretarse con solo verla. Victoria dio un salto hacia atrás, provocando que todo eso rebotara.
