Cercana Seducción (COMPLETA)

#44

Vladimir

Cierro la laptop cuando veo a Alex asomarse por la puerta.

—ya está por comenzar la reunión -dice y asiento-

Me levanto del escritorio y camino hacia la puerta, hoy llega la nueva "inversionista" de la cual Alex me hablo.

Entramos a la sala de reuniones y es ahí cuando la veo a ella. Nuestras miradas se cruzan y me quedo serio ante su sonrisa.

Me siento en mi lugar y Alex a mi lado, ella está a dos asientos de Alex, por lo que me observa sonriente.

—buenos días, pueden comenzar -digo ignorándola-

—buenos días, señor James, como sabe, los productos de su empresa al ser de buena calidad, son requeridos en las empresas, por lo que queremos la mayor cantidad de productos de su empresa, la señorita Kalov está dispuesta a pagar el doble de los productos -habla un tipo flaco de lentes, supongo que es su secretario-

—no es necesario hacer el pago doble por los productos, lo único que el señor James necesita, es que paguen y pidan a tiempo estos productos, de no ser así, tendrían que ser cancelados y vendidos, por lo que, si los querrán de vuelta tendrían que esperar a una nueva producción de estos -habla Alexander y yo me quedo en silencio-

—el señor James esta dispuesto a darme los productos que necesito -habla Tatiana observándome-

—doy los productos necesarios a cualquier cliente siempre y cuando su paga y pedidos sean completos y precisos -digo observándola serio-

—entonces no habrá problema, señor Sokolov, mande un correo con lo necesario para el pedido -habla ella y Alex asiente tranquilo-

—¿algo más que quieran saber? -pregunta Alex-

Tatiana niega sin despegar la mirada de mi, volteo los ojos.

—de ser así, pueden retirarse -digo levantándome-

—¿vamos a la cafetería? -pregunta Alex y asiento-

—te alcanzo, olvide el celular en el escritorio -digo y Alex asiente-

Salgo del lugar, Tatiana está hablando con el tipo de lentes, los ignoro y camino a la oficina, abro la puerta y entro dejándola abierta, sólo tomare el celular.

Abro el cajón del escritorio y tomo las llaves del auto, mi celular y camino a la puerta. Tatiana entra sonriente a la oficina, cerrando la puerta detrás de ella.

—largo -digo señalando la puerta-

—hace tanto que no te veía mi amor, estaba tan ansiosa por verte -dice sonriendo-

—¿quien te dejo salir del psiquiatría? -pregunto y está deja de sonreir- sigues igual de loca, alucinando que tú y yo tendremos algo -digo burlón-

—si lo imagino es porque puede ser ¿no? -dice y yo suelto una risa-

—es un mito eso del que persevera alcanza, porque tu cada que insistes me caes peor -digo riendo- te veo y no te tolero

—antes lo hacías -dice y subo los hombros-

—era adolescente y estaba caliente, me metía con cualquier cosa -digo y ella voltea los ojos-

—¿sigues pensando que no soy nada para ti?

—sigo penando que no eres nada, nunca fuiste importante para mi, y lo comprobaste el día que te deje sola en el hotel -digo tranquilo- me apena el echo de que sigas humillándote

—se que me amas

—ni siquiera en el fondo siento algo por ti, ahora todo mi amor es para mi esposa y mis hijos -digo y ella abre los ojos-