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Vladimir

Mi castaña lleva dos meses en coma, no da señales de despertar, pero he ordenado que no la desconecten, pague tres millónes de dólares para que no la desconectaran.

Mis padres han venido a visitarla; mi madre y hermana, muy contentas, vienen a leerle historias, mi padre también le habla y le desea de todo corazón que despierte, vinieron la semana pasada, pero como mi padre se hace cargo de las empresa en Rusia, tuvo que volver junto a mi madre.

Hera se va a la mansión todas las noches, yo me quedo a dormir junto a la castaña, cuando Hera llega por las mañanas, yo me voy a ducharme y a desayunar.

Agradezco que Hera esté en vacaciones largas. Ambos ayudamos a hacer pequeños ejercicios a la castaña, esto es importante para que pueda caminar fácilmente al despertar.

He querido llevarla a Rusia, mis hospitales allá están más capacitados para este tipo de situaciones, aquí igual pero estoy lejos de casa... de mi familia.

Aunque ustedes no lo crean, los padres de mi castaña no se han aparecido por aquí, lo cual me molesta, quien en su sano juicio no se preocuparía por la castaña...

El doctor sigue diciendo que no ve mejorías en la castaña, lo cual cada vez más me desespera, temo a que no despierte jamás de ese jodido coma.

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Ahora me encuentro de camino a la mansión, iré a ducharme y a cambiarme de ropa, Hera llego al hospital hace menos de media hora, estuve ayudándola a mover a la castaña, con los ejercicios de piernas y brazos.

Al llegar a la mansión veo una camioneta fuera del portón, observo confundido, hago una llamada a uno de mis hombres, el cual responde de inmediato.

—¿de quien es la camioneta que está afuera? -pregunto con molestia notable-

—señor James, son los padres de la señorita Laurens, dijeron que vienen por ella, la llevarán con ellos a Arizona -explica algo nervioso-

Corto la llamada de inmediato y conduzco hasta el gran portón, el cual de inmediato se abre permitiéndome el paso, aquella camioneta entra después de mi y suspiro frustrado, nunca permití el paso.

Salgo de la camioneta y espero a que los padres de Laurens salgan de la suya, observo el reloj que yace en mi muñeca, no quiero perder tiempo, debo ir con la castaña, cruzo mis brazos y los observo, estos tratan de verse intimidante mientras llegan a mi.

—¿y ustedes son? -pregunto serio-

—somos los padres de Laurens, venimos por ella, es absurdo que se haya venido contigo y que no nos llame -dice el padre algo serio-

—si no los llama supongo que es por algo ¿no creen? -digo negando-

—no es tuya, dánosla, sabemos que la tienes secuestrada, para que lo sepas ella ya está comprometida -dice su madre-

¿Comprometida a dicho? Pero si la castaña no me lo contó... y según Hera ella ni siquiera tenía pareja.

—no me interesa si está comprometida o no, ella no se irá con ustedes y ahora largo de mi casa, nadie les permitió el paso. -digo dándome la vuelta para dirigirme a la entrada-

—no sabes con quien te metes muchachito -dice su padre-

Suelto una gran carcajada y me volteo de nuevo hacia ellos, me observan confundidos y niego.

—ustedes no saben con quien se meten y a quien están hablándole así, ahora mismo podría ordenar que los mataran... o aún mejor, podría hacerlo yo mismo -digo acercándome a ellos hasta quedar frente a frente-

Cercana Seducción (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora