14. Ganas de joder.

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Suspira con ciertos nervios y se mira al espejo de la habitación de Katsuki, el cenizo está terminando de vestirse tras él.

—¿No es muy obvio que somos algo más que amigos, Kacchan?— Cuestiona dubitativo en cuanto el mayor se posó a su lado.

Ambos llevaban trajes sutilmente a juego.

—Meh.

Midoriya suspira y se da la vuelta para darle un beso al contrario que lo recibe con gusto. Koi maulla en la puerta queriendo ser partícipe de los mimos también.

—Bola de pelos— El rubio lo complace separándose de Izuku para acercarse al gato y acariciarlo bruscamente.

El pecoso va a su habitación para coger algunas tarjetas de presentación, su teléfono, y cosas necesarias para la ceremonia de esa noche en la mansión de Enji Todoroki.

Cuando sale, ve a su compañero de piso terminando de cambiar el agua y la comida del gato.

Le gusta la vista.

Katsuki era un maniático de la limpieza y la salud, razón por la que se aseguraba de que Koi tuviera siempre agua limpia y comida fresca, los juguetes siempre lavados y desinfectados oh, y la arena, la cambió por una de mejor calidad que suprimiera casi por completo los olores.

Era un excelente conviviente y un adulto responsable con la vida.

Más puntos para el corazón de Izuku.

Dejando todo listo, salieron del departamento que ahora compartían en dirección a la mansión de Endeavor.

Izuku iba conversando por celular con su papá, el cual al parecer ya había llegado.

El camino duró aproximadamente una hora y la mansión quedaba en una zona residencial por la cual había más hogares similares.

La entrada estaba abierta así que se estacionaron cerca a la reja que guiaba a la salida y salieron conversando de cualquier cosa en realidad.

Izuku, como el nerd que es, admiraba los alrededores y analizaba la estructura de la maravillosa mansión, tanto por dentro como por fuera. Katsuki fingía estar fastidiado, pero en realidad prestaba bastante atención a lo que dijera el menor.

—¡Izuku! ¡Joven Bakugō!

—¡Papá!— El pecoso sonrió acercándose a Toshinori que conversaba con alguien más, siendo seguido, claro, por el cenizo.

—Aizawa, este es mi hijo, Izuku Midoriya, y él es su... Amigo, Bakugō Katsuki, están a cargo de la nueva agencia de Endeavor.

Las presentaciones empezaron, ambos pudieron conocer a gente muy importante quienes se mostraron interesados en ambos, sus proyectos en mente y trabajos que ya estaban haciendo.

—Su atención, por favor.

En algún punto de la noche, Enji Todoroki llamó a todos los presentes, Izuku tragó duro al ver a lo lejos que el bicolor estaba al lado de este hombre, quien también era acompañado por la madre de sus hijos.

Como cualquier otro aburrido evento, empieza dando un discurso acerca de su nueva agencia, el pecoso no le toma atención en realidad, está más enfocado en mirar al atractivo joven con el que compartió más que cama en el pasado.

Katsuki pareció notar su nerviosismo, se acercó a su amigo, poniendo su mano en la cintura de este. Ambas miradas se toparon y el menor sonrió agradeciendo el apoyo.

—Estás demasiado lindo como para cagarla con nervios inútiles, tú tranquilo yo nervioso— Bromeó el cenizo, aligerando el ambiente entre ambos.

Mantuvieron sus miradas unidas por unos segundos, los ojos de Izuku bajaron hacia los labios de Katsuki. Quería besarlo. Era imposible no desear aquello cuando te hacen sentir tan querido y protegido.

Los aplausos los despertaron de su burbuja, Izuku desvió su mirada con un rubor, Bakugō hizo lo mismo pero con una expresión satisfecha.

Shōto parecía no haberse percatado de la presencia de ambos, mas no sería por mucho, pues en cuanto Enji logró divisar a los muchachos a cargo de la construcción de la agencia, no dudó en acercarse, siendo seguido, claro, por su hijo menor.

—E-Enji-san... Buenas noches— Izuku sudó frío al verlo aproximarse, Katsuki quitó su mano de la cintura del menor rápidamente, mas no pareció ser lo suficientemente rápido como para que el pelirrojo no lo notara.

—Buenas noches, Midoriya, al final decidiste venir.

—Le dije que lo traería— Katsuki habla.

—Acertaron con aquella decisión, de seguro ya conocieron gente a quien le podría interesar trabajar con ustedes, tengo altas espectativas respecto al edificio y una recomendación mía los ayudaría a despegar.

Izuku asintió mirando al mayor a los ojos, fingiendo no notar al bicolor, podía sentir la vista heterocromática fija en él. Katsuki, en cambio veía descaradamente al otro joven con una sonrisa llena de victoria.

—Sí, a lo que venía, él es mi hijo menor. Estará a cargo de la nueva agencia, que no les sorprenda si aparece de vez en cuando en su constructora, irá a revisar los avances y más detalles, que todo esté yendo según lo previsto. Preséntate, Shōto.

—Todoroki Shōto, un gusto verte otra vez, Midoriya— Se presenta, sonriente levantando su mano.

Izuku se queda paralizado, pensó que Shōto fingiría no conocerlo, en vez se aquello, actúa como si fueran amigos de toda la vida, como si nada hubiese pasado entre ellos.

—Disculpalo, está algo nervioso, le cuesta socializar un poco— Bakugō toma la mano de Shōto devolviendo la sonrisa de forma falsa.

—¿Entonces, se conocían?— Enji arquea la ceja, ciertamente incómodo por el apretón de manos que se daban ambos muchachos con hipócritas sonrisas y demasiada fuerza ejercida.

—También estudié en Yuuei— Explica Izuku, posando su mano en el hombro del cenizo para que deje de jugar con Shōto, cosa que funciona —Solo compartimos una clase, nunca fuimos cercanos en realidad así que solo fuimos compañeros de clase y nada más.

Aquella información tocó el ego de Shōto, quien esperaba a que el pecoso actúe distinto, muestre nervios, sumisión, temblores, que pierda la calma como siempre lo hizo ante su presencia, pero asintió estando de acuerdo.

—Sí, no fuimos muy cercanos, espero que con este nuevo proyecto nuestra relación pueda estrecharse más y llegar a ser más que compañeros.

—Lo dudo, Deku deja separado lo laboral de sus relaciones amistosas. Yo soy la excepción, claro.

Shōto Todoroki odia a Bakugō Katsuki.

Este no hace más que provocarlo, es por ese imbécil que Izuku empezó a desobedecerlo, a apartarse, a dejar de amarlo.

A engañarlo.

Porque a los ojos de Shōto, Izuku era suyo y había tenido la osadía de permitir que otro hombre lo toque, lo bese, lo haga suyo... Lo peor es que parecían seguir unidos.

Pero no importa, está dispuesto a perdonar a Izuku y hacer las cosas bien para poder mantenerlo a su lado.

—Padre, los Iida te están buscando— Tōya Todoroki, el hijo mayor, llega al lado del pelirrojo, Izuku se asombra al ver que del brazo del albino, un rubio lo abraza.

—Compermiso, jóvenes, me retiro. Shōto, vamos.

Cuando padre e hijo se fueron, Izuku se dio la vuelta para enfrentar a su amigo.

—Esa guerra silenciosa.

—Ya, ya, ya. No digas que no te gustó que me ponga protector contigo.

—B-bueno...

—Mira, olvídalo, veo que el bastardo tiene ánimos de joder. Vamos al buffet, comamos un rato, entreguemos algunas tarjetas de presentación y vamos a casa para cerrar la noche con broche de oro. Ya tendremos otros días para pensar en ese tarado.

—Suena bien para mí— Le sonríe, mira hacia alrededor y cuando se da cuenta de que nadie les está prestando atención, le roba un piquito al cenizo.

Casi Algo [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora