Casi Algo [Katsudeku]

11. Escoger a quien amar.

—Anda, nerd, estoy seguro que entre tú y él, es él quien depende de ti.

—Ja, ¿Te parece?— Responde sarcástico. La verdad es que no ve la situación así, sino que es Shōto quien tiene la última palabra y demanda la relación.

—Seh, tú no lo ves, pero yo sí, créeme, soy hombre, sé de lo que hablo.

—¿Entonces yo que soy?— Le pica las costillas, provocando que el rubio se encoja y como venganza revuelva sus cabellos con -demasiada- fuerza —Yaaaa, paraaa. ¡Mi cerebro!

—Escúchame. Ni siquiera lo conozco, pero sé que ese tarado no está dispuesto a dejarte ir. Te reto a que a la próxima que te ponga un ultimátum, en vez de arrepentirte, sigas.

—¿Cómo así?

—Supongamos que no le gusta que comas carne. Lo primero que harás cuando estés con él, será comer carne, y cuando te aplique la de "deja de comer carne o terminamos", escoge la segunda opción. Te apuesto un almuerzo con tu viejo a que se retracta al instante, ya verás, quien terminará ganando serás tú.

—Sí, claro— Le resta importancia, está casi seguro de que no sería así, pues Shōto se iría y él se quedaría chillando.

Izuku revisa su celular, Todoroki literalmente le envió un mensaje que decía "Saldré con alguien, no me esperes hasta mañana en la cena".

No lo sabe, es demasiado ingenuo para darse cuenta, pero aquel texto tiene toda la intención de herirlo.

—Kacchan, ¿Vamos a mi casa?

—Izuku, responde maldita sea, ¿Qué mierda significa esto?

Izuku, que estaba algo asustado, miró a Katsuki, al recibir una mirada que demostraba apoyo, tragó saliva, respiró hondo y habló con calma.

—Shōto, no lo entiendo, ¿Quieres ser más específico?

—No me jodas, ¿Por qué te estás acostando con este imbécil?

—¿Q-qué tiene de malo?

—¿Cómo que qué? No seas cínico, se supone que estás conmigo, me estás engañando— Reclama, aguantando sus ganas de llorar, aunque su voz rota lo delata. No quiere aceptarlo, pero aquello que nunca se le hizo una posibilidad ahora le duele como el infierno.

Bien, esa era la oportunidad de Deku para darle una cucharada de su propia medicina, más específicamente, dedicarle las mismas palabras que a él lo lastimaron. Katsuki le da dos golpes sutiles con el dedo para que el menor se defienda.