18. Esta vez es de verdad.

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Despierta con el cuerpo adolorido, se sonroja al sentir que allá abajo está resbaloso.

—Buenos días— Oye a su derecha, se trata de Katsuki, quien está a su lado y lo mira con una sonrisa apoyando su cabeza en su mano.

—Kacchan...

—No hagas mucho ruido, don idiota está dormido aún— Indica alzando su mentón, Izuku se da la vuelta hallando al siempre guapo y a veces imbécil, Shōto.

Está bien dormido, pasando su mano por el vientre de Izuku, abrazándolo. Se ve irónicamente angelical.

Regresando su vista a Katsuki, el cenizo se acerca para besarlo, dándole cortos y húmedos besos en los labios, los cuales está encantado de recibir.

—Podré quererte mucho, pero a menos que sea tu cumpleaños o navidad, no volveré a compartirte con este tarado al mismo tiempo.

—Bueno, ya no es taaan malo... Ha estado haciendo su mejor esfuerzo para mejorar.

—¿Merece un premio acaso por ser buena persona? Por supuesto que no, es más, es un perezoso, ¡Oye bastardo, despierta! ¡Hay muchas cosas que hacer! ¡A limpiar, a lavar, a cocinar!

—Tch— Izuku sintió al bicolor removerse tras suyo y apretar el agarre en su cuerpo.

—¡Despierta carajo! ¡Que sea domingo no es excusa para ser vagos! ¡Ve a alimentar al gato!

—Maldición, cállate, eres insoportable— Murmuró Todoroki tomando asiento con el ceño fruncido.

—Bastardo perezoso.

—Estúpido mandón.

—¡Ya!— Izuku suelta un grito exasperado por otra de las peleas de ambos hombres.

Los dos sueltan un bufido sintiéndose regañados.

—Solo para que quede claro, no pienso volver a compartir cama contigo— Murmura Katsuki.

—Pues te puedes ir retirando porque yo no me pienso mover de acá— Lo reta.

Izuku suspira pesadamente. Anoche parecían llevarse bien y ahora ambos eran como perro y gato nuevamente.

Katsuki cocinaba, Shōto ordenaba la ropa e Izuku terminaba de limpiar la habitación, los tres en un incómodo silencio sin saber cómo reaccionar exactamente por lo de antes, lo mejor era no tocar el tema

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Katsuki cocinaba, Shōto ordenaba la ropa e Izuku terminaba de limpiar la habitación, los tres en un incómodo silencio sin saber cómo reaccionar exactamente por lo de antes, lo mejor era no tocar el tema.

Ni Shōto ni Katsuki tenían ganas de lidiar entre sí otra vez. Les había gustado la experiencia, pero preferían tener al pecoso para ellos solitos.

Comieron en silencio hasta que finalmente Todoroki tuvo que retirarse para ordenar su propio lugar.

—Deku, por favor no permitas que esto vuelva a suceder. No tienes idea de lo humillante que fue salir de esa cama en bolas porque el bendito gato tiene la manía de jugar con la ropa y llevó la mía a su arenero.

Casi Algo [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora