Extra: Si lo hubiera hecho bien.

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Despierta con lágrimas en los ojos y la respiración agitada.

—¿Todoroki-kun?— Oye una voz a su lado.

Es Izuku, quien trae una bandeja con jugo, cereales y tostadas.

—¿P-por qué estás llorando? Estás rojo... ¿Tienes fiebre? ¿Te sientes bien? ¿Qué puedo hacer para ayudarte?— Deja la bandeja a su lado y se acerca, tocando su rostro con genuina preocupación.

Vuelve a ver el brillo en sus ojos, aquel que poco a poco se fue desvaneciendo y no lo notó hasta que se apagó, aquel brillo que reflejaba cuánto lo amaba y estaba dispuesto a dar por él.

Presta más atención, está... ¿En el departamento de Izuku? ¿Por qué Izuku está tan joven? ¿Por qué aún no está Koi con ellos?

Se fija en el calendario, ¿Había acaso regresado en el tiempo?

Mira al pecoso que sigue viéndolo con preocupación, sus cachetes regordetes, sus rasgos aún infantiles, sí, vuelve a tener veinte años.

Extiende sus brazos y los enrrolla en Izuku con fuerza.

—Te amo— Suelta, sintiéndose desesperado, puede sentir los latidos del pecoso acelerarse.

—¿T-Todoroki-kun?

—Te amo, por favor, no te vayas de mi lado nunca— Solloza aferrándose al pequeño cuerpo del peliverde —Perdón si en algún momento fui mezquino contigo o un idiota por no querer esperarte, lo vales todo. Sal conmigo, por favor.

—¿E-en serio? ¿Por qué de la nada?

—No preguntes, solo acepta, me encargaré de cuidarte lo mejor que puedo, por favor...

—Por supuesto que sí, Todoroki-kun— Sonríe el peliverde abrazándolo también.

Shōto se aparta un poco para darle un beso, había extrañado tanto sus cálidos abrazos y aquel olor que lo hace sentir vivo.

Izuku, solo ríe con un sonrojo dejándose mimar hasta que el mayor se queda dormido otra vez.

Lo primero que hace al tomar su celular es eliminar a todos sus "amigos", mandar a volar a Denki, y contarle a Iida y Yaoyorozu su relación con Izuku, quienes se lo tomaron como una sorpresa enorme, pues hasta donde sabían ellos dos ni se topaban.

Pero los felicitaron, claro también fue amenazado por Ochako, quien dijo que lo haría conocer al mismísimo Jesucristo si hacía que una sola lágrima cayera de Izuku.

Cosita... Si supiera.

Anyways, no hay tiempo de lamentarse, está teniendo una nueva oportunidad, sus días son más alegres. Si antes pensaba que recibir cariño era bueno, darlo era aún mejor, se sentía bien mimando al pecoso del mismo modo y hacerlo sentir amado.

Notaba también que en respuesta a ello, Izuku era aún más sonriente, lo que causaba que él también se sienta más completo.

—Papá, me casaré con Keigo— Dice de la nada Tōya en el almuerzo, provocando que Enji casi se infarte.

—¡¿Con mi inversor?!

—Seh, es un gran partido, deberías estar feliz por mí y la empresa, wuju— Come una porción de fideos.

—Es un hombre, Tōya.

—Genial, doble masculinidad.

—Ni hablar, ¿Qué crees que dirá la prensa cuando se entere?

—Que tu línea de electrodomésticos apoya la diversidad cultural y minorías— Responde relajado.

Enji lo medita unos segundos.

Casi Algo [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora