Solos ~ Kookmin

12.

JIMIN:

Es momento de hablar con mi esposa.

Y después de darme cuenta de lo grave que hice con su padre.

Lo correcto es separarnos.

— Naya.— llamo su atención cuando ingreso a la habitación que compartimos.

— Mi amor.— un brillo en sus ojos resalta por mi ingreso.

— Hablemos.— pido acercándome a ella que esta acostada en la cama.

Me senté en el filo de la cama y planteé las palabras que usaría con ella sin tener que revelarle la reciente razón para desear nuestra separación.

Mi infidelidad.

No me atrevia a decirle que he fallado y con alguien importante para ella.

— Amor perdóname, ¿si? — toma mis manos y las entrelaza.

— Yo soy quien debería pedir perdón.

Por atraerme tu padre.

— ¡No! ¡Tu no hiciste daño! ¡Tu eres buen esposo! — asegura y eso me hace sentir mal.— La que falló soy yo por imponerme ante ti con mis decisiones y descuidos pero quiero arreglarlo. Déjame ser la esposa que necesitas en realidad.

Quizás antes hubiera accedido de inmediato por el amor que siento pero ahora es diferente.

¿La amo?

Al parecer no lo suficiente porque cuando se ama mucho a alguien no le eres infiel, no le fallas y engañas como lo hice yo, peor aun con su padre.

— Naya creo que lo mejor es separarnos. Existe un daño entre nosotros.— menciono y noto como ella empieza a quebrarse.

— Lo sé te hice daño durante tanto tiempo con mi insistencia en los tratamientos, he reflexionado sobre eso, pero aun podemos arreglarlo amor. Por favor no pienses en una separación. Yo te amo Jimin...— hay suplica en su voz y nuestras manos entrelazadas se refuerzan por ella.— ¿No me amas?

— Si.

Pero no lo suficiente.

— Entonces quédate a mi lado, ¿si?

Se acerca a besarme y con lágrimas de por medio fuerza a que le corresponda.

Esto no está bien.

Seguimos haciéndonos daño.

Mi problema de ser estéril fue el inicio del quiebre de nuestra relación y la infidelidad por parte de mi tiene que ser el final entre nosotros.

Con suavidad la alejo de mi porque no quiero lastimarla más.— Es lo mejor para los dos Naya. Mira a donde hemos llegado.

Señalé su aspecto lastimado.

— ¡No! ¡No lo acepto! — y muestra lo lastimada que esta con su llanto.— Es ridículo Jimin, me amas y yo te amo, ¿Por qué no podemos superar nuestra diferencias y continuar juntos?

Me quedo en silencio y eso da pase a que ella me lea como libro abierto.

Entrecierra los ojos.— ¿Tu tienes a otra?

Negué de inmediato.

No tengo a otra pero si a otro en mi mente.

— Menos mal. No soportaría ser una cornuda.— se limpia las lágrimas y cambia de expresión a una seria.— Si yo me entero que te fijaste en otra, la destruyo, tu eres mi esposo y así seguirá siendo.— me asusté por sus palabras.— No pienso separarme, no puedes hacerme esto y menos ahora que mis padres se van a separar. No puedes humillarme de esa manera, con padres divorciados y yo divorciada.