Solos ~ Kookmin

Extra.

Años después...

JIMIN:

- ¡Jungkook! - llamé al llegar a casa.

Sin embargo, no hubo respuesta.

- ¿Amor? - empiezo a preocuparme.

¿Donde se metió?

Se supone que debería estar al pendiente de...

- ¡Buu!

Brinque del susto.

Su risa hermosa descartó de mi cualquier enojo por su travesura.

- Así me recibes después de no vernos en horas. Entiendo.- hice un puchero y fingí estar triste.

Jungkook rápidamente me tomó de la cintura.- Discúlpame amor.

- Si me das un beso quizás lo considere.

Y mi hombre obediente lo hace sin dudar.

Nos envolvemos en la pasión con un beso que empezó tranquilo pero después de segundos fue todo intenso entre nosotros.

- ¡Ah! ¡Amor! - gemí enredando una pierna sobre su cadera mientras él entre mis piernas simulaba embestidas sobre la ropa.

Hice un movimiento de manos para quitarle la camisa pero el sonido de la puerta nos detiene. Solté un quejido.
Justo cuando se ponía candente entre nosotros tenía que venir alguien a molestar.

Quien sea el individuo que llegó de visita sin avisar lo mandaré a volar para continuar con Jungkook.

Tras arreglar mi aspecto me dirigí a abrir la puerta.

Y...

- Hola.- saluda un niño sonriendo de más.

Pero el niño no llama mi atención, es ella.

Naya.

- Jimin.- pronuncia seria mi nombre.

- Naya.- la observo sin entender su presencia en mi casa.

Después de años nos volvemos a ver.

Lo último que supe de ella fue cuando Jungkook no se resistió la información que tenía y me contó de inmediato que se enteró por Seokjin que Naya se casó por segunda vez. Con un Japónes y este se la llevó a su país. Jungkook lloró un poco pero le deseó lo mejor. A lo lejos como siempre.

- ¿Está mi padre? - pregunta poniendose nerviosa de verme.

Padre.

Lo llamó padre.

- Si, pasa.

Ella duda un poco pero ingresa a la casa junto al pequeño.

Jungkook por su lado se arreglaba la camisa que arrugue en medio del momento candente que tuvimos hace unos instantes. Sube la mirada y se queda helado al ver a Naya.

Él como yo no esperaba esta sorpresiva visita.

Y nos quedamos en silencio todos, mirándonos y quizás recordando la razón del porqué actuamos así.

Sin embargo, es el pequeño quien rompe el hielo y pregunta.- ¿Él es mi abuelito mami?

Jungkook lo miró conmovido.

Es su nieto.

- Si, es tu abuelito. Pediste conocerlo y aquí lo tienes. Saludalo.

El niño corrió hacía Jungkook y abrazó sus piernas.- Abuelito cargame.