44. Inesperado.

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Aquello está a reventar. Las calles están llenas de gente borracha, pasándolo bien y bebiendo.

Isla Vista es una zona a las afueras de Santa Bárbara. Básicamente es la zona universitaria de la ciudad y donde se mueve el ambiente joven para las fiestas.

Hay fiestas en casas enormes cerca de la playa en la que cualquier persona esta invitado, pero preferimos algo menos apartado y con más bullicio de gente.

Comenzamos por un pequeño pub de música alternativa que esta lleno de gente pero con el suficiente espacio para poder movernos a gusto.

Nos pedimos una copa y cuando piden una ronda de chupitos, los rechazo amablemente. No tengo ganas de emborracharme, quiero tener la cabeza despejada y tranquila.

—¡Es mi cumpleaños tía! —Me grita Desi por encima de la música.

—Lo sé pero ya tuve bastante alcohol la semana pasada. —Respondo. Los recuerdos de la semana anterior hacen que mi ánimo baje.

Me siento mal por cómo ha acabado la cosa con Luca. Creo firmemente que los dos nos hemos equivocado en muchas cosas, pero él me ha pedido tiempo y tengo que respetarlo.

—Venga ya, uno por mí. —Insiste mi mejor amiga con cara de cachorrito.

Suspiro y finalmente, accedo. Todos gritan cuando cojo el chupito del alcohol más puro que hay en aquel sitio y me lo bebo de un golpe.

Seguimos bailando y cuando nuestras copas estan vacías, decidimos ir a otro pub para cambiar de ambiente.

Este es más grande y hay más gente, las luces nos deslumbran y los cuerpos de la gente bailando roza los nuestros. La música Techno entra por mis oídos y no puedo evitar seguir el ritmo con la cabeza mientras mis amigos piden la siguiente ronda.

Lo que más me gusta de Isla Vista es la variedad musical de los pubs. Cada uno tiene un estilo diferente, desde rock, metal, techno, e incluso reggaeton.

Sé que a Michel y Christian les encanta el techo por lo que para ellos esto es un paraíso.

Seguimos bailando y bebiendo y finalmente decidimos irnos a un pub donde haya música de todo tipo.

Decir que no voy algo borracha sería mentir así que diré que voy algo contenta.

Cuando entramos, el desfase que hay en aquel pub hace que lo hagamos el definitivo. Hay el doble de gente que en los anteriores, es más discoteca que pub y agradezco que pongan varios estilos musicales para que todos estemos a gusto.

La tercera copa me sienta genial y me anima más así que esta vez soy yo la que propone una ronda de chupitos que todos beben con ganas.

Mientras bailamos unos con otros y reímos de los pasos más ridículos que podemos sacar, diviso una cabellera rubia y un pelo perfectamente peinado entre la multitud que me resulta demasiado familiar.

La curiosidad me puede, el saber si es Isabella, la necesidad de saber si ha venido con Oliver y Jaden tira de mí con fuerza, aunque quiera reprimirme, aunque sé que tengo mantenerme alejada de él.

—¿Damos una putivuelta? —Les propongo a mis amigos.

La famosa putivuelta que todos hemos dado, una vuelta por el sitio para comprobar la cantidad de tíos/tías bueno/as que hay y el posible porcentaje de conseguir algún que otro lío.

Pero yo no voy a buscar nada, yo solo quiero quitarme el nudo que cada vez se hace más grande en mi estómago.

Mis amigos asienten y emprenden el camino para dar una vuelta. Me pongo detrás de Christian mientras todos nos movemos mientras bailábamos.

El deseo de odiarte por siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora