El deseo de odiarte por siempre.

48. Mírame.

⚠️ADVERTENCIA⚠️ Este capítulo contiene contenido sexual explicito, si no te gusta o te sientes incómodo no continúes. Rezar varios padres nuestros servirá si decidís seguir leyendo. Gracias. 

JADEN. 

La respiración me va a mil por hora, no puedo pensar con claridad y los nervios me invaden a medida que pasan los minutos.

Lena está montada en mi coche, en silencio y con la mirada perdida en cualquier lado de la carretera.

Después de haber sacado a todos de allí, los hemos montado en taxis y dispuestos de manera en que Oliver acompañara a Sara, Naomi y Desi y Christian se fuera con Michel.

Lena ha insistido en irse con sus amigas pero le he rogado que venga conmigo, la necesito. Necesito saber que ha hablado con Amanda y sobre todo que negocios ha hecho con ella.

El miedo me invade y me colapsa los pulmones. Todo parece sencillo desde fuera, pero no lo es.

Amanda es la dueña de toda Santa Barbara. Todo está a sus malditos pies, todo está a su alcance.

La policía es corrupta, los veo apostar en las peleas, los veo consumiendo droga e incluso ayudando a pasarla.

No hay nadie que pueda detenerla, nadie que le pare los pies. Tiene dinero e influencia en todo.

Por eso mismo temo que quiera hacerle daño a Lena, que se vea arrastrada por mi culpa en algo oscuro y tenebroso, algo de lo que no pueda salir.

—¿Te parece bien si vamos a mi casa? —Pregunto.

Lena asiente con la cabeza y me mira con una leve sonrisa. Así no es como debería ser la primera vez que la llevara a mi casa, debería haberle dicho lo que siento mucho antes de que se viera involucrada, debería haber hecho muchas otras cosas, pero sólo he sabido tomar malas decisiones en mi vida.

Al cabo de unos minutos, me desvío por la salida que conduce a mi casa. Cuando entramos a la urbanización pequeña y algo aislada de la ciudad veo como Lena abre los ojos sorprendida por la belleza que la rodea.

No es para menos.

El sueldo de bombero me permite pagarme una buena casa y vivir algo alejado de la ciudad, con el bosque a mis espaldas y la vegetación rodeándome, me pareció la mejor idea.

En esta urbanización sólo hay 5 casas, muy parecidas a la mía pero lo suficientemente separadas la una de la otra como para tener privacidad y ni siquiera vernos.

Detengo el coche frente a mi casa y veo a Lena bajarse mientras mira todo a su alrededor.

—¿Eres rico o algo de eso? —Me pregunta cuando me detengo a su lado.

—Para nada. —Rio y la agarro de la mano para tirar de ella y comenzar a andar hacia la puerta de madera reforzada.

La graba cruje bajo nuestros pies mientras pisamos el pequeño camino de piedra, alrededor hay césped y pequeñas flores que han florecido durante la primavera.

Cuando abro y dejo pasar a Lena, sonrió al ver su reacción.

El salón se encuentra a la derecha. Es un espacio abierto y decorado levemente. Hay dos sofás blancos frente a una mesa de madera, la televisión de pantalla plana está colocada en frente y sobre la pared de una chimenea.

Una enorme cristalera con cortinas adorna toda la pared dando vista hacía fuera, justo por donde hemos venido.

Hay varias plantas de interior, dándole un toque fresco y sofisticado.