Castigo

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CAPÍTULO 22

El ambiente estaba realmente tenso en el comedor de la mansión Andley, la charla entre Luca y Albert, parecía haber concluido y sin un buen resultado, sin embargo Luca se mantenía cariñoso y atento conmigo, como si no le importará nada de lo que pudiera pasar.

Candy, ¿podemos hablar un momento?- dijo Albert levantándose de la mesa, Luca se levantó detrás de mí con la intención de no dejarme- A solas por favor- estaba muy serio y yo intuía hacía donde se dirigía esta situación.

Esta bien Luca- me acerque a su oído- debo hacer esto a solas, no pasara nada- seguí a Albert, por el pasillo, estaba muy nerviosa caminando detrás de él, ¿qué debía decirle? ¿cómo podría justificar mis acciones ante él? Albert me había amado incondicionalmente desde el momento en que me conoció, pero ¿podría aceptar que yo ya no era su dulce e inocente Candy?

Cierra la puerta por favor, Candy- estaba sentado en un sofá negro que tenía frente a su escritorio, me hiso una señal con su mano para que me sentara cerca de él- Esto no es fácil, para ninguno de los dos, lo sé, tal vez ni siquiera sea de mi incumbencia, como se lo dije a Luca, pero siempre te he considerado mi responsabilidad y por eso me siento con derecho a expresarte mi opinión.

Yo estaba totalmente abrumada por la situación, sabía lo que venía a continuación, lo que no sabía era como iba a responder sus reproches.

Primero, quiero que sepas que no dudo de la honorabilidad de Luca, del amor que él siente por tí, se que él es de otro continente, donde las costumbres son tal vez más liberales, pero esto es América y está es mi casa, tú eres mi hija, al menos así siempre te he considerado y debes de entender que sus actos tienen consecuencias, graves, al menos para tí ¿has pensado que pasará ahora? Luca me ha hablado de sus planes, pero lo que a mi me importa son tus deseos, yo no podría obligarte, jamás, a hacer algo que no quieras hacer. La vida de Luca esta en Italia, su familia, sus negocios, sus amigos, todo. ¿estas dispuesta a renunciar a todo lo que tú tienes aquí?, porque estoy seguro de que él no lo hará, aunque lo desee.

Yo, yo no había pensado en eso- bajé la mirada, estaba muy avergonzada, no había tomado en cuenta todo lo que implicaba amar a un hombre que tendría que irse en poco tiempo.

Lo sé Candy, es por eso que quiero que pienses las cosas, tú también tienes una vida aquí, tienes tu carrera como enfermera, tu nuevo trabajo, a los niños del Hogar, a las Hermanas, a Annie que pronto será mamá y te necesitará a su lado, me tienes a mí- se acercó y puso mis manos entre las suyas- Lo que quiero decir, es que te quiero mucho Candy y lo que paso no cambia nada mis sentimientos hacia tí, seguirás teniendo mi apoyo incondicionalmente, quiero que estés segura de eso, tienes opciones. Puedes tomar una decisión libre acerca de tu vida y tu futuro.

Gracias Albert, lamento mucho haberte decepcionado- dije llorando, aunque seguía sin arrepentirme de haberme entregado a Luca. Nos abrazamos, seco mis lagrimas y besó mi frente.

Una cosa más Candy- me miró muy serio- lo que paso ayer, no puede volver a pasar bajo este techo, no sin que ustedes estén debidamente casados, llámame anticuado si quieres, pero así debe ser. Luca debe saber que tú no estas sola y lo entiende, él mismo acepto que haría igual con cualquiera de sus hermanas.

"Esto si será un problema" pensé, Luca se ira muy pronto, tendría que afrontar nuevamente una separación. Tener una relación a larga distancia no era lo que yo quería, no después de haber vivido lo vivimos ayer, no podría soportar su ausencia, necesitaba tenerlo cerca de mí, pero Albert tenía razón, tenía aquí mi vida.

Salí muy triste de esa oficina, con mil pensamientos en mi cabeza, después de todo Luca ni siquiera me había pedido que fuéramos novios.

¿Esta todo bien Amore mio? - Luca me esperaba al final del pasillo, corrí y me lance en sus brazos, no quería desperdiciar nuestros últimos días atormentada por un futuro que no estaba claro para mí.- ¿quieres salir a pasar el día solos, tú y yo?

Le sonreí inmediatamente- Me encantaría, cariño- y lo bese nuevamente en la boca, no podía evitarlo, el tenerlo cerca hacía que la sangre hirviera dentro de mi y esas ansías solo se saciaban en sus labios.

Amore mio, Albert también hablo conmigo más temprano, por la mañana- me decía mientras esperábamos a que nos sirvieran nuestro café en un restaurante muy íntimo que encontramos en el centro de Chicago. Afuera estaba realmente frío y nevaba- No te daré detalles, aunque creo que imaginas cuál fue el tema, lamento tanto haberte puesto en esta situación- bajó la mirada, cosa que nunca lo había visto hacer.

¿Estas arrepentido?- sentí que mi corazón estaba en sus manos.

No, claro que no, estaría loco o tonto, si lo hiciera, lo que pasó ayer fue lo mejor que he vivido- tomaba mis manos acercándose más a mi- no existe ni una sola situación que tenga comparación con lo que tú me hiciste vivir ayer, el tenerte entre mis brazos, el que fueras mía es algo que atesorare por el resto de mis días.

Luca...

Pero Albert tiene razón, al decirme que tú tienes una vida aquí, yo entendería si no quisieras renunciar a ella por mí- volvió a bajar la mirada y saco de su abrigo un anillo con la letra "B" acuñada en oro, con pequeños diamantes- Pero para mi sería un placer y un honor si decidieras pasar el resto de tu vida dejándome hacerte feliz- tomó mi mano y me coloco el anillo de su familia.

Luca ... me.. tomas por sorpresa.. no se que decirte- yo lo amaba pero decirle que sí implicaba irme para siempre de aquí- ¿me pides que me vaya a Italia? ¿para siempre?

¿Lo harías?-me besó, pero este beso fue diferente, sentía su tristeza y la mía en el- No me respondas ahora Amore mio, toma mi anillo, decidas lo que decidas quiero que lo conserves, quiero que cada que lo mires tengas la seguridad de que hay alguien que te ama y nunca dejará de hacerlo.

En mi recámara pensaba en lo que debía hacer, amaba a Luca, no tenía dudas de eso, pero ¿por que me costaba tanto trabajo tomar una decisión? había tantas cosas y personas que me ataban a América. Daba vueltas en mi cama no podía dormir, me levanté y salí de mi habitación, caminé lo más silenciosamente que pude, hacía horas que todos dormían, entre en la habitación de Luca, me quité el pijama y me metí entre las cobijas.
Él dormía tranquilamente, con mis dedos roce sus mejillas y su dorso,siguiendo el ritmo de su respiración, acerqué mis labios a su oído y le dije suavemente "Te amo Luca Barác", respondió sin abrir los ojos "Te amo Candy Withe" me giro dejándome bajo su cuerpo, comenzó a besarme de la forma que solo él sabía hacerlo, yo metía mis dedos entre su cabello jalándolo un poco,esta vez fue tan diferente a la primera, había más pasión, más urgencia por entregarnos, mi cuerpo sabía ya lo que tenía que hacer y lo que necesitaba de él. Olvidamos por completo la advertencia de Albert. De cualquier modo, si Luca tenía que irse, sin que yo tomará una decisión, entonces aprovecharía hasta la última noche.

inmensamente felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora