CAPITULO 11
Me sentía ridícula con la ropa de Fabrizio, aunque obviamente estaba agradecida por su ofrecimiento, el pantalón me quedaba ridículamente largo, ¿cómo podía ser que estos chicos de quince años fueran tan altos?, afortunadamente eran delgados, si no parecería un payaso, los pantalones me ajustaban demasiado bien en las caderas y el trasero y el peto tuve que aflojarlo un poco ya que me apretaba en el pecho. Kat me dio una camisa rosa y unas botas, tuve bastante suerte de que nuestros pies fueran de la misma talla.
No estoy segura Kat, los pantalones son demasiado largos.
Candy solo es cuestión de doblarlos un poco y quedaras lista- se arrodillo frente a mí para ayudarme a ajustarlos, al final no se veía tan mal y me entusiasmaba mucho poder caminar entre los campos, oler las uvas y darme una idea de lo que era trabajar en un viñedo, así que me arme de valor y baje con la frente en alto.
La mirada de Luca era entre asombro y burla, pero no dijo nada, nos ofreció los sombreros de palma que tenia en las manos y abrió la puerta principal para que pudiéramos salir.
Candy ¿montas a caballo?- Luca caminaba un poco más adelante que nosotras. Llevaba puestos unos pantalones vaqueros, con botas adecuadas para el trabajo de campo, una camisa negra, , e igual que la noche en que lo conocí, la llevaba abierta hasta el tercer botón y las mangas recogidas debajo de los codos, podía acostumbrarme a verlo así si era necesario, desprendía siempre un olor dulce con notas de cedro, no podía evitar cerrar mis ojos cuando percibía su aroma, memorizándolo.
Mmm, si lo hago, aunque no es mi actividad favorita- baje la mirada y no puede evitar recordar a Anthony.
Lo siento, pero hoy tendrás que hacerlo, el camino hacia los viñedos esta retirado, y no quiero que te desmayes- volteo y me guiño el ojo y después me lanzo una sonrisa.
Lamento decepcionarte Luca pero no soy tan frágil como parezco-y le guiñe el ojo por primera vez y le sonreí, copiando su gesto. ¿qué pasaba? Había cruzado con él algunas palabras y ya bromeábamos como si fuéramos los grandes amigos. Quizás no debí hacerlo, pero parecía divertirse mucho.
Vamos, Luca, Candy, debemos aprovechar el día- nos apresuro Kat, nunca hubiera imaginado que ir a los viñedos fuera algo que la emocionara.
El día era realmente caluroso, a pesar de tener puesto mi sombrero de palma, mis mejillas estaban sonrojadas y por mi cuello rodaban gotas de sudor, Kat y Luca parecían tan cómodos con el clima que no quise decir ni una palabra, tal vez Luca tenía razón y a pesar de todo si me desmayaría. En el momento más oportuno llegamos a las primeras líneas de vid, eran tan bonitas y parecían estar alineadas a la perfección, de entre ellas salían y entraban trabajadores y niños con jarrones llenos de agua, que corrían por todos lados para saciar la sed de aquel que los llamará.
Kat, querida, ¿crees que pueda beber un poco de agua?- dije al alcanzarla en mi caballo. Ella y Luca se me habían adelantado unos cuantos metros, y hablaban entre ellos de algo que no había alcanzado a escuchar, pero se notaba que Kat estaba molesta.
Claro que sí, Juan ¿puedes venir por favor?- se dirigió a un chico de once años que tenía un jarrón con él- dale agua a la señorita por favor, creo que este calor no le ha sentado bien.
Solo necesito hidratarme, estoy bien- baje de mi caballo, le dí un gran trago al vaso con agua, de una forma tan desesperada que se me derramo por los lados, mojando mis mejillas y escurriéndose por mi cuello, rápidamente me limpie con la manga de mi camisa- discúlpenme por favor- Luca y Kat habían bajado de su caballo también y me observaban divertidos.
Kat era ligeramente más alta que yo y se veía pequeña a lado de Luca, quizás por que él tenía este tipo de cuerpo que lo hacía ver fuerte, aunque no era del tipo musculoso que resultaba aparatoso, si tenia una espalda ancha y cintura definida sus brazos y manos tenían las venas muy marcadas, señal de que era un hombre de trabajo, sus piernas eran largas y fuertes, me resultaba muy difícil dejar de mirarlo, mientras el hablaba con sus trabajadores. Cada persona que lo veía se detenía y saludaba "Señor Luca, muy buen día", yo notaba que inspiraba respeto entre ellos, me parecía curioso que en casa María se refería a él aún como el "joven Luca"... imagine que ella lo había conocido desde que era apenas un niño.
ESTÁS LEYENDO
inmensamente feliz
FanfictionCandy estaba segura que el amor de Terry era incondiconal, pero ¿lo era?. Los derechos de los personajes de la serie Candy Candy son de su autora Nagita Keiko.