Perdón

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CAPITULO 23

El día que más temía había llegado, la fecha estaba ya designada para que los Barác regresaran a Italia, y yo todavía no había tomado una decisión. No era fácil para mí, aunque amaba a Luca, renunciar a todo lo que yo había creído era mi destino.

Amore mio- Luca estaba evidentemente triste- si no has tomado una decisión, es por que algo no te deja estar segura, yo no quiero que vayas conmigo si eso no te hará feliz, si no te sientes libre de todo aquello que te ata a América, nuestro barco zarpa mañana y seré feliz si me vas a despedir- me beso tiernamente.

Luca te amo, por favor nunca dudes de eso, pero ...

No me digas nada más Amore mio, por favor.

El barco zarpo con los Barác en él, Luca me decía adiós desde la cubierta, abrazando a Ruth, que lloraba en su hombro, yo me aferraba al brazo de Albert, pero mi corazón estaba en ese barco, Luca se lo llevaba para siempre con él. Pero esta vez mi razón había ganado. Debía aceptar que este había sido un hermoso sueño, pero un sueño, Luca y yo debíamos pensar las cosas, yo debía pensar bien las cosas sin que la pasión que sentía por él interviniera. Necesitaba poner distancia y ver las cosas desde una nueva perspectiva.

Tenía la certeza de que nos amábamos y que era real, pero aún no era mi momento.

Regresamos en silencio a la mansión Andley. Terry estaba en el salón,
un sirviente aviso a Albert que lo esperaba y que pedía ser atendido por él.

No puedo creer que haya regresado, ¿Qué diablos quiere?- estaba realmente furioso con su visita.

Yo fui directamente a mi habitación y empecé a hacer mis maletas, debía regresar al Hogar de Ponny, mis vacaciones habían terminado y mi trabajo me esperaba. Baje con todas mis cosas lista para irme, cuando Albert me llamo a su oficina.

Candy, necesito que escuches esto- entre y vi a Terry, aún estaba con Albert.

No quiero volver a hablar con él y lo sabes Albert, te pido que no me obligues a escucharlo- le daba la espalda por que ni siquiera podía mirarlo sin recordar lo que me había hecho, después de todo lo que yo lo había amado, después de todo lo que habíamos vivido juntos, él fue capaz de tratarme como un objeto sin sentimientos.

Candy, por favor- suplico- escúchame, solo necesito unos minutos y me iré, jamás volverás a estar cerca de mí, te lo juro.

Busque dentro de mí la bondad que necesitaba para darle unos minutos de mi atención, pero le pedí a Albert que no nos dejara solos, ya no confiaba en él y nunca más volvería a hacerlo, no me pondría en peligro de nuevo.

Te escucho- me senté lo más alejada que pude de él.

Quiero pedir tu perdón, mis actos de aquella noche no tienen justificación, lo se bien, pero en mi defensa tengo que decir que estaba muy enojado y ebrio, cosas que no debí combinar, de hecho, ni siquiera tenía que haberme presentado sin Lu aquella noche. Pero algo dentro de mí me exigía ir y ver con mis propios ojos como te había perdido para siempre. Quizás esto te confunda, a mi mismo me confunde, lo que siento por Lu, lo que aún siento por ti, debo admitirlo, te creía asunto olvidado, pero creo que nunca podré hacerlo. Sin embargo, cuando te vi con Luca en la cena, la forma en la él te tocaba y como tu brillas a su lado, jamás lo hiciste de esa forma cuando estabas conmigo, siempre hubo algo que nos impedía ser felices, eso me enfureció, demasiado y sí quería lastimarte, quería lastimarlo, pensé que aún sentías algo por mí, perdóname de verdad- se sentó y bajo la cabeza- me voy de Chicago como me lo pidió Albert y jamás volverás a saber de mí, te lo juro, pero necesito saber que me perdonas.

Lo escuchaba y sabía que era sincero, en mi cabeza podía verlo como aquel chico rebelde que fumaba en la segunda colina de Ponny, pensaba en todo lo que pudimos haber sido juntos, y ahora me daba cuenta que al final yo había ganado, conocía el amor verdadero. Podía ver a Terry a lo ojos y saber que él ya no vivía en mi corazón, ya no tenía ningún poder sobre mí, podía verlo como lo que era, solo una persona que formo parte de mi vida, no era mi amigo y nunca lo sería, ni Luca ni Lu se merecían que él y yo mantuviéramos comunicación.

Gracias Terry. Te perdono, y espero que cumplas tu promesa y jamás vuelva a saber ti.

Abrace a Albert, salí de la oficina y tome mis cosas con destino a casa de Annie, hable con ella durante horas, me abrazo tan fuerte como si nunca quisiera que nos sepraramos, pero yo debía tomar un tren con destino al Hogar de Ponny. Pase al pueblo, la clínica donde trabaja estaba aún abierta, me reporte con el doctor, quien me deseo un feliz año lleno de existos. Llegue al Hogar de Ponny cansada y congelada, pero con ganas de hablar con mi querida madre, pase a la recamara de los niños y los abrace y bese a todos. Después de todo ellos siempre serían mis niños.

Durante las siguientes semanas trabaje muy duro en la clínica, organice lo más que pude los expediente que deje rezagados durante mis vacaciones, una nueva enfermera se unía al equipo así que era mi deber ponerla al tanto del funcionamiento de la clínica, el viernes por la tarde nos reunimos y compartimos un pastel, eran todos excelentes personas.

El sábado por la mañana me levante muy temprano prepare un desayuno especial para todos en el Hogar, los amaba y quería verlos siempre felices. Salí y encontré a medio camino al cartero.

Señorita Candice, justo la iba a ver, casi no la encuentro, ¿verdad?- me miro de arriba abajo- tome, carta para usted- me entrego un sobre.

Gracias, señor Peck- le sonreí y seguí mi camino, aferrando la carta a mi corazón, no necesitaba ver el remitente para saber que era de mi amado Luca.

Tome el tren, no podía llegar tarde, no podía detenerme a leer la carta, tendría que esperar un poco más para saber que me decía el hombre que amaba.

Por fin un poco de paz en este día tan alocado, me senté en un banquillo viendo hacia al atardecer y abrí la carta.

Amore mio.

Hace tan pocos días que te deje en América y han sido los más horribles de mi vida, debí bajarme de ese barco, debí obligarte a subir, estoy enloqueciendo sin ti créeme, lo sé, te extraño demasiado, no hago si no pensar en el esmeralda de tus hermosos ojos, en tu suave piel bajo mis manos, se que tu amor por mi están real como el que yo siento por ti. Pídemelo y dejare todo para estar a tu lado. Mi familia lo entenderá, hallaremos la forma, lo sé.

Mi corazón es y siempre será tuyo.

Luca Barác

inmensamente felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora