CAPITULO 2
Era un hermoso y ruidoso día de abril en la casa Britter, todos los sirvientes iban de un lado a otro siguiendo las ordenes de la señora Britter, quien les pedia el desayuno para Annie, el baño y tener todo lo necesario para la gran noche. Yo asomé mi nariz por la puerta pero al ver todo ese alboroto decidí recostarme otro rato y no ser una molestia más para la familia.
Habían pasado ya unos días desde que llegue a la estación de tren de Chicago, donde Archie y Annie me esperaban sonrientes y tomados fuertemente de la mano, era evidente que estaban enamorados, nadie podía dudarlo. Archie había cambiado mucho desde la muerte de Steer, era mucho más serio y formal, él y yo nos volvimos como hermanos desde ese día y cualquier sentimiento que el creyó tener hacia mí, murió el día del entierro de nuestro querido Steer. Y eso me alegraba por ambos.
Y ahora estábamos aquí, a unas cuantas horas de que unieran sus vidas y sus destinos para siempre, y no pude evitar sentir tristeza por mí, porque esa era una posibilidad que había quedado para siempre fuera de mi alcance.
Sacudí mi cabeza alejando aquellos tristes pensamiento, y recordé que sería la primera vez después de muchos años que volvería a ver a aquellos que una vez se dijeron mi familia. Como era de esperarse toda la familia Andley estaría presente en la boda de Annie y Archie, incluidos Eliza y Neal Leagan. Había pasado tanto tiempo lejos que lo único que sabia de ellos era lo que Annie mencionaba en sus cartas. Eliza no había cambiado nada, seguía tratando a las personas como si fueran inferiores a ella, buscando siempre al mejor prospecto para casarse, aunque sin éxito, yendo y viniendo de los mejores eventos sociales, mientras que Neal, resentido con la vida había decidido volverse el hombre más rico de Chicago, y así nunca, ninguna mujer podría rechazarlo nuevamente, así que pasaba sus días haciendo negocios y alejado de eventos tan triviales y nada lucrativos como las fiestas, a excepción de eventos familiares, a los cuales tenía que asistir por protocolo. No me parecía nada grato verlos, pero también estaría mi querido Albert, tenia tanto que no lo veía y lo extrañaba tanto. Siempre estaría agradecida con Albert por todo lo que había hecho por mí, por adoptarme cuando era una huérfana demasiado rebelde para encajar con lo que las buenas familias buscaban en una niña, por consolarme tras la muerte de Anthony, por darme educación y que pudiera cumplir mi sueño de ser enfermera, pero lo que más le agradecí fue liberarme del apellido Andley, era una carga demasiado grande para mí y en realidad nunca me sentí parte de la familia. Albert me rogó que lo pensara, pero era una decisión que había tomado hacía ya mucho tiempo, así que no tuvo mas opción que respetar mis deseos, bajo la advertencia de que jamás dejaría de estar pendiente de mí y de las necesidades que hubiera en el Hogar de Ponny, se convirtió en ese momento en el más grande benefactor del Hogar y la señorita Ponny y la hermana María jamás tuvieron que volver a preocuparse por las necesidades de los niños.
Albert había sido un lobo solitario toda su vida, o así se había considerado por largo tiempo, hasta que conoció a Layla, una veterinaria del Zoo de Chicago, con largas piernas y hermoso cabello rojizo, quedo inmediatamente enganchado de su sonrisa y amor por los animales. Jamás había sido tan feliz en toda su vida y tenia planeado ya el momento de pedirle matrimonio, así que muy pronto sería madrina de otra boda, "siempre la madrina, nunca la novia" pensé y sonreí por la ironía que eso suponía.
Un fuerte sonido me saco de mis pensamientos.
Adelante por favor- dije al escuchar que llamaban a la puerta.
Señorita Candy, tengo una carta para usted- susurro la mucama.
¿ Para mí? ¿Quién será? Gracias- alcance a decir mientras se cerraba la puerta detrás de la mucama.
Es de Archie ¿Qué pasara?
Querida Candy
Espero que te encuentres bien, lamento darte esta noticia a pocas horas de la boda, pero, bueno, no sé cómo decirlo, así que simplemente lo hare, Terry acudirá a la boda, no había confirmado su asistencia así que no creí prudente mencionarlo, pero espero que podamos pasarlo bien, bueno que tú estés bien, lo lamento.
ESTÁS LEYENDO
inmensamente feliz
FanfictionCandy estaba segura que el amor de Terry era incondiconal, pero ¿lo era?. Los derechos de los personajes de la serie Candy Candy son de su autora Nagita Keiko.