En Mis Memorias | Fanfic Snarry

Capitulo 3

Aun si no había sufrido heridas o algo así, y que era más conveniente para el colegio mantener el asunto privado, los padres de Harry fueron informados de su enfrentamiento con el troll en los baños. Casi de inmediato, en el correo del día siguiente recibió un vociferador de parte de su madre; en sus recuerdos no había visto uno hasta el año en el que ocurrió el incidente de la cámara de los secretos, cuando la madre de Ron le había mandado uno para regañarlo y hasta se podría decir que amenazarlo por robar el auto de su padre, pero aquí ahora le había llegado uno dirigido a él. Lo escondió rápidamente antes de que alguien más lo viera para escucharlo por su cuenta, en privado, y fue buena idea porque en su mayoría era un extenso y animoso regaño de su madre por su imprudencia, aunque lo felicitaba por su buen corazón y su deseo de proteger a su amiga y estaba orgullosa de él, su regaño no cedió en ningún momento. Al final cerró deseándole suerte en su primer juego, repitiéndole por décimo cuarta vez que tuviera cuidado y fuera prudente e instándole a que no se metiera en más asuntos peligrosos. Aun si estaba siendo regañado, Harry estaba feliz por eso, ya que su madre estaba viva, preocupada por él y tan presente como le era posible, podía sentir el amor detrás de cada furioso reclamó aunque sonara a que estaba siendo un poco masoquista. Podía sentir su corazón calentarse cada vez que escuchaba la voz de su madre por muy enfadada que fuera, sentía que nunca iba a cansarse de ella. Pero lastimosamente tenía que pedir perdón a su madre nuevamente, porque a penas estaba comenzando el espiral de luchar contra Voldemort mientras se esforzaba por mantenerse con vida, así que no iba a poder dejar de cometer locuras e imprudencias, y lo que más le iba a faltar seguramente sería sentido de la autopreservación.

Después de que madame Pomfrey confirmara que los niños estaban bien fueron llevados hasta la sala común de Gryffindor por la profesora McGonagall, para asegurarse que en esta ocasión no corrieran a algún otro lado. La revisión había tardado un poco y ya todos los demás estudiantes estaban durmiendo, Harry se las arreglo para que la enfermera no se diera cuenta de la mancha de sangre misteriosa en su camisa pero una vez estuvieron solos en la sala común Hermione se fijo en la mancha.

- ¿Eso es sangre? — preguntó, aunque la mancha ya se había secado un poco y comenzaba a oscurecer.

- Si, pero no es mía. — respondió Harry mirando la mancha como si no fuera nada, quizás esa forma de decirlo podría malinterpretarse.

- Si no es tuya, ¿de quien es entonces? — preguntó Ron asustado.

- Hay algo de lo que tenemos que hablar pero se los diré mañana, de momento vayamos a dormir. — dijo Harry bostezando, estaba cansado, todo había salido bien de alguna forma pero se había estresado demasiado con toda la situación así que lo mejor era ir a dormir.

Harry llevaba rato pensando como contarle a Hermione y Ron lo que estaba pasando. En aquella ocasión su participación había sido importante, no podía estar seguro de que todo fuera como lo recordaba, aun si la mayoría de las cosas se estaban desarrollando igual de vez en cuando aparecía alguna inconsistencia, si algo llegaba a ser diferente, algo importante, Harry se sentía más seguro si contaba con los conocimientos de Hermione y al momento del juego de ajedrez podría necesitar a Ron, porque no tenía certeza de que en esta ocasión se movieran exactamente las mismas piezas, ni recordaba exactamente las jugadas que había hecho Ron, mejor prevenir que lamentar, se sentiría más cómodo si nuevamente sus amigos estaban con él. Tenía una idea vaga de que excusa meter, no era muy confiable, pero lo haría funcionar. Estaba sentado con sus amigos nuevamente a la mañana siguiente, recordaba que en ese momento había visto a Snape cojear, pero eso no pasaría en esta ocasión porque Snape no estaba, así que lo que realmente buscaba era ver si alguien estaba herido, eso le revelaria quien los estaba espiando el día anterior, pero nadie parecía tener alguna una herida, ni el propio Quirrell.