Siempre volvemos

Capítulo 13

Chenoa

- Laurita ¿¡estás ya!? - dice David exasperado, entrando a la habitación

- No ves que no - me giro para mirarle

-No me creo lo que veo, ¿aún estás así? - se acerca a mí abriendo los brazos

- David no me agobies, llevamos tiempo de sobra y estaría lista si alguien no me hubiera entretenido - golpeo su hombro

- No mientas que no me has dejado entretenerte bien - me abraza fuerte contra su cuerpo

- Ya empiezas, que al final va a ser verdad que no llegamos - intento separarme pero aprieta su agarre en mi cintura

- Es que vas así por la casa - acaricia mi muslo subiendo la camiseta - y uno se despista

-Davííí, estás insoportable - doy un golpe en su mano, haciendo que la camiseta, vuelva a su lugar - ¿me dejas seguir?

- Nadie te lo impide - roza mis labios con los suyos, aguanto un suspiro y me separo mordiendo mi labio

- Tenemos todo el fin de semana por delante, pero como sigas así no vamos a llegar a Mallorca - rueda los ojos separándose de mí

Termino de meter las cosas en la maleta después de dar muchas vueltas por la habitación, con un David que miraba cada uno de mis movimientos con una ligera sonrisa que me volvía loca.

Me visto delante suya, con la intención de provocarle, ya que llevaba solamente una camiseta de David y evidentemente no llevaba nada más, a parte de la ropa interior; objetivo que consigo porque cuando me miro en el espejo para dar el visto bueno a mi elección, lo veo aparecer por detrás

- Laura vámonos ya te lo pido por favor que como sigas así te arrastro a la cama - cierra los ojos derrotado apoyando su cabeza en la mía

- Lo insistente que eres, venga vamos - agarro sus mejillas y dejo un suave beso en sus labios

Después de recoger las maletas, llegamos al aeropuerto bastante justos de tiempo, cosa que me daba mucha rabia y que desgraciadamente me va a tocar aguantar los comentarios burlones de David, regocijandose porque por una vez he llegado " tarde " a un sitio.

A los minutos de estar sentados en nuestros asientos aparece la azafata dando las indicaciones, lo que significa que va a despegar en breve

- Niña tranquila - ríe David al ver que no dejo de moverme inquieta en el asiento

- No puedo, estoy nerviosa - hablo rápido - es tu culpa

- Pero bueno - se hace el ofendido intentando ocultar una sonrisa - eres tú la que vive allí

- Ya, pero tú eres el que quería ir

- Tú accediste - levanta las cejas

Le miro desafiante entrecerrando los ojos y se ríe, sabe que no puedo llevarle la contraria en esto

Avisan de que va a comenzar el vuelo, nos abrochamos el cinturón de seguridad y cojo rápidamente la mano de David. Segundos después noto una mano que acaricia mi muslo

- Relájate- me susurra en el oído

- No pued..

Me calla fundiendo sus labios en los míos, con ganas. Baja su mano desde mi cuello, dejando caricias en mi pecho, que me hicieron aguantar un gemido

- ¿Daví, qué haces? - susurro agitada

- Quiero que te relajes - muerde el lóbulo de mi oreja

Muerdo mi labio para evitar soltar un grito, cuando veo que desabrocha el botón de mi pantalón con rapidez y mete su mano en él