Capítulo 50

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Chenoa

Salimos de allí dejándoles a todos haciendo lo que les diera la gana en aquella casa.

Nosotros necesitábamos estar a solas después de unas horas intensas donde hemos estado más tiempo separados y peleados que como una pareja promedio muy enamorada.

Vuelvemos a casa y subo a cambiarme. Quiere llevarme a comer pero como no dice a donde se me hace complicado encontrar el outfit.

-Daviiid -lloriqueo cogiendo prendas y tirándolas a la cama

-¿Qué pasa? - entra a la habitación con una sonrisa burlona en la cara

-No tiene gracia, no sé qué ponerme -coloco las manos en mi cintura

-Pues ropa cielo, mírame a mí voy muy normalito - da un giro sobre si mismo abriendo los brazos

-Tú vas muy guapo - lleva unos vaqueros y una camisa que le queda como un guante

-¿Y si te pones el vestido rojo? - propone atrayendome a él por la cintura

-Es muy elegante ¿no?

-¿Qué más da? Quiero verte con él puesto

-Me viste anoche -recuerdo acariciando sus brazos que me rodean

-Nunca es suficiente. Quiero estar mirándote e imaginar al mismo tiempo todas las formas posibles de quitártelo

-Sinvergüenza- giro su cara con un golpe suave en la mejilla y agacho la cabeza avergonzada mordiendo mi labio para ocultar la sonrisa.

-Venga póntelo, te espero al otro lado de la puerta -guiña un ojo y me da un pico

Le hago caso y me lo coloco pero cuando tengo que subir la cremallera de detrás es cuando me estreso. ¿Por qué demonios no puedo subirla? Cuando me lo puse anoche no tuve ningún problema.

-Amoorr - elevo la voz y automáticamente entra veloz - joder, si que era verdad que estabas en la puerta

-Virgen Santa - se queda embelesado mirando mi cuerpo

-Eh, no te desconcentres -doy una palmada para que entre en sí - ayúdame a subirla - me doy la vuelta señalando la parte trasera del vestido.

-Es más divertido bajarla - murmura obedeciendo - hala, ya está - asegura girandome con sus manos en mis caderas.

-No lo notas, no sé...raro - dudo haciendo gestos y mirando mi vestido

-¿Raro? No, para nada - humedece sus labios repasandome de arriba abajo - de hecho me gusta mucho esta parte - susurra agachando la cabeza y deja un beso en mi escote bajando a su vez las manos hasta mi trasero.

-Hay que ver como estamos hoy - paso la mano por su cuello para que vuelva a levantar la cabeza.

Sin embargo, no tiene la misma intención que yo y planta sus labios sobre los míos con una pasión que me desubica y me obliga a agarrarme con fuerza a sus hombros para no caerme. Siento la temperatura subir en mi interior y el cosquilleo en mi bajo vientre que no me permite separarme.

Cuando creo que voy a perder la cabeza por completo, se separa dejandome descolocada y asimilando las sensaciones que ha provocado en mí en cuestión de segundos.

-¿Qué decías? - me mira vacilante con una sonrisa burlona.

Sabe lo que ha causado en mí y se lo está pasando increíble.

-Eres insoportable - le empujo del pecho - vámonos anda

Llegamos a un restaurante demasiado elegante. Menos mal que le he hecho caso y me he puesto este vestido.

Siempre volvemosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora