Capítulo 29

84 1 1
                                    

Chenoa

Finaliza la grabación y voy directa a mi camerino a toda prisa. Necesito alejarme de la gente, no sé si es rabia, tensión o ambas pero si alguien se cruzaba por mi camino iba a pagar con él lo que fuera que me pasara.

A los largos 5 o probablemente 10 minutos unos sutiles golpes en la puerta me hacen desviar la atención del móvil

-¿Puedo pasar?

Asoma la cabeza David mirándome culpable sabe que la ha liado

Afirmo y él entra cerrando la puerta y echando el pestillo. Se coloca frente a mí de pie, sin saber muy bien como empezar la conversación, yo me dedico a mirarle desde mi postura, sin moverme un centímetro, ya que estaba sentada en el sofá.

-Perdón por lo de antes - comienza cortando el momento tenso que se estaba formando - No quería decirte nada de eso

-Pues lo has hecho - le respondo cortante pero dándole pie a que siga hablando

-Lo siento, no debería haberme puesto así. Pero entiéndeme, quería hablar contigo y te he visto tan cercana a él y estás tan fría conmigo que se me ha ido la cabeza - se disculpa con ojos de suplica que sin querer me pone blanda de más

-Manel es amigo mío y me llevo muy bien con él. Me ha dolido que pienses de esa forma - confieso

-No lo pienso, no has hecho nada mal. He sido yo que necesitaba hablar contigo y lo he hecho de la peor forma - se excusa -solo quiero saber que te pasa...- inquiere preocupado y confuso a partes iguales

Un largo suspiro sale de mi boca mientras bajo mi cabeza e intento recopilar toda la información en mi cabeza para que salga por mi boca con un poco de coherencia

-¿Recuerdas el cumpleaños de Matteo?- enarca las cejas mirando confuso- Cuando te dije que iba al baño - asiente con la cabeza -Pues no fui al baño, bueno no llegué a él pero porque no pude

-¿Cómo que no? -inquiere cada vez más extrañado con lo que le digo

-A ver, mi intención era ir, pero escuché algo y no llegué a entrar. De hecho, pensaba que me estabas llamando tú y cuando me giré ni siquiera me mirabas. Pero había alguien detrás de la verja, llamándome. Puede parecer que estoy loca, porque hasta yo misma lo creo, pero te juro David, que había alguien ahí diciendo mi nombre -confieso agobiada sin entender lo que me estaba sucediendo

-Laura, ¿qué dices?

-David sé que suena incoherente. Pero no te miento. Después llegaste a dónde yo estaba y te dije que estaba fumando, pero era mentira. Me estaba acercando para ver quien había, para cuando me volví a girar ya no había nadie. Siento que me estoy volviendo completamente loca con este tema, no sé si me lo invento, si son imaginaciones mías o es que realmente sí que había alguien ahí - expreso mi angustia con un nudo en mi garganta que creo que voy a sacar en cualquier momento

-Por dios...pero ¿por qué no me has dicho nada? - se sienta a mi lado cogiendo mi mano para acariciarla

-No quería preocuparte...

-Laura por favor, verte mal me preocupa el triple. Piensas que no me doy cuenta, pero conozco cada gesto, cada pensamiento y expresión, de tí

-Lo sé...- aseguro bajando la mirada a mis manos que jugaban entre ellas

-Pues si lo sabes, deja de intentar ocultarme cosas, me voy a dar cuenta hagas lo que hagas

-No te enfades...-suplico acongojada en un susurro

-No me enfado, pero me da rabia que seas así -me mira preocupado acercándome a él rodeandome con su brazo

-Lo siento, lo siento mucho de verdad...No sabía cómo decirtelo - las lágrimas caen por mis mejillas cuando siento sus brazos apretarme fuerte contra su cuerpo

Siempre volvemosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora