Capítulo 1

168 1 0
                                    

Chenoa

Me levanto de la cama sobresaltada, al escuchar como tocan el timbre con mucha insistencia.

Como no sea importante voy a matar a la persona que me acaba de despertar.

Cruzo el pasillo mientras recojo mi pelo en un moño y me acerco a mirar por la cámara del telefonillo, abro y espero a que llegue a mi puerta.

-¡¡Lauriii, buenos días!! - exclama Natalia, mientras me abraza.

- De buenos días nada, son las 8:30 de la mañana - digo con la poca energía que tenía

- Hay que ver la mala leche que tienes por las mañanas - giro los ojos y le hago un gesto para que pase al salón

- Teniendo en cuenta que me has despertado, lo único que me apetece es asesinarte ahora mismo. ¿Me explicas a qué viene tanta energía? - pregunto yendo a la cocina

- Vengo de correr, amiga, pero no estoy aquí por eso - me asomo al salón extrañada mientras termino de prepararme el café - tengo que enseñarte una cosita

- Venga sorprendeme, ¿quieres tomar algo? -niega y me dirijo al salón.

Me siento a su lado en el sofá, mientras bebo mi café y consigo despertarme un poquito a la vez que se me va pasando el enfado matutino.

 
- ¿Tali estás bien? - pregunto al ver cómo cambia su expresión a una más seria e inquieta

- Sí, es solo qué, acabo de pensar que igual no era tan buena idea enseñártelo

- Ahora es tarde para arrepentirte, ya me lo estás sacando para verlo bien, ¿es una canción? -niega con la cabeza - ¿entonces? Que me estas asustando, idiota

- A ver, es por David - la miro incrédula

- ¿Qué David? - respondo, esperando a que la respuesta no sea la que pienso

- Pues qué David va a ser tonta, Bisbal - mierda - acaba de salir su último disco...

- Me alegro por él, pero no entiendo a que viene esto

- Pero dejame acabar, pesada. Quiero que lo escuches porque necesito que me expliques ciertas cosas

- ¿Me estás diciendo que me has despertado para enseñarme el último disco de Bisbal? - asiente con la cabeza, con una ligera sonrisa de niña buena- la madre que te parió

Le hago un gesto con la cabeza para que lo ponga, mientras sigo bebiendo mi café, con unos nervios en el estómago que no entendía.

Suena ajedrez, canción que ya he escuchado varias veces en la radio mientras voy en el coche, y no voy a negar que hay ciertos paralelos a nosotros, pero es imposible.

Seguimos escuchando una detrás de otra hasta llegar a no soy él, siendo sincera esperaba con toda mi alma que no se me estuviera notando nada en la cara, porque Natalia empezaría un interrogatorio del que no sabría salir.

- ¿Qué te parece? - pregunta, cuando termina de sonar la última nota de la canción

- Muy chulo, supongo - respondo cortante

- ¿Supones? Laura, la mitad de las canciones parecen vuestra historia, no me digas que no te has dado cuenta - dice con obviedad moviendo las manos

- Escúchame, puede ser que haya algún parecido, pero está feliz con su mujer y dudo mucho que se haya puesto a pensar en nosotros para sacar este disco

Dejo la taza encima de la mesita que hay enmedio de los sofás, intentando calmarme un poco y que ella no se dé cuenta

- Además, hace mucho tiempo que no nos vemos

- Mucho tiempo, y ¿qué me dices del anterior disco? Ahí también estaba locamente enamorado de su mujer

- Pero ahí era distinto, Natalia - me mira seria intentando buscar esa diferencia de la que hablaba - ahí nos habíamos visto en la presentación de la voz

- Amiga no sé el concepto que tienes tú de " nos vimos " pero vernos es lo que hacemos nosotras, tú estuviste esa noche con él

Bajo la cabeza recordando aquel momento.

- Bueno, que esto no va por mí, que yo estoy feliz con Miguel, él también con Rosanna y es lo que te he dicho antes, dudo mucho que se haya basado en eso - dije con una repentina tranquilidad que no tenía

- Eres muy cabezona, y ¿por qué te pones nerviosa? - mierda, aparté mi mirada de la suya - Laura te conozco, estás nerviosa, ¿qué pasa?

Suspiro, pasándome la mano por el pelo apartándome los mechones  que caían por mi cara y me recosté en el sofá, buscando las palabras exactas con las que contarle la sorpresita, que llevaba ocultando un tiempo

- Laura, venga que estoy ner...

- Volvió a pasar - digo interrumpiendola- hace unos meses, con la noticia de que iba a ser la presentadora de ot -termino de decir, soltando las primeras lágrimas de la mañana.

- Pero Lauri, y Miguel y su...

- Ya lo sé Natalia, pero no sé qué me pasó, no sé porqué, sucedió y yo - dije terminando de romper en llanto - te juro por dios que a Miguel le quiero muchísimo y jamás habría hecho nada, pero los recuerdos, nosotros solos, no pensé

Me tiré a sus brazos, mientras ella acariciaba mi espalda para intentar calmarme

- Soy la más imbécil por dejar que esto me afecte, pero es que estoy confusa y Miguel no se merece esto

- Y tampoco sabes como decirselo - asentí con la cabeza y ella me dió un beso en ella - ains mi Lauri, como te guardas esto para ti con lo sensible que tú eres - siguió hablando con un nudo en la voz - si solo sintieras eso tú, sería más fácil olvidarlo todo - dijo con apenas un hilo de voz que difícilmente se escucha pero yo lo hice

- ¿Cómo? - me incorporé aún abrazada a ella y más calmada

En ese momento oímos la cerradura de la puerta, cambiamos el tema de conversación rápidamente y me limpié las lágrimas levantandome para dejar la taza en la cocina.

Habíamos estado toda la mañana hablando y no me había dado cuenta, hasta ese momento.

Miguel entra por la puerta saludando alegremente a Natalia y se acerca a mi dándome un beso.

- Ya se habéis pasado toda la mañana chismoseando - dijo riendo, sentándose en una silla que rodeaba la isla de la cocina y yo asentí sonriendo - ¿todo bien, cariño?

- Sii - me acerqué para darle otro beso y que cambiara su cara de " no te creo nada " que creo que funcionó

- Tali, ¿te quedas a comer?

- No amiga, me voy ya - dijo recogiendo sus cosas y acercándose a la puerta - Chao Miguel, nos vemos - le mandó besos en el aire a lo que el respondió de la misma forma. La acompañé hasta la puerta para darle un fuerte abrazo

- ¿Ya hablamos vale? No la líes mucho - asiento sonriendo y tras separarnos cierro la puerta suspirando e intento poner mi mejor cara y esta vez me tenía que salir bien sí o sí.

(...)

Siempre volvemosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora