Capítulo 35

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Chenoa

Entro a mi camerino para vestirme y darme el último retoque de pintalabios. Vamos a grabar el último programa de la edición de tu cara me suena, lo cual me da mucha pena porque han sido unas semanas de lo más entretenidas y me han ayudado a divertirme y a evadirme de la mayoría de los asuntos que hacían que me reconcomiera la cabeza.

Admito que el último programa lo pasé completamente desubicada y fuera de todo lo que sucedia en plató, le he cogido cierto pánico a estar sola y no me hace gracia necesitar a David a mi lado.

Estoy muy bien acompañada pero nadie sabe lo que sucedió y por el momento quiero que siga siendo así y que crean que me fui de allí porque quería pasar tiempo con David, ya sabéis.

Los momentos de camerino completamente aislada de todos han pasado de ser mis favoritos a ser los que más odio, mi cabeza sobrepiensa y solo me vienen visiones y momentos completamente borrosos. El nombre de ese imbécil solo se repite en mi cabeza generandome ansiedad y un enfado tremendo.

Ojalá estuviera aquí David para darme ánimo y un abrazo de los suyos que me hacen sentir protegida y olvidar todos los problemas.

Una vez preparada me dirijo a plató y ocupo mi sitio en la mesa del jurado.

L: ¿Te encuentras bien?

Se interesa Lolita, colocandose en su sitio a mi lado.

Pues no, la verdad es que no me encuentro nada bien.

-Si estoy bien

Respondo de la mejor forma poniendo un intento de sonrisa para tener más credibilidad.

L:¿Seguro? No lo parece

-Seguro

L: entonces, ¿qué te pasa?

-Nada mujer, que me va a pasar

L: Chechee, que nos conocemos

Avisa riñendome pellizcando mi brazo.

-¡Ay Loli! es que...Le echo de menos

Confieso infantil y casi en un susurro por la vergüenza que me genera decirlo en voz alta. La pantalla de mi móvil se ilumina dejando a la vista una foto de David de espaldas, que tengo puesta de fondo de pantalla de cuando estuvimos en Mallorca.

L: ¿A este?

Señala con un movimiento de cejas al aparato.

-Sí

-Tendrás valor. Si vives con él y lo has visto esta mañana

-¡¿Y qué!? - me quejo - estas semanas hemos estado muy apegados porque han sido algo complicadas y ahora que me tengo que separar pues...

L: Unas lapas, eso es lo que sois.

Suelto una carcajada negando con la cabeza y empezamos la grabación.

Aunque quiera evitarlo y relajarme para simplemente disfrutar, se me hace difícil pero al final lo consigo. Lo último que quiero es que piensen que tengo alguna especie de dependencia emocional por mi pareja, ellos no son conscientes, pero es normal que esté un poquito asustada, sobre todo después de lo vivido.

Siempre volvemosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora