Narra (_______):
Lilia y yo seguimos caminando aunque durante el camino intercambiamos comentarios pasivo agresivo, fue agradable aunque era un hada carente de amabilidad.
No se cuanto tiempo pasamos caminando, pero ya después de un buen rato se me comenzó a hacer eterno nuestro andar por el bosque, tanto que mi preocupación aumento al ver como estaba tornado oscuro a nuestro alrededor.Preocupada miré a nuestro alrededor para luego dirigir mi mirada hacia él, quien solo tenía su vista al frente. Mi error fue mirarlo, ya que solo frunció el ceño y paso su mano por su fleco para después mirarme irritado.
— ¿Vas a hacer otro comentario para burlarte de mi?—. sí, estaba enojado.
Negué al no saber por qué estaba enojado ahora si no había dicho nada durante un buen tiempo, pero aún así solo solté un suspiro de cansancio y le dediqué una sonrisa fingida.
— No, solo quería preguntar si ya estábamos cerca. Pero veo que ya llegaste a tu límite mínimo de tolerancia que has de tener en esa amargada vida que has de llevar.— arqueo una ceja esperando su respuesta rápida, pero solo bufó.
Rodó sus ojos y con clara molestia me miró.— No hemos llegado ya que te estoy guiando a otro abastecimiento de Mystium.
— Vaya excusa...—. suspiré cansada mientras pensaba en lo peor, eso me pasaba por confiar en ese enojón.— es una explendida excusa para... ¡ocultar el hecho de que no sabes donde estamos!—. grité frustrada a la vez que agitaba mis brazos en el aire y señalaba en diferentes direcciones.
Escucharme le hizo rapidamente mirarme mientras se mordía el labio y su ojo comenzaba a tener ligeros tics, realmente estaba enojado. Pero extrañamente no sentía miedo ante su expresión, solo lo tomé como un simple berrinche ya que aún tenía una percepción de que era una persona poco tolerante y berrinchuda.
— No.Estamos.Perdidos—. me respondió en voz baja y en un tono tajante.— ¿no te sirven las malditas orejas o qué?—. habló entre dientes, dándole a su tono un toque lleno de ira.
— Sí me sirven—. me crucé de brazos.— Pero el hecho de que tal vez tengas hambre y estés irritado por eso, no me hace responsable.
Su mano se dirigió al puente de su nariz para pellizcarla y soltó otro bufido.— Al parecer no sabes hablar el idioma de las otras hadas....
— Sí sé, lo hablo a veces con madre y padre—. le respondí con un tono de voz casi igualando al sereno, ya que sabía que si le contestaba de mala gana se iba a enojar más y nos íbamos a quedar sin movernos del mismo lugar.
— ¿Entonces?—. arqueó una ceja.— ¿no escuchaste voces?
Negué en silencio y luego reí.— Ya estás loco, creo que solo entrenar te afecta.
Suspiró con pesadez.— Idiota, no es eso—. negó un par de veces mientras murmuraba cosas que claramente escuché pero eran más que insultos que halagos.— había personas en esa cueva, un hombre y una mujer hablando.
Mi mirada se volvió hacia él, escucharlo me hizo helar la sangre pero aún así tuve que mantenerme tranquila para luego fingir sorpresa.
— ¿En serio?. No escuché nada, pero: ¿qué es lo que escuchaste?—. le pregunté para aliviar mi presentimiento que me inundaba de preocupación.
— ¡Hmp!. No tengo el derecho de escuchar tus deseos ya que solo escucho a la realeza—. me dio la espalda y siguo caminando— andando, que pronto se va a oscurecer y tu tienes a personas que te esperan en tu casa.
Escucharlo solo me hizo preocupar pero tenía razón, aunque me daba mala espina saber que dentro de esa cueva había un hombre y una mujer hablando la lengua que varios grupos de hadas hablan a base de gruñidos y cantos. Aunque dudo que padre y madre hayan sido, pero la posibilidad de que hayan sido ellos era el 50% ya que habían salido temprano para ir a buscarme materiales para hacer telas resistentes... y me habían pedido que me quedara en el taller mientras seguía trabajando. ¿Debía preocuparme?.
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Narra Lilia:
Seguí caminando para evitar hablar más sobre ese asunto de la cueva con la señorita Ninnghel, ya que esto ya era un asunto que debía hablar con los ancianos del reino. Debía ir a por ese metal y dejarla en su taller antes de que anocheciera más, ya que mi prioridad había cambiado en ese momento, ahora era el de informar lo que había escuchado y que extrañamente ella no.
Sentí como fruncí el ceño nuevamente ante el recuerdo de aquella conversación que solo daba vueltas en mi cabeza una y otra y otra vez.
"Están planeando llegar más antes de lo que habían dicho"
"Si no se hacen más armas nos tomarán desprevenidos"
"Pelear será la única opción si su alteza no hace nada para protegernos"
Mi sangre comenzó a hervir al escuchar que las tropas no eran lo suficientemente fuertes para proteger el reino. ¡Insolentes!. No saben lo que debemos pasar para poder clasificar en cada tropa para poder ser aptos para dar rondas de vigilancia para salvaguardar la seguridad del reino.
Tan sumergido estaba en esos comentarios, que no me había percatado que ya estábamos fuera de la entrada de la cueva, y eso fue hasta que Ninnghel me informó.— ¿Ya estamos no?—. me preguntó a la vez que caminaba hacia la entrada de aquella cueva.— ¿o no?. Porque solo escucho tus dientes rechinar... ¿hay algo que no te moleste en esta vida?
Me sentí algo avergonzado al escucharla decir eso, pero solo desvíe la mirada para luego seguirla hacia el interior de la cueva mientras usaba mi magia para crear un poco de fuego en mi mano para poder ver en el interior del lugar.
— Cállate. Solo toma metal y nos vamos antes de que....
Me interrumpió.— Sigue de enojón y te vas a hacer más viejo rápido y se te van a caer los dientes de tanto que los haces rechinar.
— ¡Ya deja de ser una maleducada y toma el maldito Mystium!. ¡Tengo asuntos que atender con los ancianos!—. le grité ya frustrado.
Los ojos plateados de la señorita Ninnghel se abrieron de pare en par, parecía sorprendida por mi grito pero... ella solo suspiró con cansancio para provocar que su semblante se tornará algo serio.
— La princesa Malleona dijo que no te dejara ir al castillo hoy y que fieras mañana—. me respondió con esa seriedad que me hizo sentir un escalofrío en la espalda.
Sentí una leve punzada en mi pecho pero lo ignoré para luego mirar como aquel misterio andante observaba el brillo del mystium que estaba incrustado en las paredes de la cueva. Me mordí el labio para ocultar mi frustración, y solo fingí que estaba buscando una pieza perfecta para ayudarla pero... solo sus palabras resonaron en mi mente mientras recordaba como un día antes Malleona me había dicho que justamente hoy en esta noche iba a tener una reunión importante en la que no solicitaba mi presencia.
— ¿Qué pasará hoy?. ¿Por qué me siento... frustrado y.... triste?—. pensé mientras negaba en silencio mis sentimientos y volvía a ver por las paredes de la cueva.
— ¿Está bien este?—. me preguntó la señorita Ninnghel mientras apuntaba a un trozo grande de Mystium.
— No sé, tu eres quien lo va a usar para hacer tus recursos. Solo recuerda que debes tener cuidado al extraerlo o si no... la cueva nos va a aplastar—. le recordé mientras trataba de ocultar mis sentimientos respecto a lo que sentía por no poder ir al castillo.
— ¡Ahg!—. se quejó mientras veía con algo de preocupación el metal bruto.
— Usa tu magia para moldearlo y sacarlo—. le recomendé, aunque esa era la única opción que tenía porque el Mystium solo se moldea con magia.
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Amor de siglos (Lilia Vanrouge × Lectora)
FanfictionLos humanos miran el mundo diferente al de los seres mágicos y longevos, se dice que el amor es efímero como su vida. Pero... ¿qué pasa con los seres mágicos? Abstenerse de amar es una opción para todo ser longevo, y más si el amor surge hacia un hu...