Narrador:
Todo pasó rápido y los sucesos inevitables prosigueron tal y como el destino había dictado, no había modo de cambiar los hechos de lo que había sucedido. Y de eso estaba consciente Baur, quien llevó a cabo la orden de su general... aunque no sabía como iba a reaccionar ante aquella noticia que posiblemente le haría perder los estribos y lanzarse en contra de los Silver Owls, al caballero del Alba y a Henrick por si solo. Ese era si mayor preocupación, aunque sabía que Lilia no era alguien que actuará así de precipitado.
Mientras caminaba de un lado a otro en aquella sala de estar rústica, Baur trataba de buscar las mejores palabras que podrían adecuarse a la noticia que le habían enviado al general con uno de los soldados.— General Vanrouge, no esperábamos que eso fuese a suceder... pero es...—. negó ante aquel murmuro que escapo de sus labios por aquella concentración en la que estaba sumergido y siguió caminando en círculos.
Los demás soldados estaban vigilando afuera, mientras que otros cuidaban y atendían las heridas de los FAEs que se habían salvado de las terribles manos de aquellos despiadados humanos.
Suspiró frustrado y nuevamente dirigió su mirada hacia el pasillo donde se encontraba la puerta del taller de la señorita Ninnghel.— Ya lo ha de saber, solo que... no se como aligerar la noticia—. murmuró con preocupación.
Estaba tan centrado en aquello, que el fuerte azotón de la puerta principal le hizo casi dar un salto, pero al ser un soldado solo se tragó el grito y miró con preocupación a su general, quien mantenía una mirada llena de ira. Su expresión daba miedo, pero aún así Baur trató de hacer que Lilia se calmara, por más que tenía el presentimiento de que eso no sucedería... debía intentarlo.
— Verá General, la situación actual del pueblo es que hay heridos y varias pérdidas pero... Al menos hemos rescatado a más de la mitad de la....
Sus palabras fueron calladas con la mirada llena de frialdad e ira de Lilia, quien solo gruñó y lo pasó de largo a paso firme que hacía resonar como eco en toda la habitación y pasillo que comenzó a recorrer.
— G-general Va.. Vanrouge—. tartamudeo entre gruñidos un soldado que se encontraba custodiando la puerta de la habitación de la señorita Ninnghel.
— Muévete—. le respondió en el idioma FAE, aunque esos gruñidos se escuchaban hostiles.
Baur se sentía algo confundido por la actitud de Lilia, aunque en cierta forma una parte muy profunda de él comprendía aquello. (_____) ya no era más una desconocida en la vida de su general, ella había llegado a él para hacerlo cambiar. Era el cambio que Lilia necesitaba en su vida pero... las circunstancias no eran las más adecuadas para que ellos pudiesen convivir más y tal vez llegar a ser algo más que amigos. Pero aún así, era evidente que poco a poco se lo había ganado, por más hostil que haya sido al inicio, eso había cambiado.
Dejando de lado los pensamientos de Baur, el soldado al escuchar las firmes y frías palabras de su general, solo se movió sin rechistar y abrió la puerta para dejarlo pasar.
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Narra Lilia:
Lo más rápido que pude terminé junto a mi tropa con aquellos invasores para después regresar a la cabaña donde Baur me esperaba junto a los sobrevivientes del ataque en aquella villa que estaba cerca de ahí. Pero para mi desgracia, había algo más que me tenía inquieto... eso era (______). Ella había ido por una extraña razón a aquel lugar y se expuso a un peligro que le hizo caer en graves consecuencias, temía que ella estuviese agonizando en la cabaña. Temía que esa herida haya sido mortal, tenía miedo de que ella se fuese de mi lado...
Sentía que poco a poco la ira me consumía a cada paso que daba y la noticia que era incierta me hizo molestar más conmigo. ¿Acaso no era capaz de proteger a mis seres queridos?. Si ella se iba de mi lado... ¿tampoco sería capaz de cumplir mi misión en cuidar a la familia de los Draconia?... si es así, ¿no sirvió de nada irme a entrenar todo este tiempo?
— No quiero dejar de verte, te convertiste en uno de mis grandes motivos para luchar y terminar con esta guerra—. pensé mientras corría hacia la cabaña que ya me quedaba más cerca, ¿eso como lo sabía? Era porque podía verla a lo lejos.
Sin tiempo que perder corrí y al llegar entré de golpe, casi derrumbando la puerta principal, acto que provocó que mi amigo ligeramente se sobresaltara por mi repentina entrada. Pero aún así no me di el tiempo de escuchar sus palabras y seguí caminando hasta la puerta donde se suponía que (_____) estaba descansando después de aquel ataque, lugar que estaba custodiado por uno de mis soldados que con frialdad le pedí que se quitara de ahí para dejarme entrar. El tiempo era valioso en esos momentos, ella estaba ahí tal vez agonizando y yo no quería que me dejara sin verla al menos por última vez.
Cuando el soldado le abrió la puerta, entre corriendo y sin pensarlo me arrodillé a un lado de la cama mientras veía su brazo y torso vendados, vendas que estaban cubiertas de sangre y con esa expresión demacrada.... me hacía temer. Mis manos apretaron la sabana blanca que cubría la mitad de su cuerpo y luego pasaron a una de sus manos para tomarla y ligeramente apretarla.
— No... no te puedes ir aún... quiero que veas que volví...— dije evitando que mi voz se escuchaste entrecortada.— abre los ojos y mírame....
Hablé en voz baja, pero al notar que mis compañeros estaban en la entrada de la puerta... usé mi magia para cerrar la puerta y darme un momento a solas con (_______).
— (______), por favor... si te vas... no voy a poder vivir con la culpa de pensar en que yo no pude protegerte.... por favor....— mis ojos se llenaron de lágrimas y comencé a negar para aguantar que cayeran.— Dime al menos por última vez: hada nocturna gruñona...
Mis manos ligeramente apretaron más su mano izquierda, la cual sentí como comenzó a cerrar. Ella había apretado el agarre y luego escuché un suspiro por su parte, eso me hizo tranquilizar un poco aunque desconocía el daño que le habían causado esos Silver Owls.
— Uff.... deja dormir....—. escuché un murmuro con esa voz débil, y al ver su rostro vi una ligera sonrisa.— solo fue un rasguño entre mi brazo y el costado de mi torso... no es nada.
— Tonta... ¡me preocupé por ti!—. Grité sin importarme derramar lagrimas a la vez que me abalanzaba sobre ella para abrazarla.— ¡no vuelvas a asustarme!
— Pues dile a Baur que te de bien las noticias y que no te preocupe... jaja~— su risa fue suave pero aún así, calmó mi corazón intranquilo y le llenó de paz.
— Lo voy a reprender por haberme preocupado así—. le respondí a la vez que reía para detener mis lágrimas.
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Amor de siglos (Lilia Vanrouge × Lectora)
Hayran KurguLos humanos miran el mundo diferente al de los seres mágicos y longevos, se dice que el amor es efímero como su vida. Pero... ¿qué pasa con los seres mágicos? Abstenerse de amar es una opción para todo ser longevo, y más si el amor surge hacia un hu...