Amor de siglos (Lilia Vanrouge × Lectora)

❤️‍🩹💜Capítulo 25: Quiero tranquilidad💜❤️‍🩹

Narra (______):

Que evadir mis sentimientos con mi único movimiento que pude hacer para no dar más explicaciones, y ese fue el huir para tratar de hacer de comer para ambos mientras él limpiaba.
Internamente gritaba al darle varios indicios a Lilia, ¿ruborizarme al escucharlo decir que estoy enamorada de un soldado? ¡Y lo más evidente que dije fue decirle que los sentimientos no son mutuos!.
Pero, analizando bien mis palabras... tal vez Lilia habrá entendido mal.

— ¿Y si pensó que yo creo que le gusto?—. negué mientras cortaba verduras, pérdida en aquel bucle de pensamientos que me atormentaban.

Estaba algo perdida a la vez que seguía tratando de cortar bien las verduras, hasta que un pensamiento vino a mi, y me hizo sentir algo más... tranquila.

— Nah~, es muy despistado. Dudo que note el hecho de que siento un poquito de cariño por él—. sonreí triunfante a la vez que con dificultad cortaba las verduras.

Sin pensarlo vertí las verduras en una olla en la que había calentado agua y luego las lancé. No estaba segura que hacía, pero debía hacer milagros con lo poco que teníamos ya que las visitas de la tropa de Lilia se acababa la mayor parte de la comida. Pero no debía de quejarme, porque cuando falta, ellos traen junto a Lilia más suministros.

Suspiré y tomé el tarro de sal para tomar una cuchara y agregar 5 cucharadas de esta misma.— Debí de decirles que faltaban para no estar viendo que hacer con las verduras...

Por unos momentos me quedé mirando lo que parecía ser más una sopa de verduras, pero no fue demasiado tiempo el que paso para que tomara la cuchara para probar un poco.

— Hmm~. Más sal...— dije mientras tomaba el tarro de sal.

Tomé la cuchara y acerqué el tarro a la olla para evitar tirar sal, pero me quedé pensando mientras trataba de analizar cuanta sal debería agregar para evitar dejar desabrida o salada la sopa.

— Otra más~—. decidí al fin para tomar sal con la cuchara.

Lentamente comencé a agregar la sal a la sopa, pero lamentablemente, no me percaté de algo que podía arruinar mi paz mental y la comida.

— ¿Sopa?. ¡Si necesitabas carne debiste de haberme dicho para ir!

Al escuchar a Lilia detrás de mi, dejé caer el tarro de sal en la sopa y mi atención se prestó solo para mirarlo a él y su semblante que demostraba inquietud.
Algo agitada solo lo miré, él solo miró a la olla y después a mi.

— Creo que esa sopa necesita carne—. señaló la olla, eso sin importarle lo que había provocado al asustarme.

— Y si sabías que no había, ¿por qué no fuiste por un poco?—. Lilia solo me miró con un ligero puchero y suspiró, eso ocasionó que pensara en el mismo motivo que tenía por el cual no había ido.— Ah, cierto. Lamento haber olvidado eso.

Lilia solo se sentó sobre la mesa y me miró con algo de confusión.— Por el momento tengo dos motivos, no solo es por mi deber.

Estaba algo confundida por lo que había dicho, pero aún así... dolió recordar la triste realidad de nuestra situación, dolor que hizo desaparecer a la confusión a causa de la comprensión de todo ese teatro que se estaba armando a nuestro alrededor a por la causa de esas personas despiadadas.

— Se me había olvidado que estamos en momentos que pueden volverse críticos—. desvíe la mirada hacia el cesto de frutas y tomé una baya en mano.

— Tranquila, entiendo que suceda al estar pasando tiempo contigo—. suspiró y flotó sobre la mesa para ver desde arriba la sopa que estaba en el fuego.— Pero pronto terminará.

Mi mirada de centró en él y su curiosidad sobre la comida que estaba en proceso, pero tan solo verlo tan despreocupado en esos momentos, me hizo tener un solo deseo... cosa que no quedó solo en mis pensamientos y salió a la luz inconscientemente.

— Desearía que Henrick no estuviese metiendo su cuchara en este reino—. dije sin pensar, provocando que Lilia me mirara con una pizca de sorpresa en su semblante.

— ¿Cómo?—. parpadeo incrédulo, tal vez tratando de buscar la broma en medio de mis palabras, pero realmente... no había.

— ¿En serio?. ¿Quieres que lo repita?—. él asintió en silencio y solo suspiré, acto seguido volví a repetir lo antes dicho.— Que desearía que Henrick no estuviera metiéndose con este reino—. suspire nuevamente pero esta vez demostré frustración de tan solo pensar en el gran daño que ese humano había provocado en el reino por un simple berrinche.— ¡¿Es difícil buscar un acuerdo si tanto quiere mystium?!—. sin cuidado aplasté la baya entre mis manos.

Su mirada solo se suavizó y lentamente bajó para ponerse frente a mi.— Ojalá fuese así de fácil, (______).

— Lo sé... y odio admitir que no lo es. Ese Henrick hace de las suyas con sus soldados que queman villas, roban y lastiman hadas—. comenté con tristeza en mi voz a la vez que me acercaba a un balde con agua para lavarme las manos para que no quedarán pegajosas.

Parte de esa situación era culpa de mis padres y eso ya no me ponía triste, me llenaba de rabia. Si no se hubieran aliado con Henrick.... ¿estaría en paz este reino?. Por unos momentos comencé a imaginar esa situación, pero.... ¿yo hubiera conocido a Lilia?.

Negué mientras mi mente se perdía en la imaginación de un presente sin nada de guerras y dolor. Aunque mi mente que estaba divagando volvió a tocar el suelo al sentir que sujetaba con suavidad mis manos, cosa que me hizo ver hacia él, quien solo suspiró y habló con una pizca de preocupación.

— Te veo preocupada por el futuro de esta guerra—. mencionó a la vez que veía mis manos entre las suyas.

— Lo estoy, porque se que si sigue... habrá más pérdidas y no quiero que eso suceda—. le respondí sin rodeos, ocasionando que me mirara a los ojos.

— No te preocupes mas por eso, mis tropas y yo dentendremos a Henrick y acabaremos con el dolor y sufrimiento de las hadas—. me habló con seguridad ante sus palabras y con una postura firme.

— ¿Cómo no voy a preocuparme si tu y las tropas se arriesgan?—. le pregunté esta vez sin ocultar mis sentimientos de desesperación ante aquella situación en la que sabía que un día... Lilia podía no regresar del campo de batalla.

Esa pregunta le hizo mirarme fijamente a los ojos y su agarre en mis manos se volvió firme. Sabía que él solo trataría de calmar mis preocupaciones, pero... lo que no sabía era que había visto el futuro de este reino por medio de un tapiz que hice en mi telar... y eso me preocupaba.

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