Amor de siglos (Lilia Vanrouge × Lectora)

❤️‍🩹🧵Capítulo 8: Solo ve por el🧵❤️‍🩹

Narra (_______):

Por unos lontutos miré el pedazo de Mystium y luego puse mis manos sobre este para comenzar a reunir mi magia en mis manos. Cuando al fin sentí mis manos demasiado calientes, toqué el metal, provocando que comenzara a derretirse.

— ¡Ahg!. Fui muy brusca con el calor—. Grité sin dejar de fundir el hierro.

— Sigue así, yo me encargo de lo que esta cayendo al suelo—. me dijo Lilia, quien comenzó a reunir su magia en sus manos.

A diferencia de mi, de sus manos comenzó a salir aire helado que elevó todo el metal fundido para enfriarlo y comenzar a moldearlo en  pequeños lingotes.
El metal que yo había elegido estaba algo grande, así que tardamos en extraerlo completamente de la pared. Aunque debo admitirlo, no fue un trabajo tan pesado ya que Lilia estuvo apoyándome al enfriar el mystium.

Cuando al fin terminamos, me puse de espalda contra la pared mientras veía a Lilia, quien solo contaba los lingotes que había hecho de mystium.

— Buen trabajo, hada criticona—. le dije mientras mantenia en mi rostro una sonrisa cansada por hacer uso de mi magia.

— Lo mismo digo, hada híbrida. Aunque...—. me sonrió burlón.— parece que no tienes nada de las hadas de la noche, eres demasiado débil ya que te cansaste con tan solo fundir esto.

Por unos momentos lo mire y luego a los lingotes.— ¿Estás de broma?. Son casi 15 lingotes.

—Son pequeños —. se excusó.

— Bueno, si son tan pequeños los vas a llevar tu—. le informé a la vez que me apartaba de la pared para comenzar a caminar hacia la salida de la cueva.

— Hmm~. Ya me la esperaba, hada débil—. escuchar su burla solo corrí hacia él para tomarlo del cuello de la camisa.— ¿Qué?. ¿Vas a suplicar que los lleve yo para que no te canses?

— Calla y dame la mitad de esos lingotes—. le pedí con una clara molestia en mi semblante, emoción que no pude ocultar porque lo único que quería en esos momentos era estar en mi taller para hacer los materiales.

Lilia solo se rió y me pasó 7 lingotes para él llevarse 8, cosa que me hizo querer quitarle uno.

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Narra Lilia:

Durante el camino la esquivaba y levitaba un poco para evitar que me quitara uno de los lingotes, provocando que solo hiciera pucheros y me maldijiera. Por unos momentos mi mente divagó y para mi mala suerte y en mal momento, pude ver la figura de Lady Maleanor.
Mi corazón aceleró al ver como trataba de quitarme los lingotes de mystium y nuevamente estaba en mis recuerdos del pasado, en el cual ella y yo estábamos juntos.

— Maleanor...—.murmuré al ver como ella saltaba y trataba con dificultad quitarme un lingote.

— ¡Que terco eres, Lilia!. Aunque ya no importa, ya vamos a llegar a mi taller... hada terca—. me dijo ella, provocando que se me escapara una risilla.

— Lady Maleanor, aún falta para llegar al palacio—. me burlé al ver como su expresión molesta cambiaba a una llena de confusión.— ¿Qué pasa?. ¿La reina te va a regañar otra vez porque no le has obedecido?

— ¿Ah?. ¿Te sientes bien?—. me preguntó con una clara preocupación, provocando que me sintiera extraño ya que pocas veces se le veía así a Maleanor.

— Sí, pero veo que no quieres llegar al palacio y estás buscando ir a otro lugar—. sonreí burlón.— el castigo lo vas a tener muy bien merecido.

— ¿Castigo?. Dudo que mis padres me digan algo por salir ya que las luces de mi casa estan apagadas—. escucharla hablar nuevamente, me hizo sacudir la cabeza ya que todo se estaba tornando extraño.

Parpadeo varias veces hasta que al fin, la figura de Maleanor desapareció y pude ver nuevamente a la señorita Ninnghel frente a mi. Por unos momentos me sentí confundido pero luego solo negué ante mis sentimientos que había olvidado ya que estar distraído extrayendo el metal, me hizo pasar un buen rato hasta que confundí a ella con Maleanor. Que estúpido.

— Ignora eso —. le pedí al ver que ya estábamos frente a la entrada de su taller.

— Tranquilo, no le diré a nadie—. ella sonrió y antes de abrir la puerta del taller, me dio un empujoncito.— tu secreto está a salvo, aunque era obvio eso.

Confundido por sus palabras solo entré detrás de ella al taller para dejar los lingotes de mystium en su escritorio para luego mirarla y tratar de aclarar que era lo que ella veía obvio.

— ¿Qué es obvio?—. le pregunté son suma seriedad.

— ¿Ah?—. su mirada se dirigió a mi mientras dejaba los lingotes que ella llevaba y ponerlos en en su escritorio.— ¿en serio quieres que lo diga?—. preguntó con una sonrisa llena de picardía.

— Hazlo o ponte a hacer mover esa rueda, que tienes mucho trabajo—. le pedí a la vez que caminaba al sofá que tenía en la habitación para sentarme.

— Ufff~—. me sonrió mientras caminaba hacia la rueca y acercaba uno de los lingotes de mystium.— es que es obvio lo que sientes por Lady Maleanor.

Sentí como mis mejillas se volvían rojas, pero aún así solo desvíe la mirada para tratar de ocultar mi rubor.

— No, no es cierto. No es ella, es alguien más—. le mentí, aunque parte de eso era verdad.

— No te creo. Es poco creíble, más aún si me llamaste Maleanor—. comenzó a reírse sin dejar de acomodar sus cosas al lado de la rueca.

— Bueno, ¿pero a ti que te importa quien me gusta o no?. Mejor ponte a trabajar en vez de meterte en donde no te llaman—. le pedí mientras trataba de buscar otra cosa en esa habitación para poder pasar el tiempo, ya que debía acatar las órdenes de Maleanor.

Sinceramente, tenía la necesidad de mantenerme distraído, y más aún si sabía que el motivo por el cual le dijo a Ninnghel que no me dejara ir al palacio era... simplemente era el de que hoy verían lo de su matrimonio. Maleanor con Reverne, y eso me hacía sentir...

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