❤️‍🩹🧵Capítulo 17: Conspiración🧵❤️‍🩹

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Narra (_____):

Los tres días pasaron y al fin tuve listos los 25 trajes junto al nuevo que le había hecho a Lilia, y claro que estaba emocionada por recibirlo para poder entregarle el pedido.
Al tercer día estaba esperando la llegada de mi amigo, pero en vez de eso recibí una visita inesperada de él y uno de los ancianos junto a la reina Maleficia.

— Su alteza—. hice una reverencia al verlos afuera de mi taller mientras Lilia me sonreía levemente, permaneciendo detras de la reina.— su visita es un honor para mi.

— El general Vanrouge me informó que usted sería de ayuda para nosotros con su habilidad en elaboración de telas—. me miró con suma seriedad y autoridad para luego cerrar sus ojos.— y quiero ver si trabajo.

— Claro que sí—. hice una reverencia y entré a mi taller.

Al entrar me sentí algo nerviosa al ver toda la tropa de Lilia detrás de ellos, estuve por sufrir un ataque de pánico por miedo al no cumplir con las expectativas de la reina.
Con las manos temblorosas tome una de las cajas que llevaban los trajes, pero esta de me cayo al suelo y comencé a recogerlos rápidamente pero mi cabeza comenzó a doler.

— Ahg...—. me quejé mientras trataba de volver a colocar los trajes en la caja.

Aun temblando, tomé cada traje, pero una mano se interpuso y me quitó con delicadeza el traje que estaba a punto de levantar. Ante eso, levanté mi mirada para ver quien era, y esa mirada juguetona fue la que me encontré... esa hada enojona.

— Veo que no estás bien, pero no te preocupes. Confía en tu trabajo—. al decirme esas palabras llenas de amabilidad, me dedicó una pequeña sonrisa.

Verlo me hizo sonreír, incluso... podría decir que mi respiración se detuvo con ese simple gesto que aceleró mi corazón. Mis ojos por un momento estuvieron por perderse en esos rubíes, pero él solo me sacó de mi trance al quitarme la caja para ayudarme a levantar los trajes.

— No creí que ellos vendrían a ver esto. Pero sinceramente estoy orgulloso de tu trabajo—. dijo al tomar el último traje y hacer un gesto.

Su mirada me hizo preocupar, parecía haber hecho un gesto de incomodidad al recoger el traje. Confundida le quité la caja y le tomé las manos para verlas y notar que... estas estaban rojas.

— Lilia, ¿qué te pasó?— pregunté preocupada al ver esa herida.

— No sé... pero...— con preocupación se levantó y me miró directamente a los ojos.— ¿usaste los mismos materiales en los trajes?

— Sí, usé lo mismo—. le respondí asegurándole que era verdad, y para eso solo tomé un carrete de mystium y se lo entregué.— mira.

Al tomar el mystium en manos, gritó y lo lanzó al suelo, acto seguido de una mirada llena de confusión. Él parpadeo varias veces y luego retrocedió mientras mantenía su mirada en mi.

— Tú....—. tragó saliva y luego cerró sus ojos.— Señorita (______) Ninnghel.

Escucharlo llamarme por mi nombre completo, solo sentí preocupación y más al ver su mirada que reflejaba una pequeña pizca de desconfianza. Esas simples acciones me hicieron temer ya que no comprendía que sucedía con los trajes.

— No entiendo que sucede, ¿por qué me llama....?

Me interrumpió.— Necesito saber si fuiste a la mina.

Asentí.— Sí, ¿por qué?

— Estos trajes tienen acero—. escucharlo me hizo sentir la sangre helada y solo retrocedí.

Al retroceder, me senté en el sofá y luego miré a la ventana mientras trataba de analizar como es que eso había ocurrido hasta que....

— No...

— Señorita Ninnghel, no debemos mostrar esto... la van a...—. sus palabras callaron y solo miró a un lado.

— ¡Lo sé!. Pero... dudo que ellos sean responsables de esto...— miré a Lilia y luego a la caja con los trajes.

— ¿Quienes?—. me preguntó preocupado.

— Es... es...

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Narra Lilia:

No podía creer lo que estaba sucediendo, por unos momentos estuve por dudar de ella pero una parte de mi decía que tal vez fue un error al extraer el metal pero... en las minas solo había mystium y no acero. Así que un error como ese no era algo que se pudiera dar.
Me negaba a aceptar eso que estaba sucediendo, pero en esas circunstancias no podía ocultarlo ya que estaban todos afuera esperando los resultados.

— Dime quien fue y haré lo posible para evitar que se arme un escándalo—. le pedí con algo de desesperación al ver como no hablaba.

— No puedo....

Escucharla decirme eso, hizo detener a mi corazón. Pero mi mundo se comenzó a desmoronar al ver como entraba la reina junto a los ancianos para ver el motivo de nuestra tardanza. Y eso puso más nerviosa a la señorita Ninnghel, cosa que no me ayudaría a salvarla de este problema.

— ¿Sucede algo malo?—. nos preguntó la reina  Maleficia mientras nos veía con seriedad.

— Solo se le cayó la caja y la estaba...— mi explicación se quedó corta al ver como el anciano tomaba la caja y la abría. 

Estuve por detenerlo pero rápidamente lanzó el traje a un lado a la vez que sacudía sus manos con una expresión de dolor en su rostro, ahí fue cuando mi mundo se desmoronó y pude ver la expresión molesta de mi reina.

— ¡¿Acero?!—. mi reina solo de una patada lanzó los trajes al suelo y (____) solo miraba horrorizada lo que estaba acontecimiento frente a nosotros.

— Mi reina, ella no...

Me interrumpió y ella golpeó su cetro en el suelo.— ¿Eras consiente de esto, Lilia?

Estuve por hablar, pero la señorita (_____) se puso frente a mi y ella me arrebató las palabras de la boca.— Él no sabía nada de esto. Fue mi error.

— ¡Eso es traición!—. gritó el anciano mientras apuntaba a la señorita Ninnghel.— Sabes que ellos no pueden usar acero y aún así lo usas... o tal vez... solo ganaste la confianza de esta hada joven, torpe e inexperto para poder dañar a nuestros soldados y dejarlos fuera de combate.

— ¡No, yo no estaba haciendo eso mi reina!—. ella solo negó mientras permanecía frente a mi.

— Ya no sabemos si eso es verdad, y más en esta situación en la que Henrick juega sucio contra nosotros.—. habló la reina, quien solo nos miró con desaprobación.

— Ella tal vez se equivocó, otorge una oportunidad más mi señora—. le pedí a la reina, quien solo miraba con enojo lo que sucedía.

Por unos momentos permaneció en silencio, y eso me hizo sentir nervioso pero... lamentablemente mi corazón se detuvo al escucharla hablar.

— Fue traición, casi también tu estuviste por ser su víctima, y no quiero más bajas. No puedo arriesgarme, ¡Guardias, llévense a esta traidora!—. a esa orden, mi tropa entro y la tomaron de los brazos.

Estuve por detenerlos pero... la señorita Ninnghel me miró con tristeza y negó, tal vez para salvarme de que también fuese llevado al calabozo por llevarle la contraria a la reina.

— Señorita (______)..... ¿por qué no me dijo la verdad?—. pensé mientras veía como salían con ella encadenada.

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Amor de siglos (Lilia Vanrouge × Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora