Amor de siglos (Lilia Vanrouge × Lectora)

💜❤️‍🩹Capítulo 28: ¡Henrick!❤️‍🩹💜

Narra Lilia:

Me encontraba cazando en el bosque para tratar de llevar a la cabaña algo de carne para que (______) y yo pudiésemos comer algo más que sopa de verduras salada.
Llevando mi arma mágica en mi espalda, seguí observando mi alrededor mientras pensaba en el futuro que nos deparará a todos después de la guerra y de lo que podría hacer, tal vez era algo anticipado pero... quería al menos hacerme la idea de que mis tropas ganarían ante el poder de aquel hombre que dañaba nuestra felicidad, Henrick.

— ¿(______) pensará lo mismo o se irá por su cuenta?—. pensé mientras mantenía mi vista enfocada en una dirección en la que escuchaba ruidos.— No la culparé si se va, la he llenado de problemas.

Sentí un ligero peso en mi pecho, pero debía ignorarlo si no quería que pensamientos negativos fuesen mis ataduras. Todo parecía ir bien este día, aunque canté victoria rápido... esa fue mi perdición. El olor a aceite y metal caliente se hizo presente.

— Silver Owls...—. murmuré a la vez que escuchaba que pisadas detrás de mi se hacían más cercanas.

La agudeza de mi oído me hizo percatarme de que era mi tropa que rápidamente corrió hacia mi dirección sin saber que estaba ya aquí pero con intenciones diferentes a las que ellos se habían preparado. Escucharlos me preocupó, pero aún así debía atender a mis asuntos si quería proteger el reino que me había acogido, y donde conocí a las hadas que me han dado buenos momentos en mi vida.

Tomé mi arma en manos y me puse la máscara para unirme a mi tropa que corría hacia un lugar donde se visualizaba el humo, aunque para mi mala suerte, otra explosión en un lugar diferente se hizo presente. No quedaba de otra, debía hacer dos grupos para atender ambas situaciones que se habían presentado. Así que me fui en dirección donde provenía el arma a aceite y acero caliente con parte de mi tropa, mientras que por el otro lado, Baur dirigió a la segunda tropa para ir al otro lado.

— ¡Baur, haz lo que esté en tus manos sobre la situación!—. le grité mi petición al dar la vuelta para dirigirme al lugar donde provenía aquel aroma asqueroso.

— ¿Y la señorita Ninnghel?—. me preguntó con preocupación, cosa que me hizo detenerme en seco para mirarlo a los ojos que brillaban detrás de esa máscara de cocodrilo.— ¿Ella está a salvo o quiere que vaya alguien a cuidarla?

— Manda a alguien a la cabaña para que ella esté a salvo, y a los sobrevivientes del ataque también. Para que no esté sola y que...

Me interrumpió.— la va a llenar de más preocupaciones.

— Baur, solo haz lo que te dije. Porque al ustedes ir a dejar a los sobrevivientes estarán todos ustedes cuidando de todos por igual—. le respondí con cuna clara frustración al tan solo pensar en una posibilidad en la que ella podría salir lastimada por culpa de aquel hombre que solo tenía el rol de suplir a su padre el rey que estaba enfermo.

Mi amigo solo asintió y salió corriendo con su grupo hacia aquel lugar del cual comenzó a desprender una gran cortina de humo. Desgraciadamente debía ir al lado contrario para ahuyentar a los Silver Owls junto a sus monstruos metálicos, por más que me preocupara (______), debía cumplir mi misión.
Sin más, parte de mi tropa me siguió para cubrirme la espalda pero... aún así me sentía desprotegido. Una ligera molestia me invadió pero aún así seguí mi camino que nos llevaría aproximadamente 20 minutos en llegar, pero aún así... cada que me acercaba a ese lugar donde se encontraba cerca una mina de mystium... mi corazón comenzó a sentirse pesado. No entendía la razón de mi sentir si aquella persona que invadía mis pensamientos estaba en un lugar seguro. Y no me refiero a Maleanor, ya que ella es demasiado fuerte... pero lo que importa es que estaba preocupado por mi compañera, (______).

Se que no debía enfocarme en esos sentimientos por el hecho de que me traicionarían en medio del campo de batalla, pero aún así sentía la necesidad de ir a la cabaña para verificar por mi mismo que ella se encontara bien... escucharla decirme: enojón, o cualquier otra burla.

— Ahg... espero que no te hayan encontrado los Silver Owls—. pensé a la vez que saltaba de los árboles hacia la zona donde estaban los monstruos metálicos junto a los Silver Owls.

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Narrador:

Baur corría junto a la tropa que le había concedido Lilia, aunque se sentía algo frustrado al pensar que su general y amigo estaba más centrado en proteger a la hada híbrida que había conocido hace 1 siglo. Tal vez en cierta forma lo veía algo tonto, pero internamente sabía que su compañero de batalla cambió. Y por eso debía ayudarlo, después de cumplir con derrotar a los Silver Owls que destruían el pueblo al que se dirigía.

— Solo porque eres mi amigo, Lilia—. murmuró Baur a la vez que se lanzaba sobre un Silver Owl para atacarlo.

Golpes y el sonido de choques metálicos resonaban por el lugar, pero no dejando de lado las ráfagas de fuego y explosiónes que se hicieron presentes en esa villa, dando como resultado un lugar lleno de destrozos acompañados de lágrimas y gritos de dolor. Tal vez no era nada nuevo para el soldado, pero obviamente las hadas de aquel pueblo sí lo eran. Por eso debía apresurarse para liberar a aquellos que eran atormentados y salvar a los heridos.

Todo iba bien, hasta que vio a dos de sus soldados caer sin vida al suelo. Esa era la parte más dolorosa en el campo de batalla, pero debía continuar para no dejar en vano la vida de sus compañeros en esa contienda sangrienta que se estaba llevando a cabo.
Su arma y magia eran de ayuda para obtener la victoria en ese lugar, pero su respiración se detuvo al escuchar gritos de pequeñas FAEs junto a él de un adulto y una voz conocida. En ese momento... se percató de que la felicidad que poco a poco ayudaba a su triste amigo, iba a ser arrebatada.

— ¡Señorita Ninnghel!—. gritó Baur al recobrar su sentido que de había perdido en aquel bucle de preocupaciones, por solo unos segundos, para volver a bloquear y dejar fuera de batalla a su contrincante qué cayó al suelo.— Si realmente es ella, Lilia va a enloquecer si algo le pasó—. pensó mientras corría y analizaba su entorno para comenzar a buscar a (_______).

En esos momentos, Baur solo quería pensar que fue parte de su imaginación el haber escuchado el grito de la señorita Ninnghel.

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