Amor de siglos (Lilia Vanrouge × Lectora)

❤️‍🩹🧵Capítulo 18: Intuición🧵❤️‍🩹

Narra Lilia:

Han pasado 5 días desde que se llevaron a la señorita (_____), y no he podido ir a visitarla para poder saber la verdad que ella oculta y que no quiere sacar a la luz.
Gracias a Maleanor que me ha mantenido informado, que es lo único bueno y de lo que ha hecho y no se ha quejado (aún), se que ella está encerrada en el calabozo en espera de jucio mientras yo solo estoy en misión.
La desesperación a veces me quiere hacer caer, pero no puedo darme el lujo de hacerle ceder el paso. ¿Esto por qué?, por el hecho de que si eso sucede... decisiones malas son las que gobiernan nuestras acciones.

— Baur, ¿hemos terminado de examinar toda el área?—. pregunté evitando dejar a la luz esa pequeña sensación de preocupación que sentía.

Mi compañero solo asintió y luego llamó a toda la tropa para anunciar que debíamos regresar, cosa que alegró a todos, incluyéndome aunque solo haya festejado internamente.

Después de un camino algo agotador al llevar a un rehén para interrolgarlo, al fin llegamos al palacio, donde personalmente llevé al rehén al calabozo. Y gracias a la reina, la hada híbrida estaba ahí.
Cuando metí a la celda a aquel Silver Owl, caminé por el pasillo para ir a la salida, pero la vi ahí sentada en el suelo frío de su celda... su semblante alegre había desaparecido y eso me hacía sentir mal.

— ¿Habrá alguien cerca?—. me pregunté a mi mismo entre mis pensamientos a la vez que pasaba mi mirada en todas direcciones.

Al cerciorarme de que no había alguien cerca, me acerqué a su celda y di dos golpes en los barrotes. Provocando que me dedicara una mirada perdida.

— Señorita Ninnghel, estoy aquí—. sus ojos se cerraron y no se movió de su lugar, aún permaneciendo sentada en el suelo solo suspiró sin decirme nada.— vine a hablar con usted porque se que...

Me interrumpió.— Ya no me llames Señorita Ninnghel... he deshonrado mi apellido. Solo dime (____)—. pidió sin levantar su mirada, realmente parecía afectada por la situación.

Escucharla me hizo tomar con ambas manos los barrotes, sentí molestia al verla derrotada y sin esperanza alguna de cambiar la situación.... pero aún así, yo tenía la sensación de que ella no haría tal atrocidad para lastimar a alguien cuando ella solo era una pobre hada que no salía al exterior por solo trabajar.

Estaba comenzando a sentirme molesto por verla así, por lo que no pude controlar mis palabras y de mis labios salió un sermón:

— ¿Te vas a rendir cuando realmente sabes o tienes la sospecha de que ese error no lo cometiste tu?—. suspiré y miré a un lado, tratando de mantener mi voz baja para no llamar la atención de los guardias que custodiaban la entrada del calabozo.— Confío en que tu no fuiste. Porque las veces que te hice enojar... nunca me pusiste acero en mi traje, y eso que me lo merecía por ser tan brusco contigo cuando solo necesitábamos entendernos.

Ella solo me miró pero no de levantó de su lugar, cosa que me hizo apretar mis dientes aunque bien sabía que ya tenía toda su atención en mi, y esa ya era ventaja para poder entablar una conversación con ella.

— Se que duele no ser alguien que pueda complacer a todos, se que duele no ser lo que los demás esperan y que por más que te esfuerces física y psicológicamente no les sea suficiente—. solté los barrotes de la celda y puse mi espalda sobre estos.— pero... yo se que no eres una hada que se queda de brazos cruzados esperando a que sus sueños se cumplan.

Lentamente deslicé mi espalda por los barrotes hasta llegar al suelo para sentarme, y aún sin mirarla seguí hablando, tal vez esperanzado de que ella pudiese hablarme al fin.

— Mira hasta donde has llegado, no me digas que te vas a quedar aquí esperando lo peor cuando sabes que hiciste todo perfecto... que el error no está en ti, señorita Ni...

Mis palabras callaron cuando sentí un ligero tirón de mi traje en la parte de la espalda, sabía que ella ya había reaccionado y eso internamente me alegraba, aunque no lo mostraba para evitar cohibirla.

Me interrumpió mientras tiraba suavidad de la tela de mi traje.— No me llames así...

— Bien, Señorita (______). Dime, ¿te quedaras ahí aceptando la derrota?—. Al preguntarle eso, ella apretó la tela de mi traje.

— No quiero... pero se que no debo dudar de...

— No dejes que tus sentimientos te traicionen. No temas y dime lo que sabes—. Al decirle eso, solo sollozó y sus manos pasaron de mi traje a aferrarse a los barrotes de la celda.

Aún sentado me di la vuelta para verla, y con lágrimas cayendo por sus mejillas me confesó al fin:— Yo no fui por los materiales, mis padres se ofrecieron a traérmelos y yo acepté.

— ¿Tus padres?—. pregunté atónito.

— Sí... pero no creo que ellos hayan hecho eso a propósito. Ellos son buenos—. declaró mientras trataba desesperadamente con su mano izquierda limpiar sus lágrimas.— Ellos se equivocaron.

— Señorita (______). Solo tu, Maleanor, Baur y yo sabíamos eso. Y tus padres ahora son los sospechosos ya que dudo que mis cercanos hayan sido— pasé mis manos por las aberturas de los barrotes para tomarle las manos.

— ¡Ellos no fueron!. ¡Aman el reino!— grito entre lágrimas mientras apretaba mis manos con fuerza.

Estuve por hablar, pero los guardias entraron y la solté para alejarme un poco de la celda para que no creyeran que me había atacado. Cuando llegaron hasta nosotros, solo les pedí que se fueran ya que era falsa alarma ya que yo la había provocado, así que acataron mi orden para dejarnos ahí.

— Te sacaré de ahí, pero se que me vas a odiar por lo que haré. Pero es por tu bien—. Al decirle eso, salí de ahí mientras escuchaba como gritaba y lloraba mientras defendía a sus progenitores.

Aunque tal vez no tenía empatía con su situación ya que yo no tenía padres, pero lo que si sabía era que por defender a sus seres amados, todos podemos cometer errores y atrocidades.

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