Sanha suspiro frente al espejo, había vuelto del colegio prácticamente corriendo y fue directo a cambiarse, agradecía que al menos tuviera algo de ropa deportiva.
Tomó su mochila y salió.
Llegó allí unos minutos antes.
- Hola - sonrió otra vez al muchacho
de apellido Boo - Hoy es mi primer dia, estoy asignado al entrenador Moon.- Claro que si, el entrenador aún no ha llegado pero puede esperarlo en la sala de espejos.
- Esta bien. Ah, quería pagarle el mes.
- Esta bien - el muchacho saco
un talonario de facturas y luego de completarla con los datos que iba
pidiendole le entregó una, recibiendo el dinero - Suerte.- Gracias - río y se fue a la sala.
Al llegar miró al rededor, mancuernas, sogas, pesas y algunas otras cosas pequeñas se encontraban allí.
- Buenas noches - saludó el profesor
tras él.- Oh, buenas noches - hizo una de
reverencia.- Moonbin - tendió su mano.
- Yoon Sanha - la aceptó.
- Bueno, señor Yoon, prepárese que ya empezamos.
- ¿Puede no tratarme de usted? Solo tengo 17 años.
- Como quiera, perdón, quieras - Sanha sonrió.
Sanha con disimulo observó a su entrenador, se veía alguien muy serio y estricto. También observo su físico, su rostro era demasiado atractivo, la altura perfecta, sus musculos de brazos y piernas bien definidos sin exagerar, sin querer mordio su labio al pensar querer tocar sus abdominales, que seguro tenia. Sacudio su cabeza cuando unas escenas no muy decentes pasaron por su cabeza.
¿Qué pasaba con él? Lo conocía hace medio minuto y ya estaba fantaseando con él. ¡Por qué no podia dejar de desear a los hombres!
- ¿Puedes volver de tu viaje astral así podemos empezar? - sonrió el entrandor frente a él.
- Lo siento, lo siento - se sonrojo.
- ¿Hiciste algo de ejercicios anteriormente?
- Nunca.
- Ok, entonces primero empezaremos calentando nuestros músculos - sígueme.
Se pararon frente al espejo y Sanha copió todo lo que el hombre hacia, moviendo sus piernas y brazo, girando su cintura, saltos y algunos movimientos más.
- Bien empezaremos con algo básico, sentadillas.
- Creo que tengo demasiado trasero, no quiero que crezcan más, ya recibo demasidos piropos - rodó sus ojos, Bin río.
- Esta bien pero podemos endurecer los glúteos.
- Esta bien, usted es quien sabe - levantó sus hombros.
- Bien, mírame, flexionaras tus rodillas como si fueras a sentarte pero ojo, las rodillas no deben sobrepasar tus pies - Sanha observó y luego lo siguió - Dos de 15, vamos.
Sanha comenzó, y puso toda su voluntad, pero pronto sintio que dolía.
- Quema, quema - dijo y se lanzó al suelo. Bin rió, jamás había tenido un alumno como él.
- Si, puede quemar. Despues de varios días ya no lo hará.
- Odio los ejercicios - hizo un puchero.
- ¡Cómo le dices eso a tu entrenador! Ahora haras dos más de 15.
- No, era broma, entrenador Moon - Bin rio.
- Levantate, debemos seguir - Sanha suspiró - Te mostraré las zancadas.
Luego de algunos minutos, realizados las dichosas y horribles zancadas se lanzó al suelo una vez mas.
- Sea bueno conmigo y detengamonos aqui - lloriqueo Sanha.
- Pero si no hemos hecho nada aún - puso sus brazos en jarra.
- ¿Nada? Siento que mis piernas van a morir - hizo otro puchero.
- Esta bien, como es tu primera vez lo dejaré pasar.
- Es el mejor, entrenador Moon - le lanzó corazones haciéndolo reir. Tal vez no era tan serio cómo creía.
- Mañana ven con todo, Sanha, no dejaré pasar ésto otra vez.
- Esta bien, lo prometo - suspiro - Mañana no caminare y no sera por el motivo que quisiera - Bin lo miró confundido - Lo siento, olvide que dije
eso.- Estiremos los músculos.
Sanha descubrió que no era del todo flexible y entonces cuando estando sentado debia tocar la punta de sus pies no lo logro, lloriqueo un poco y Bin se paró a ayudarlo.
- Empujaré de a poco tu espalda, si duele me dices - Sanha asintió.
Al sentir las manos de su entrenador casi se sobresaltó, aquellas quemaban su piel tras la tela.
Cuando sintió que dolía en lugar de pedir que parara, salió un gemido de su boca, Bin dejo de presionar.
- ¿Estas bien?
- Si - se sonrojó.
- Sanha, no quería que te doblaras a la mitad solo que estires, si duele tienes que decirme - dijo enojado - Pude haberte lastimado.
- Lo siento - bajo su mirada.
- ¿Estas bien de verdad? - bajo a su nivel.
- Si, estoy bien - se levantó pero aun no lo miraba.
- Bien. Es todo por hoy, nos vemos mañana - tomó sus cosas y salió. Sanha suspiró.
Tambien tomo su cosas y salió de la sala, vio un cartel que decía "Baños" y una flecha que indicaba al primera piso. Estaba todo sudado entonces se dirigió allí a lavar al menos su rostro.
Su garganta se secó cuando vio la espalda desnuda de su entrenador, parecía buscar algo de ropa en su bolso deportivo.
- Lo siento - dijo Sanha y Bin giró asustado.
- No hay problema, somos hombres - rió.
Sanha sonrió para si mismo, si él supiera que eso era peor.
Por el espejo lo observó, en serio que tenía un cuerpo hermoso, cerró sus ojos. Detente Sanha.
Al querer girar, aún con sus ojos cerrados, se chocó con el desnudo pecho de su entrenador que se dirigía a los cubículos de duchas, casi cayendo por el impacto, pero Bin lo sostuvo por sus brazos.
Levantó su mirada y observó aún mejor y de cerca su rostro. Bin también lo observaba.
- Lo siento - dijo Sanha separándose.
- No se cuantas veces te oí decir eso hoy - sonrió.
- Lo siento - sonrió al darse cuenta que lo dijo otra vez - Em... Yo... Hmm, nos
vemos mañana - giró y salió del baño.Bin solo lo vió irse, siendo conciente de los latidos irregulares de su corazón por la cercanía de su alumno.
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Entrandor personal 𝘽𝙞𝙣𝙨𝙖𝙣
RomanceSi su padre pensaba que su cuerpo no era apto para que las chicas se fijaran en él entonces le daria el gusto y se pondria en forma, pero jamás pasó por su cabeza que aquel entrenador seria su perdición. Estaba claro que le gustaba mucho más los hom...