→ Problemas

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- Ya está, dejame ir - rió Sanha contra la boca de Bin, una vez más dentro del auto del mayor. Un día más habían terminado con sus rutinas de ejercicios.

- ¿Yo? ¿Quien está aferrado a mi hoodie? - sonrió y dejó un beso más a su boca.

- Esta bien, no quiero entrar. Llévame contigo otra vez - pasó sus brazos al rededor de su cuello.

- ¿Estas loco? Tu padre debe estar enojado que casi siempre te vayas así. ¿No crees que sospecha que andas en algo?

- No lo sé, pero hoy esta de guardia así que esta bien. Estoy solo ¿No quieres entrar? - tomó el labio inferior de Bin en sus dientes escuchándolo jadear.

- Tentador, pero tienes clases mañana y no interferiré en tus estudios, bonito - acarició su mejilla.

- Aunque sea algunos minutos - hizo un puchero.

- No, vaya, señorito. Tenemos mucho tiempo aún para estar juntos.

- Aish, te odio.

- No lo haces - sonrió y dejó un beso más en su boca antes de separarse.

- Si, no lo hago, me encantas - lloriqueo.

- Y tú a mi - sonrió - Vamos, amor, nos vemos mañana.

- Esta bien, esta bien. Nos vemos mañana - dejó un besito en su boca - Te quiero.

- Y yo te quiero a ti - Sanha sonrió y salió del auto. Saludó a Bin con su mano y entró.

Escuchando cómo se marchaba, suspiró tras la puerta, él en serio lo tenía mal y no quería usar la palabra con E, pero podía pensar que estaba a nada de
estarlo. Bin era maravilloso y le hacía tan bien.

Había pasado un nuevo mes y todos aquellos días habían sido hermosos con las atenciones y compañía de Bin y estaba aún más felíz porque su cuerpo empezó a cambiar gracias al gimnasio.

Él mismo se veía mejor, sonriendo frente al espejo cuando vio su cintura un poco mas pequeña, su abdomen muy levemente marcado y sus piernas más tonificadas. Le encantó y aunque Bin no se lo haya dicho sabía que estaba orgulloso de su trabajo.

Sonrió como un idiota y caminó hasta su sala.

- Sanha.

- Papá, me asustaste - llevó las manos a su pecho - Creí que estarías en el hospital.

- Y yo crei que estarías con Eunwoo - cruzó sus brazos.

- Lo estuve, digo, luego fui al gimnasio - mordió su labio.

- ¿Quien era el hombre del auto? - Sanha abrió grande sus ojos.

- ¿Cómo?

- Te vi bajar del auto de ese hombre, ¿Quien es?

- El no es un hombre, digo, es joven, em... Tiene solo algunos años más que yo y...

- Es un hombre, lo es cuándo tiene más de 18 años y estoy seguro que tiene más de 18. ¿Quien es, Sanha?

- M-mi entrenador, se ofreció traerme ya que es tarde - rogaba al cielo que no hubiera visto más que solo bajar de su
auto.

Su padre frunció su ceño.

- ¿Quieres que contrate a alguien para que vaya por ti? Tienes razón, es tarde y agradezco que haya hecho eso pero no es necesario cuando yo tengo todo para cuidarte - Sanha suspiró.

- Cómo quieras.

- Bien, me encargaré de eso. Dejé comida para ti en el microondas. Come y ve a dormir que tienes clases mañana.

Entrandor personal 𝘽𝙞𝙣𝙨𝙖𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora