Sanha colocó su abrigo. Los días fríos estaban llegando y lo último que quería era enfermarse.
Corrió a tomar un taxi y se dirigió hasta el departamento de Bin.
Lo encontró dando vueltas en círculos.
- Sanha, va a suceder, estoy tan aterrado.
- Bin, cálmate - Sanha lo tomó de sus hombre - Tranquilo.
- Pero ella-ella... - trató de formular sus manos temblaban.
- Estará bien, el veterinario viene en camino.
Sanha acompaño a su novio hasta el sofá y le pidió otra vez que se calmara mientras buscaba todo lo necesario.
Bin movía su pierna de manera nerviosa, Roa parecía que iba a entrar en trabajo de parto en ese momento.
Unos minutos antes se asustó mucho y terminó llamando a Sanha quien a la vez llamó al veterinario para que fuera al departamento.
- Tengo miedo, bebé, ¿Y si algo les sucede?
- Nada sucederá, ella y los bebés estarán bien. Por favor cálmate - dijo acomodando a Roa en una pequeña caja llena de mantas, para que ella estuviera cómoda.
Roa maullaba una y otra vez, refregandose en la mano de Sanha que la acariciaba.
- Ya, bonita, queda muy poco.
Ella seguía maullando hasta que le médico llegó.
Bin no pudo con él momento y se fue hasta su habitación mientras Sanha se quedó ayudando al veterinario.
No supo realmente si fueron minutos u horas los que habían pasado pero lo sentía eterno y no se animaba a acercarse a la sala para ver como iba todo.
En un momento Sanha entro a la habitación con una sonrisa.
- Amor, ven - susurró.
- ¿Por qué? ¿Algo malo sucedió?
- Solo ven ¿si?
Bin dudando, suspiro y luego siguió a su novio otra vez a la sala.
El veterinario ordenaba sus cosas, y limpiaba y descartaba otras.
- Ya eres abuelo - dijo el veterinario y Sanha sonrió mientras que Bin aún se mantenía blanco de los nervios.
- ¿Estan bien?
- Están muy bien.
- Bin, ya pasó, ellos estan bien - dijo Sanha cuando lo notó aún temblar - Tuvo 3 gatitos. Acércate, míralos.
Bin trago y siguió a Sanha hasta donde estaba Roa junto a sus bebés, los bebés tomaban su leche.
Ella maullo cuando Bin se acercó.
- Hola, preciosa, lamento no estar aquí cuando tuviste a los bebés pero tenia miedo - dijo y Sanha sonrió con ternura - Tus bebés son tan pequeños y bonitos.
Bin se quedó allí unos largos
minutos, viendo a los bebés dormir y admirandolos, acariciando a Roa todo el tiempo.Luego los dejó tranquilos y acompañó al veterinario hasta la puerta luego de que le dijera que no aceptaría el dinero que quería pagarle.
- Muchas gracias por venir hasta aquí.
- No es nada, es mi trabajo y amo los animales.
- Gracias.
- Sanha, me avisas si algo malo sucede con los gatitos y vendré a verlos de nuevo.
- Claro que si.
- Adiós.
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Entrandor personal 𝘽𝙞𝙣𝙨𝙖𝙣
RomanceSi su padre pensaba que su cuerpo no era apto para que las chicas se fijaran en él entonces le daria el gusto y se pondria en forma, pero jamás pasó por su cabeza que aquel entrenador seria su perdición. Estaba claro que le gustaba mucho más los hom...